La alcaldesa de Cervera indica que para bajar la curva hay que cumplir las normas de prevención y colaborar con los rastreadores

Santana argumenta que «los especialistas en medicina preventiva rechazan los cribados masivos porque estos son instrumentos que no tienen un rendimiento epidemiológico adecuado y, en muchas ocasiones, obedecen más a reacciones de tipo político que al rigor metodológico propio de la epidemiología. Ven mucho más recomendable el estudio y rastreo de contactos directos y ocasionales».

Asegura que «la principal razón de este rechazo es que la información que dan esos cribados suele ser engañosa, que las pruebas son voluntarias y la población que acude suele ser asintomática y en sujetos asintomáticos la fiabilidad de los tests disminuye sensiblemente».

«Esto puede dar lugar a falsos negativos y producir una falsa sensación de seguridad, lo que puede llevar a la relajación de las normas de prevención que todos debemos seguir», continúa la alcaldesa.

Asimismo, dice que «las decisiones que deberían tomarse después de un cribado serían precisamente las que desde el día 1 de abril se han puesto en práctica: cerrar perimetralmente y entrar en un nivel 6, el cierre de toda actividad no esencial y que sólo podamos relacionarnos con nuestro grupo de convivencia».

«Lo realmente efectivo para acabar con los contagios no son los cribados masivos. Lo que ayuda a bajar la curva es el seguimiento de las normas de prevención que todos conocemos y si, por desgracia, alguno de nosotros resulta positivo, colaborar fielmente con los rastreadores y no ocultar nunca contactos que hayamos tenido, porque, de hacerlo, flaco favor estaríamos haciendo a toda nuestra comunidad», termina Santana.

Cervera y una de sus pedanías, Valverde, continúan en nivel 6 desde el 1 de abril. A día de hoy el municipio registra 38 casos activos (los mismos que el martes y el lunes). La cifra más alta, según los datos de Salud del Gobierno de La Rioja, fue de 42 contagios, el 3 de abril.