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Pablo Yu posa ante el altar mayor de la iglesia de Tricio, un día antes de abandonar al localidad rumbo a Bilbao, donde ejercerá su sacerdocio. Félix Domínguez
TRICIO

«En mi diócesis en China éramos casi clandestinos y las misas se hacían en casa»

Pablo Yu | Exadministrador parroquial de Tricio ·

Tras un año sirviendo en Tricio y Camprovín, ayer partió a su nuevo destino en Bilbao

Viernes, 2 de septiembre 2022, 02:00

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Ayer partió hacia Bilbao el sacerdote chino Pablo Yu, que durante el último año se ha ocupado de las parroquias de Tricio y Camprovín. Ha sido el primer cura de esa nacionalidad que ha ejercido en La Rioja y es precisamente la escasez de religiosos de ese origen lo que le lleva hasta la capital vizcaína. Natural de Shi Jia Zhuang, cerca de Pekín, tiene 36 años.

– ¿Cómo sintió la vocación cuando vivía en China?

– Yo vivía en mi diócesis, donde éramos más bien clandestinos. A veces no podíamos celebrar la misa públicamente, lo hacíamos en la casa de una familia y el seminario también estaba situado en un ambiente familiar.

– Cuando decidió hacerse sacerdote, ¿qué pensaron en su casa?

– Mi familia es católica y yo lo he vivido desde niño. Me bautizaron y luego como mis padres eran religiosos y los sacerdotes comían en mi casa, desde muy pequeño he vivido la religión de cerca. Cuando estudiaba el bachillerato, a mi pueblo vino un sacerdote muy joven y nos enseñaba. Entonces conocí lo que es la vocación y cuando terminé el bachillerato entré en el seminario.

– ¿Cómo llegó a España?

– En China los sacerdotes no pueden estudiar porque el seminario enseña lo elemental, lo básico. En mi diócesis no había tribunales para examinar a los estudiantes de Derecho Canónico, que es lo que yo estoy estudiando en Pamplona. Mis superiores decidieron que lo mejor era que me viniera a España para seguir formándome.

La forma de llevar la fe es muy diferente en España, dice el primer cura chino que ejerce en La Rioja

– ¿Cómo recuerda su llegada a España?

– Llegué a Pamplona hace cuatro años, y estuve varios meses estudiando español; luego empecé los estudios en la facultad y el año pasado terminé la licenciatura. Pero entonces ya no tenía beca para seguir estudiando y necesitaba trabajar. Por eso pedí el trabajo a la diócesis de aquí.

– ¿Cuándo llegó a Tricio?

– En agosto del año pasado y he llevado Tricio y Camprovín, y algunos días daba misa en las monjas clarisas de Nájera.

– ¿Cómo le recibió la gente?

– Para mí era todo nuevo, porque antes de salir de China trabajé como sacerdote allí, pero la cultura china y la de aquí son muy diferentes y la forma de llevar la fe, también. Además, mi español no era bueno.

– ¿La gente fue comprensiva?

– Sí. La gente es muy buena, me hablan muy lindamente, despacito, con palabras sencillas, y antes de la misa tengo que prepararla y hacer la homilía, la gente me ayuda mucho.

– ¿Por qué le mandan a Bilbao?

– Allí hay una familia católica china que le pidió al obispo de allí un sacerdote chino para su comunidad y como él no conocía a ninguno, se puso en contacto con el obispo de aquí y él ha sido el que me ha mandado.

– ¿Volverá por aquí?

– Yo quiero mucho a la gente de estos pueblos. Volveré a verlos.

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