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Suspenso general a la cultura española

El informe de la Fundación Alternativas califica con un 4,4 la gestión de la cultura y lamenta que no llegue la recuperación

Miguel Lorenci

Miércoles, 5 de abril 2017, 10:38

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El sector suspende a la gestión del Gobierno de la cultura española, según el análisis de la Fundación Alternativas, próxima al PSOE, en su Informe sobre el Estado de la Cultura 2017 (ICE). «Suspenso agravado» es la calificación del estado de nuestra la cultura. Se le otorga una nota media de 4,4, lo que supone una caída de dos décimas en relación al informe de 2016, cuando la calificación fue de 4,6, apenas un décima más del 4,5 obtenido en 2014 y un retroceso mucho más fuerte en relación a 2011, cuando la nota fue del 5,1. Por debajo del 3 se mantienen el papel de las políticas públicas de cooperación, la remuneración justa de los creadores. La creación aparece como el «eslabón mejor valorado», con un 5,4, aunque pierde tres décimas respecto a 2016

El Informe que se titula este año 'Igualdad y Diversidad en la Era Digital se realiza cada año a a través de encuestas a expertos de Fundación Alternativas que aglutina a profesionales de todos los sectores. Asegura que la labor de la oposición «puede mejorar el trato fiscal a la cultura» en materias como la rebaja del IVA cultural o el mecenazgo» y juzga favorable que «un gobierno en minoría augura mayores apoyos públicos» al maltrecho sector.

El informe constata además un «malestar» con las políticas públicas y apunta «recetas vitales» como la restauración del Ministerio de Cultura como «única vía de que gane peso político en regulaciones y estrategias de desarrollo». Aboga por la recuperación de los presupuestos culturales, la vuelta al IVA reducido para todo el sector y por el Estatuto del Creador.

De «realmente preocupante» se califica la tendencia a la baja que se constata comparando con la las ediciones anteriores del informe que se situaban en «plena crisis económica» (2010-2011) y en una etapa de «mejora de las condiciones mercantiles" (2015-2016).

El estudio pone una de la peores notas a la igualdad de género en el ámbito cultural, que con un 3,2 padece un «desequilibrio» entre la posición femenina en la cultura. Pero sostiene que las políticas públicas y regulaciones pueden «mejorar» la igualdad de género en el empleo cultural, un punto que ha aprobado con un 5,7.

Las mejores puntuaciones son para la creatividad publicitaria y el diseño que ocupan las primeras plazas y relega a las artes plásticas, que caen del primero al cuarto lugar. Le siguen en las mejores valoraciones el libro y los videojuegos. Aprueban con notable la capacidad de difusión capilar de las nuevas redes, el incremento a través de ellas de la relación de los creadores con sus públicos. Tambien aprueban la creatividad de los autores, la libertad de elección del usuario, o el papel de los autores para innovar y expresar las «diferentes opciones ideológicas».

Suspenden también, con puntuaciones entre el 3 y el 3,4, las políticas públicas en defensa de la remuneración del autor, la cooperación para la diversidad, el estímulo a la sostenibilidad cultural, o y el respeto a la autonomía de la creación y el impulso a la producción independiente.

Destaca un «suspenso bajísimo y rotundo» a la «remuneración justa de los creadores» que «refleja la precariedad e inestabilidad de su trabajo tras la crisis». Tampoco aprueban las políticas públicas y las estrategias privadas, para la proyección exterior de nuestra cultura. Ni el respeto a su autonomía, en el apoyo a su sostenibilidad económica y tejido industrial, y en su promoción en los medios públicos.

El informe se remite al año 2015 cuando se contabilizaban en España un total de 112.037 empresas culturales (un 3,5% del total de la economía española). El empleo cultural se evaluaba ese año en 515.000 personas (un 2,9% del total) y el consumo cultural se cifraba en 11.968 millones de euros, con un gasto medio por hogar de 651,4 euros al año y de 260,4 euros al año por habitante. En su conjunto, la economía de la cultura española suponía a un 2,5% del PIB.

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