El investigador Carlos Cruchaga, delante del Ayuntamiento de Calahorra. I.Á.
Carlos Cruchaga | Neurocientífico en EE UU

«Tengo esperanza en la cura del alzhéimer»

Cruchaga, que veranea estos días en Calahorra, lidera un consorcio global para investigar enfermedades neurodegenerativas

Isabel Álvarez

Calahorra

Lunes, 28 de julio 2025, 07:35

Se calcula que las cuatro principales enfermedades neurodegenerativas –alzhéimer, párkinson, demencia frontotemporal y ELA– afectan a 57 millones de personas en el mundo. Un cifra ... que se prevé que se pueda duplicar dentro de 20 años. De ahí que 23 grupos de investigación, entre los que se encuentra el del neurocientífico navarro y afincado en Misuri, Carlos Cruchaga, se uniesen en el Consorcio Global de la Proteómica de la Neurodegeneración para impulsar el desarrollo de tratamientos efectivos para estas enfermedades. Los primeros resultados, que ofrecen un mapa que agrupa muchas de las proteínas presentes en estas dolencias, acaban de publicarse (revistas Nature Medicine y Nature Aging). Al investigador Carlos Cruchaga le 'pilla' en Calahorra, ciudad natal de su mujer, este momento clave para un proyecto que entraña mucha esperanza de cara a poder tratar enfermedades neurodegenerativas.

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– Comencemos por el principio, ¿cómo surgió el Consorcio Global de la Proteómica de la Neurodegeneración?

– Hace como un año se formó este Consorcio, que está subvencionado por Bill Gates y la empresa farmacéutica Johnson & Johnson. La idea era la de generar un mapa proteómico en sangre de todas las enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer, el párkinson, la demencia frontotemporal o la ELA. Hasta entonces ya había varios grupos (de investigación) que estaban haciendo proteómica, pero la idea con el Consorcio era la de poner todos los resultados en común y generar estos datos de proteómica con más de 40.000 muestras de pacientes de grupos de Estados Unidos, Europa...

– En los últimos días se han publicado cuatro artículos con los resultados iniciales de este estudio. Uno de ellos está liderado por su equipo. ¿Qué resultados se han conseguido?

– Hemos encontrado un número bastante grande de proteínas que están asociadas a estas enfermedades en sangre. Hasta ahora para marcadores de párkinson y alzhéimer se utilizaba el líquido cefalorraquídeo, pero en este estudio hemos visto que en la sangre hay muchos marcadores y que algunos son tempranos. Además, este es uno de los primeros estudios que estudia todas las enfermedades a la vez. También hemos encontrado un grupo de proteínas que están asociadas a todas ellas.

– ¿Qué implicaciones puede tener a la hora del diagnóstico y tratamiento?

– La implicación más clara es desde el punto de visto del diagnóstico. Como he dicho, los marcadores que había hasta ahora eran los del líquido cefalorraquídeo. Son buenos marcadores, pero una punción lumbar siempre es más dura que un análisis de sangre. Ahora va a ser posible con un análisis de sangre saber si se tiene alzhéimer, párkinson o demencia frontotemporal.

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– ¿Ayudará este mapeo a poder adelantarse a la enfermedad?

– Marcadores se van a empezar a ver dentro de un año o dos y se van a poder utilizar ya en la clínica. Lo que es la transición de nuestros estudios al paciente va a ser bastante rápido en ese sentido. Desde el punto de vista de tratamiento y prevención va a costar más. Primero, porque hemos encontrado muchas proteínas asociadas al alzhéimer o al párkinson, pero encontrar de todas ellas cuáles están implicadas en la enfermedad y no son simplemente un efecto secundario de la misma es más complicado.

Política de Trump

«Ahora es muy difícil traer a investigadores posdoctorales»

– Otro aspecto importante es que los resultados están abiertos a cualquier investigador.

– Todos estos datos están abiertos a todos los investigadores. Esta es la primera versión y estamos trabajando en una segunda versión con más muestras, mas enfermedades...

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– De momento no hay cura para el alzhéimer. ¿Estamos cerca?

– Tengo bastante esperanza. Hace un año o dos se aprobó un nuevo medicamento en Estados Unidos, que acaba de aprobarse en Europa que ataca a la proteína beta. Es uno de los primeros que funcionan para la enfermedad.

– Lleva ya muchos años en Estados Unidos. ¿Cómo están afectando las políticas de donad Trump a la investigación?

– Muchos de los investigadores posdoctorales que tenemos vienen de todo el mundo y ahora es muy difícil traerlos. Además, viajar a China es imposible. También, afecta a las investigaciones que incluyan todo lo que es 'diversity' o 'sex'.

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