«Mi vocación siempre ha sido ser médico rural»
Luisa Valero Crespo | Médico rural ·
Luisa Valero Crespo se jubila como médico después de ejercer treinta y un años en el Valle de Ocón, los últimos veinticuatro como ... titular de Ausejo.
Cumplirá 62 el lunes y ayer fue su último día de consulta. Esta semana ha recibido el cariño y reconocimiento de los vecinos y autoridades. Aunque su jubilación no se hará efectiva hasta el 1 de enero tiene vacaciones lo que queda del 2019. Comenzó a trabajar muy joven y ahora quiere disfrutar de su tiempo en familia y con su nieta.
«Estuve siete años en Ocón y después me trasladé a Ausejo. Por reajustes de plantilla retiraron el médico de Ocón y a los tres que quedábamos nos distribuyeron las aldeas. A mi me tocaron Las Ruedas y Pipaona, el de Galilea, Corera y El Redal se ocupa de La Villa y Santa Lucía, y el de Alcanadre de Los Molinos y Aldealobos», comenta Luisa, que está casada con Alejandro (médico de Galilea y los otros cuatro pueblos citados).
Después de treinta y un años en el valle de Ocón, Luisa Valero se jubila
«Cuando aprobamos las oposiciones nacionales él vino aquí, hace treinta y siete años, y yo tuve mi primer destino en Vitoria. Ocupé una plaza en la antigua Casa de Socorro donde estuve cuatro años. En cuanto pude me trasladé a La Rioja, al psiquiátrico, como médico general. Mi primer destino rural fue Ocón. Mi vocación siempre ha sido médico rural», afirma Luisa.
«Cuando llegué había muchas carencias en las instalaciones y poco a poco se mejoraron tanto los edificios como el material y las pruebas, a la altura de cualquier centro del medio urbano y casi especializado», asegura.
En tres décadas ha notado mucho la despoblación. «Sobre todo en la sierra. En Ausejo se ha mantenido porque hay actividad, principalmente champiñonera, que ha atraído a población inmigrante», dice la médico.
«De estos años me quedo con el cariño de la gente. Creo que, en general, me han respetado», indica Luisa y añade «aquí se padecen muchos problemas reumáticos, respiratorios... En tanto tiempo, que se vayan las personas mayores es ley de vida, pero cuando tienes una pérdida de algún vecino joven, el médico lo sufre mucho».
Luisa reside en Logroño, su día a día consistía en levantarse a las 6.30, venir a las 8.00 a Ausejo, preparar su ordenador y comenzar a las 8.30 a pasar consulta. Tres días a la semana, a las 13.00 horas, acudía a los pueblos, Y realizaba una o dos guardias semanales. «Al margen de que mi marido y yo no nos veíamos tres días a la semana por las guardias, lo hemos llevado bien», explica Luisa y termina «lo que ha aumentado es la carga de consulta. La gente acude más al médico, pero lo mismo en el medio rural que en el urbano, ahora se va por cosas importantes y por otras intrascendentes».
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