La ruta que inspiró una gran novela
Misterio. El Ayuntamiento de San Vicente de la Sonsierra ha señalizado el recorrido donde se desarrolla la historia de 'A merced de un dios salvaje'
San Vicente de la Sonsierra está cargado de magia. Concretamente, la zona que rodea a la ermita de Santa María de la Piscina y llega ... hasta las aldeas sonserranas de Rivas de Tereso y Peciña.
Los caminos que serpentean estas viñas están llenos de dólmenes, ermitas y necrópolis, y existe una energía especial en estos centenares de metros que los habitantes locales bien conocen.
Cualquier escéptico puede comprobar, conforme se recortan los metros hasta la entrada de la ermita, cómo va invadiendo una sensación de paz.
Gente del pueblo cuenta cómo en ocasiones la ermita, con estrecha relación a la estirpe templaria europea, amanece rodeada de velas, tras acoger alguna ceremonia al caer la noche.
Consciente también de esta energía y de las leyendas que le rodean, el escritor riojano Andrés Pascual ha ambientado en estos caminos su obra 'A merced de un dios salvaje'.
Se trata de un escenario que en la novela aparece casi como un personaje más, aportando un carácter misterioso y solemne al mismo tiempo, en el que el patrimonio y la naturaleza van saliendo al encuentro del visitante como si quisieran contar también su parte de la historia.
La trama de la novela se desarrolla en el sendero que parte de la plaza de Rivas de Tereso y pasa por San Bartolomé de Orzales, de cuya aldea desaparecida, que se ubicaba próxima a la cima del Toloño, solo queda la ermita de Orzales. De ahí atraviesa los eremitorios de Gobate, en cuyo interior hay tumbas antropomorfas. En su entorno hay varios lagares rupestres y los restos de una antigua construcción.
Desde aquí se llega a Peciña, de donde parte el camino viejo hasta llegar a Santa María de la Piscina, donde finaliza el sendero presente en el libro de Andrés Pascual.
Durante todo el recorrido se han instalado carteles con la portada del libro, junto a los códigos QR que explican el patrimonio de cada ubicación, en los que ahora también aparecen fragmentos de la novela que sucedieron donde se encuentran ubicados, aunque no desvelan el argumento, para quien no se la haya leído aún.
Con el objetivo de que el lector de la novela pueda realizar una ruta circular, el itinerario se ha introducido en otra de 'Paseos por la Sonsierra', para poder regresar a Rivas, visitando en el trayecto el dólmen de La Cascaja. Se encuentra a unos 300 metros de la ermita en dirección a la villa de Peciña. Fue descubierto y desenterrado en 1953, junto a restos humanos de al menos 31 personas, además de piezas de sílex, cerámica y una punta de bronce.
A continuación, se pueden visitar la prensa rústica y los lagares de Zabala.
Aunque la ruta circular en total abarca catorce kilómetros, la trama del libro, desde Rivas hasta Santa María de la Piscina, son siete.
El protagonismo de la ermita
El desenlace sucede en la ermita de Santa María de la Piscina, que cobra una trascendental importancia.
Se trata de un templo católico situado estratégicamente sobre una tenue elevación entre dos cerros. Fue construido en el siglo XII después de que el infante Ramiro Sánchez de Navarra, hijo de Sancho Garcés IV, así lo solicitase en su testamento.
El guerrero participó en la Primera Cruzada por la conquista de Tierra Santa. A su regreso, trajo una astilla perteneciente a la cruz verdadera, según fuentes documentales, donde fue colgado Cristo, además de una imagen de la Virgen supuestamente tallada por el apóstol San Lucas.
Con el fin de honrar a ambas, ordenó de forma póstuma edificar la ermita, que fue terminada en el año 1136.
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