«En mi diócesis en China éramos casi clandestinos y las misas se hacían en casa»
Pablo Yu | Exadministrador parroquial de Tricio ·
Tras un año sirviendo en Tricio y Camprovín, ayer partió a su nuevo destino en BilbaoAyer partió hacia Bilbao el sacerdote chino Pablo Yu, que durante el último año se ha ocupado de las parroquias de Tricio y Camprovín. Ha sido el primer cura de esa nacionalidad que ha ejercido en La Rioja y es precisamente la escasez de religiosos de ese origen lo que le lleva hasta la capital vizcaína. Natural de Shi Jia Zhuang, cerca de Pekín, tiene 36 años.
– ¿Cómo sintió la vocación cuando vivía en China?
– Yo vivía en mi diócesis, donde éramos más bien clandestinos. A veces no podíamos celebrar la misa públicamente, lo hacíamos en la casa de una familia y el seminario también estaba situado en un ambiente familiar.
– Cuando decidió hacerse sacerdote, ¿qué pensaron en su casa?
– Mi familia es católica y yo lo he vivido desde niño. Me bautizaron y luego como mis padres eran religiosos y los sacerdotes comían en mi casa, desde muy pequeño he vivido la religión de cerca. Cuando estudiaba el bachillerato, a mi pueblo vino un sacerdote muy joven y nos enseñaba. Entonces conocí lo que es la vocación y cuando terminé el bachillerato entré en el seminario.
– ¿Cómo llegó a España?
– En China los sacerdotes no pueden estudiar porque el seminario enseña lo elemental, lo básico. En mi diócesis no había tribunales para examinar a los estudiantes de Derecho Canónico, que es lo que yo estoy estudiando en Pamplona. Mis superiores decidieron que lo mejor era que me viniera a España para seguir formándome.
La forma de llevar la fe es muy diferente en España, dice el primer cura chino que ejerce en La Rioja
– ¿Cómo recuerda su llegada a España?
– Llegué a Pamplona hace cuatro años, y estuve varios meses estudiando español; luego empecé los estudios en la facultad y el año pasado terminé la licenciatura. Pero entonces ya no tenía beca para seguir estudiando y necesitaba trabajar. Por eso pedí el trabajo a la diócesis de aquí.
– ¿Cuándo llegó a Tricio?
– En agosto del año pasado y he llevado Tricio y Camprovín, y algunos días daba misa en las monjas clarisas de Nájera.
– ¿Cómo le recibió la gente?
– Para mí era todo nuevo, porque antes de salir de China trabajé como sacerdote allí, pero la cultura china y la de aquí son muy diferentes y la forma de llevar la fe, también. Además, mi español no era bueno.
– ¿La gente fue comprensiva?
– Sí. La gente es muy buena, me hablan muy lindamente, despacito, con palabras sencillas, y antes de la misa tengo que prepararla y hacer la homilía, la gente me ayuda mucho.
– ¿Por qué le mandan a Bilbao?
– Allí hay una familia católica china que le pidió al obispo de allí un sacerdote chino para su comunidad y como él no conocía a ninguno, se puso en contacto con el obispo de aquí y él ha sido el que me ha mandado.
– ¿Volverá por aquí?
– Yo quiero mucho a la gente de estos pueblos. Volveré a verlos.