Ojacastro
David y sus 800 ovejas vuelven a casa un año despuésEl rebaño, acompañado por diez mastines, regresa a Santo Domingo desde Matute, treinta kilómetros por montes y caminos complicados
El rebaño de David Ceballos se encuentra a una decena de kilómetros de casa. Salieron en el mes de septiembre del año pasado en dirección ... a Matute. Motivado por las ganas de cambiar el rumbo decidió hacerse cargo de una ganadería, junto a su mujer Ana González (con la que comparte la titularidad ahora) hace nueve años, y el año pasado, cuando amplió el negocio al adquirir una explotación en Matute, cambió el nombre a 'Ganadería Trashumante Eda', nombre de su hija.
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Cuenta con un perfil muy activo en redes sociales en el que narra sus periplos diarios. No son pocos. Su rebaño está formado por unas 780 ovejas, además de 12 cabras y 10 mastines, que cuidan del rebaño y le acompañan.
En Matute han estado desde el mes de septiembre hasta hace una semana, el jueves pasado, cuando emprendieron el regreso hacia Santo Domingo. Treinta kilómetros que han sido muchos más, ya que han atravesado las montañas por caminos «complicados», especialmente por la dificultad que supone movilizar tantos animales, además de las circunstancias de los caminos que han atravesado.
«Recorrí la ruta durante un mes antes de salir y grupos de salvamento y medio ambiente me asesoraron», explicó
En la trashumancia de ida (exactamente sería el tipo de trashumancia más habitual hoy en día, la trasterminancia, una variedad menor de 100 kilómetros), desde Santo Domingo, el trayecto transcurrió por «la rastrojera, por abajo», y ahora la vuelta ha sido por la montaña, desde Matute, pasando por Anguiano, por las faldas del San Lorenzo, por los Pancrudos, Bonicaparra.
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El viaje de vuelta estaba previsto para dentro de una semana, «pero hemos tenido que adelantar todo por las inclemencias del tiempo. Habíamos calculado un recorrido de seis o siete días», explicaba Ceballos. «Pero ayer aquí arriba hizo un tiempo criminal, encima de Ojacastro. Y anuncian fuertes vientos».
Sin embargo, va a prolongar su estancia en los montes de la localidad riojalteña hasta el sábado, cuando se celebrará la XX Feria Ganadera de Artesanía Agroalimentaria. «Iba ya a encaminar Pazuengos, para ir a Santurde y llegar ya a Santo Domingo, pero me pidieron los vecinos de Ojacastro, como me llevo bien con la gente y los ganaderos, que aguantase un poco y así participaba en la feria este año», explicó. «Yo creo que será algo bonito».
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La trashumancia ya no es como hace décadas, y la mejora de las carreteras respecto a entonces ha permitido que los pastores, como David, puedan regresar a dormir a casa. «Subo por la mañana y hago todo el día el pastoreo tradicional. Ningún día las he dejado solas. De noche las dejaba en el cercado que hizo la Comunidad Autónoma. Había días que se podían cerrar, otros que no. Porque son cercados de 6.000 metros, y tenerlas ahí mucho tiempo crea patera (una enfermedad que sale a las ovejas en la pezuña) y barro, así que algunos días se quedaban sueltas –explicaba Ceballos–. Pero vamos, van diez mastines con ellas».
Durante esta trashumancia le han acompañado cinco personas. «Hemos venido por una GR (un sendero de gran recorrido), la 190 –que abarca el recorrido de más de 64 kilómetros entre las localidades de Ezcaray y Villoslada de Cameros– es en algunos tramos un camino muy estrecho en el que las ovejas tenían que andar de una en una, por lo que en algunos tramos hemos tenido que estar los seis».
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A pesar de la dificultad, la tecnología también es un gran aliado. El pastor eléctrico (un perímetro electrificado) y los mastines sirven de aliados los pocos momentos en los que no se encuentra con ellas. Además, las ovejas llevan un GPS y están localizadas.
Reconocía que, en resumen, esta trashumancia ha sido muy complicada, por la travesía realizada. «Antes de empezar la ruta pedí consejo al Equipo de Rescate e Intervención en Montaña (Ereim) de Ezcaray de la Guardia Civil y agentes de Medio Ambiente. Estudié y recorrí la ruta desde un mes antes. Esto no se hace de un día para otro».
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