«En Rumanía no hay nivel medio de vida»
Stefan Adrián Borneas | Concejal de Festejos, Familia e Inmigración en Ausejo ·
Stefan Adrián Borneas es un ejemplo de integración; lleva 14 años viviendo en Ausejo, donde se ha asentado como su pareja y sus tres hijosStefan Adrián Borneas dejó su país, Rumanía, hace quince años para buscar un futuro mejor en España. Se ha convertido en un ejemplo de integración ... y en esta legislatura ejerce como concejal de Festejos, Familia e Inmigración en Ausejo.
«En Rumanía no hay nivel medio de vida, solo alto o bajo», lamenta Stefan Adrián. Ahora tiene 40 años y se ha asentado en la localidad donde vive con pareja y sus tres hijos.
En Ausejo lleva 14 años pero antes estuvo uno en Galilea. Trabaja para Unichamp como repartidor de paquetes de compost que distribuye en las naves de cultivo de champiñón.
«También tuve un negocio en Logroño, en Portales, por la calle Sagasta. Llevé un bar que se llama Los Leones unos tres años. Lo traspasé cuando salió la ley de prohibición de fumar en los bares», comenta. Compaginaba este trabajo con el de Unichamp.
Respecto a su vinculación con el Ayuntamiento explica que «el alcalde (Pedro Luis Martínez, del Partido Popular) me propuso ir en su lista, acepté y ahí estamos».
Ocupaba el puesto número cuatro de la candidatura y el PP logró la mayoría con cuatro ediles frente a tres de la Agrupación de Electores de Ausejo.
Asegura que le encanta organizar eventos y tiene bastante experiencia. Las fiestas del 2019 estaban prácticamente cerradas cuando accedió al cargo pero ahora está en plenas tareas de contratación de orquestas, djs y otros espectáculos para los festejos del próximo verano.
Stefan Adrián comenzó como dj hace dos décadas. Cuando vino a La Rioja se inscribió en una escuela de música de Logroño, donde aprendió piano seis años. Ahora tiene un grupo. Él toca el teclado y los otros dos componentes, Larissa Cotorogea (desde este año) y Antonio Gemmen, son cantantes y residen en Logroño.
Recientemente actuaron en el Hotel Zenit de Calahorra, en un festival de villancicos de las comunidades rumanas de Logroño, Calahorra, Soria y Pamplona. Han tocado en Burgos, en la embajada de Rumanía en Bilbao, en fiestas, bodas, bautizos y otras celebraciones.
«La cultura es distinta en cada país. En Rumanía cuando pinchaba como dj la gente te pedía constantemente canciones. Te pagaban por poner un tema u otro. Aquí el dj lleva un programa y se adapta a la situación, al público, al pueblo», comenta Stefan Adrián que piensa que «lo mejor que tiene España en música son las jotas porque no han cambiado y se mantienen como antaño».
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