Las hermanas Anna y Aurora López (de izquierda a derecha) junto con Millán de Benito, en la Academia López Infante de Logroño. Justo Rodríguez

Cierre de la Academia López Infante

Adiós a 57 años de amor por la danza

La Academia López Infante vive este sábado una emocionante gala en Riojafórum para recordar sus más de cincuenta años de historia

María Aguirre

Sábado, 6 de septiembre 2025, 19:57

En 1968, de la mano de Aurora Infante y Carlos López, nació en Logroño la primera escuela de danza de La Rioja. Tras 57 años ... de actividad, la Academia López Infante cierra sus puertas, un adiós que se traduce este sábado en una gala de clausura en Riojafórum que recorre los hitos históricos del centro y que cuenta con la participación de más de 80 bailarines.

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El matrimonio, que por aquel entonces residía en París, decidió volverse a España con su familia ya formada e instalarse en Logroño. Una elección motivada por la cercanía con San Sebastián, ciudad natal de Aurora: «Mi madre, que había trabajado como bailarina por toda Europa, quería dejar los escenarios y abrir una escuela», explica Aurora López, actual directora e hija de los fundadores. A pesar de la pasión que les unía, el inicio fue complicado. La academia se abrió en un pequeño bajo de la calle de los Baños, y su implantación en una ciudad que por entonces apenas contaba con oferta cultural fue un reto constante. «Era muy complicado, una mujer bailarina, que venía de París... El Logroño de aquella época era un pueblo», añade Aurora mientras recuerda las primeras dificultades. «Yo tendría unos seis o siete años, pero el inicio fue terrible, sobre todo institucionalmente».

Foto histórica de la familia López Infante. J.R.
Aurora Infante y Carlos López, matrimonio fundador de la academia logroñesa. L.R.
Una bailarina de la Academia López Infante. A.A.I.

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Sin embargo, el trabajo y la entrega constante lo hizo posible. La fundadora era autodidacta y contaba con una formación muy amplia para su tiempo. Enseñaba flamenco y danza española –sus especialidades– pero también claqué, baile de salón, folclore o incluso danza clásica. En los primeros años asumió todos los roles de la escuela, desde profesora hasta directora o gestora.

En 1981, se instalaron en la calle Villamediana, 33. Ampliaron sus disciplinas y lograron consolidar su centro de referencia, llegando a participar en televisión y representaciones internacionales. «Mi madre fue de las primeras bailarinas que salió en Televisión Española, en el programa 'Gente joven', y luego en el año 81 formó un equipo que participó en 'Juventud baila', en 'Aplauso'», explica. Llegaron incluso a ganar el campeonato de España y luego el internacional: «Era un Logroño contra Milán, Logroño contra París. Nunca se había oído hablar tanto de esta ciudad como entonces», subraya Anna López, hermana de Aurora.

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«Era un Logroño contra Milán, Logroño contra París. Nunca se había oído hablar tanto de esta ciudad como entonces»

Once años más tarde, en 1992, la muerte repentina de la fundadora se convierte en un punto de inflexión para Aurora, Anna y Carlos, los tres hijos del matrimonio. «Fue como quedarnos sin visión», añade Aurora. Ella, junto a sus dos hermanos –que se encontraban trabajando fuera de España– intentaron reconducir el proyecto: «Durante un par de años estuvimos los tres, empezamos a traer profesores de fuera, incluso de Inglaterra, y nos abrimos a más estilos», narra Anna.

Con el tiempo, ella y Carlos se instalaron en Madrid para trabajar en Performance, una productora especializada en danza acrobática, mientras Aurora se quedaba al frente de la academia en Logroño. «En estos 25 años se ha seguido formando a gente, se ha creado un joven ballet español con el nombre de mi madre y han salido profesionales muy destacados», apostilla.

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Entre los más de 80 bailarines que participan en la gala del Riojafórum resaltaron nombres como Yanira Ruiz, Saúl Olarte, Tony Leiva, Lisvet Barcia, Valeria Jones o Millán de Benito: «El orgullo es ese, haber podido vivir de esto tantos años y ver alumnos convertidos en profesionales que transmiten el amor por la danza», afirman las dos.

«En estos 25 años se ha seguido formando a gente, se ha creado un joven ballet español con el nombre de mi madre y han salido profesionales muy destacados»

Durante décadas, la academia fue también una escuela de valores: «La danza te enseña el esfuerzo, sacrificio y compañerismo», subraya Aurora. A pesar de los cambios en técnicas y estilos, la esencia la han mantenido, porque «la disciplina, constancia y pasión siempre han sido el motor», agrega.

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Aunque Anna y Carlos continúen en la productora, el cierre por la jubilación de Aurora marca el final de una etapa que ha estado caracterizada por la esencia de su fundadora: «Si hay un legado claro es el amor por la danza. Ese fue el motor de nuestra madre y lo que nos transmitió. Ahora los tres juntos somos ella», concluyen ambas.

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