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El feliz cromatismo de Mikel Casal
El reconocido ilustrador donostiarra reúne sus últimos trabajos en 'El color del hedonismo', exposición instalada en el Ayuntamiento de Logroño hasta el 30 de noviembre, como preámbulo del Festival Cuéntalo
El ilustrador Mikel Casal (San Sebastián, 1965) firma la imagen de Cuéntalo, un inspector clásico de sombrero, lupa y gabardina en quien se concreta ese ' ... secreto' en torno al cual gira la próxima edición del Festival de Narrativas de Logroño. Como preámbulo del mencionado festival (del 7 al 15 de noviembre), Casal nos invita a bucear en su imaginario artístico a través de la exposición que acaba de inaugurar en el Ayuntamiento de la capital con el título 'El color del hedonismo' y con una selección de sus creaciones de los últimos años. Allí reúne caricaturas publicadas en prensa y revistas de todo el mundo (también en las páginas de este diario), serigrafías sobre piezas de madera, libros ilustrados y una serie de escenas costumbristas que nos pasean por ciudades (París, Nueva York, Madrid, Dublín o San Sebastián), por estaciones como el otoño, por sentimientos como la amistad o de la mano de grandes personajes como Quijote y Sancho.
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La muestra se puede visitar hasta el 30 de noviembre y su título –'El color del hedonismo'– delata las intenciones del artista: «En mis trabajos pretendo reflejar alegría, ganas de vivir, felicidad, color...», reconocía este viernes durante la inauguración, acto en el que estuvo arropado por el alcalde Conrado Escobar y distintos concejales.
«Creo que un ilustrador, alguien que maneja la imagen, tiene que ser ante todo una persona curiosa»
Su inconfundible estilo gráfico está impregnado de color; de una amplia gama de colores planos con los que define formas y texturas. Los mismos que dan vida al inspector de Cuéntalo, un encargo que considera «un regalo» y que ideó con facilidad a partir del hilo argumental del 'secreto'. «Para mí, que me muevo en un universo muy pop y muy de dibujo animado, la primera idea que me vino a la cabeza fue La pantera rosa, todo ese universo del investigador privado con gabardina y sombrero», explica. También nos da la clave de su oficio, que en su caso parte del lápiz y remata en formato digital, y donde mantiene una continua búsqueda de nuevas formas de expresión. «Yo creo que un ilustrador, alguien que maneja la imagen, tiene que ser ante todo una persona curiosa, como un periodista, y un buen lector».
«No soy un virtuoso»
A pesar de su reconocimiento internacional, avalado por trabajos para The Guardian, Diario El Universal, Sunday Times o Vanity Fair, y por galardones como el Premio Euskadi de Ilustración 2016 por 'Así es la dictadura', Mikel Casal no se considera ningún virtuoso, ni siquiera un gran dibujante. «Lo que creo es que saco partido a mi manera de entender el espacio, el color y las formas, pero no soy un virtuoso».
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Palabras sueltas titulan cada una de sus obras y también en ellas, como en la imagen, busca la poética. De hecho, la palabra se abre hueco en el proyecto personal en el que se acaba en embarcar. «Aparte de los encargos, que es lo que me da de comer, en estos momentos estoy buscando un camino un poco más alternativo que me dé satisfacciones a un nivel más profundo. Estoy desarrollando un proyecto que aúna la poesía con la imagen», nos adelanta en primicia.
De familia marinera, Mikel Casal vive muy apegado al mar. Y más aún a las olas de San Sebastián, que surfea casi a diario. «Procuro estar dentro del agua todo lo que puedo y sí, casi todos los días estoy cogiendo olas en mi ciudad porque surfeando es donde más tranquilo estoy». Y aunque este viernes el ilustrador viajó tierra adentro, lo hizo ataviado con un atuendo muy marinero, muy de arrantzale.
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