Cid de María se alza con el Cántaro de Navarrete
El viento afeó las ganas de los voluntariosos novilleros
La tregua de calor en medio del verano abrasador vino bien para aguantar en el tendido dos horas sin asfixiarse. La pirueta fue que el viento le cogió el relevo y se hizo presente en la tarde de este martes en Navarrete, y eso para el toreo es malo, muy puñetero porque dominarlo es complicado y te destroza. Estábamos ante la vuelta de las novilladas al municipio tras más de una década. Qué gran noticia.
El primer eral fue encastadito, tomaba los vuelos con brío a la vez que con genio. Ya se le coló en el capote a Pedro de la Hermosa en su turno de quite, que sustituía al lesionado Alejandro Casado. Cid de María invitó a su compañero y al sobresaliente Carlos de María a poner banderillas. Una bandera indomable fue cómo ondeó la muleta de Cid. El novillo exigía mando en el toque que fue imposible de imprimírselo. El novillero quiso hacer las cosas bien y estuvo dispuesto tratando de encajar su toreo frente a las adversidades meteorológicas. En el tramo final se sintió cómodo y fue entonces cuando se cruzó y expuso con mayor entrega. La presidenta le concedió una oreja.
El segundo eral de Lumbreras fue encastadísimo, quería devorar los engaños. También exigía mando y firmeza en la muleta, y a Pedro de la Hermosa le fue complicado gobernarlo, primero por la dificultad del novillo, que pedía oficio, y por el vendaval. La estocada cayó fea.
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Navarrete. Erales de Álvaro y Carlos Lumbreras. El 1º, encastado y con genio;el 2º, encastado; el 3º, protestón y de media arrancada; y el 4º, con fijeza pero revoltoso. Casi lleno en los tendidos.
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Cid de María, de azul eléctrico y plata. Media estocada (oreja), pinchazo, estocada caída (oreja). .
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Pedro de la Hermosa, de rosa y azabache. Estocada que hace guardia, casi entera (silencio); estocada (oreja)
Reservón y geniudo fue el tercero, que tenía media arrancada y al que le costaba empujar los engaños. Cid de María estuvo solvente, buscando tirar de él colocándose bien, lidiando al toro y al viento, que continuaba molesto. Estuvo insistente y lo puso todo, aunque fuese inmolarse como en el cierre por manoletinas fallido. Echó pronto la persiana el eral y se le cruzó el acero, pero cortó una oreja.
Con un farol de rodillas recibió Pedro al cuarto y último, un eral que tuvo fijeza, era pronto pero se revolvía cuando se topaba con los engaños. Comenzó por estatuarios, pero el viento se cruzó, se lo pasó por la espalda y ya se colocó para torear. O a intentarlo, porque fue complicado para el escaso bagaje del joven y voluntarioso novillero. Entró el estoque y fue premiado. Una vez concluido, el jurado deliberó que el ganador del Cántaro de Navarrete fuese Cid de María, ganador de la mejor estocada.
Fran Fernando se hace con el Bolsín
Como antesala a la novillada, el día de la Virgen tuvo lugar el IX Bolsín Taurino 'Cántaro de Navarrete', en el que participaron Miriam Cabadas (alumna de la Escuela Taurina de Cádiz), Pedro de la Hermosa (de la E.T. de Guadalajara), Fran Fernando (Centro de Tauromaquias de Aragón 'Mar de Nubes') y Alejandro González (alumno de la E.T. de Palencia). Cada uno de estos jóvenes lidió un novillo de la ganadería manchega de Víctor y Marín. Fran Fernando resultó el ganador del bolsín. Fue el artífice de la mejor faena, una obra que fue de menos a más y con la que enganchó a los aficionados. Pedro de la Hermosa se hizo con el premio al mejor quite, que entrega el Club Taurino de Navarrete.