Crítica de canto

Generoso concierto

Viernes, 21 de febrero 2025, 08:05

Curiosa combinación musical la de este concierto, compuesto en su primera parte de cuatro canciones de Verdi, junto a dos formidables arias de Il trovatore ... y Don Carlo, para dedicar la segunda parte a homenajear a Cristóbal Oudrid en el segundo centenario de su nacimiento, interpretando muy oportunamente una romanza de su zarzuela «El postillón de La Rioja», que tanto éxito tuvo en su tiempo, más cuatro canciones del mismo autor y completando con dos conocidas romanzas de zarzuela. Habían indicado que la soprano estaba afectada de un constipado, por eso me sorprendió la potencia vocal con que arrancó el programa, que mantuvo a lo largo de la primera parte y que sin duda desbordaba las proporciones de la preciosa sala principal del Círculo Logroñés. Esa innecesaria generosidad vocal desmejoró seguramente el resultado musical del recital. Cantó adecuadamente las bellas canciones del maestro Verdi, aunque se echaba en falta un mayor control vocal, que sin duda habría embellecido su canto. En el aria de Il trovatore sí intentó matices y algún pianísimo, pero ahí sí que se le notaba su afección vocal y completó la primera mitad con la tremenda aria del cuarto acto de Don Carlo de Verdi, hermosamente fraseada, superando magistralmente su enorme complejidad.

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Se le notó más cómoda a la soprano en la segunda parte, con un repertorio mucho más desenfadado, incluso «sicalíptico». Oudrid es un gran olvidado de la música española, conocido casi exclusivamente por su fantasía para banda de música «Los sitios de Zaragoza», tantas veces escuchada, así como por su Salve Marinera, que veíamos cantar el otro día, al zarpar el Juan Sebastián Elcano con la princesa de Asturias, pero fue un exitoso y prolífico compositor de más de cien zarzuelas, de las que seguramente la más famosa sea «El postillón de La Rioja» localizada en Tudela y en nuestra tierra, que posee una jota estudiantina muy bella «A la orilla del Ebro» (que indudablemente sería mejor himno de La Rioja que el que nos hemos dotado, tan feo). De esta zarzuela cantó la soprano la romanza «Qué escándalo, qué estrépito» con bastante intención y completó el homenaje con cuatro canciones de Oudrid con letra algo picante, muy bien expresadas y cantadas. El programa se remató con dos de las más bellas romanzas de zarzuela: «Sierras de Granada» de La Tempranica de Gerónimo Giménez y «No corté más que una rosa» de La del manojo de rosas« de Pablo Sorozabal, donde Carmen Solís mostró su calidad como cantante trasmitiendo de maravilla el dramatismo con su buena línea de canto y con su hermosa voz. No tengo ninguna duda de que Carmen Solís no pudo mostrar plenamente su enorme calidad acreditada como cantante (no hay más que consultar en Youtube) por esa afección vocal anunciada.

Quien estuvo absolutamente en forma, fue el excelente pianista triestino Rinaldo Zhok, quien acompañó de forma modélica a la cantante, atento al menor matiz, y que además brilló de forma resplandeciente en sus tres intervenciones a piano solo, destacando el Miserere de Il Trovatore de Verdi en versión pianística de Franz Liszt, de un virtuosismo colosal, con trillones de notas en formidable pirotecnia, resuelta con autoridad. Tampoco se quedaba corto el arreglo pianístico, hecho por el propio Rinaldo Zhok, del Intermedio de La boda de Luis Alonso de Gerónimo Giménez, de enorme dificultad y brillantez. El famoso zapateado «La tarántula» de La Tempranica, fue el divertido bis ofrecido por ambos intérpretes.

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