Vistas del casco antiguo de Calahorra desde la torre de la catedral. I. Á.

Una empresa de reparto excluye al casco antiguo de Calahorra por un robo a un repartidor

Vecinos afectados consideran la medida «discriminatoria», mientras que la asociación del barrio presentará una «reclamación»

Isabel Álvarez

Calahorra

Miércoles, 29 de octubre 2025, 08:24

Gloria Ruiz hizo una compra 'on line' de un papel pintado a una empresa de Valencia para empapelar una pared en la casa de su ... madre en Calahorra, que además reside en la vivienda de al lado. Hasta ahí, todo normal. Realizó el pagó, recibió la confirmación y esperó a que le enviaran el pedido a casa. Su sorpresa llegó a los días cuando le dijeron que tenía que ir a recoger el envío a las oficinas de la firma de reparto GLS porque esta no llevaba paquetes al casco antiguo de la ciudad.

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«Primero me llegó un SMS diciéndome que no nos encontrábamos en el domicilio (para dejar el envío), cuando sí que estábamos en casa», relata Gloria, que, aunque es de Vitoria, dispone de una segunda residencia en el Rasillo de San Francisco. «Llamé a la empresa de papeles pintados y ellos nos dijeron que después de hablar con GLS les habían dicho que no llevaban paquetes al casco antiguo de Calahorra porque era una zona conflictiva», prosigue, a la vez que muestra su enfado: «¡Pero que esto es Calahorra, que no es el Bronx ni el barrio de 'las tres mil viviendas' de Sevilla!».

Gloria Ruiz: «Eso puede pasar en cualquier calle de la ciudad. Esto no es el Bronx ni el barrio de 'las 3.000 viviendas'»

Lejos de conformarse con la situación, Gloria rechazó el envió de la empresa de papeles porque su compromiso «era que el paquete me llegara hasta casa». Así, que «ellos pidieron la devolución; GLS lo volvió a mandar y yo ya lo compré de nuevo y me lo mandaron por MRW sin ningún problema», cuenta esta vecina, que se ha dirigido también a la Oficina Municipal de Atención al Consumidor de Calahorra para poner una queja.

Pero el malestar causado no terminó aquí. Semanas después, con Gloria instalada ya todo el verano en Calahorra por unas reformas en su vivienda de Vitoria, el problema se repitió. «La empresa con la que tengo contratada la televisión de pago me iba a mandar otro descodificador para la casa de Calahorra por GLS, pero como iba a tener que recogerlo a las oficinas les dije que no me lo mandasen porque no pensaba ir», dice. «Es que me parece algo totalmente discriminatorio. Después, me dijeron que la empresa lo había decidido porque una vez robaron a uno de sus repartidores, pero eso puede pasar en cualquier otra calle de la ciudad», reflexiona. Además, «para ir a por el paquete tienes que coger el coche ya que la oficina está en un polígono», añade

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Desde la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo de Calahorra, su presidente, Gabriel Aragón, comparte el mismo malestar. «A mis hijas también les ha pasado y es algo injusto porque delincuentes hay en todos los sitios», asegura el representante de esta entidad, que va a presentar una «reclamación» formal.

El Ayuntamiento no es tampoco ajeno a la problemática. De hecho, como ha podido conocer este periódico, incluso la monjas carmelitas del convento de San José, que viven en régimen de clausura en la calle Tenerías, solicitaron la mediación del Consistorio para que GLS les llevase hasta su monasterio los sacos de una harina con unas características especiales que compran de manera telemática para elaborar sus típicos dulces.

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«Sí que se consiguió que GLS volviese a repartir al convento, pero en cualquier caso no me parece justo que se discrimine a una parte de la población, ya que todo el casco antiguo es una parte de Calahorra y todos los ciudadanos tienen los mismos derechos», sostiene la alcaldesa, Mónica Arceiz, quien asegura haber mantenido varias reuniones con responsables de la oficina en Calahorra de GLS para tratar este asunto. No obstante, adelanta que también se abordará este tema en la próxima mesa de trabajo del casco histórico.

Mónica Arceiz: «El casco antiguo es una parte de Calahorra y todos los ciudadanos tienen los mismos derechos»

De otro lado, la regidora precisa que si de todas maneras una empresa de paquetería determina eliminar una zona de una ciudad del reparto, lo que «debe hacer es advertirlo también previamente al cliente».

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«Le sacaron una navaja»

Por su parte, desde las oficinas de GLS en Calahorra han explicado a este periódico que la exclusión del casco antiguo de la ciudad en las tareas de reparto obedece a una política de empresa para salvaguardar la integridad de su empleados. «No repartimos porque a uno de los repartidores le sacaron una navaja», señalaron ayer, insistiendo en que el motivo es de la «seguridad, como se habló en la reunión con el Ayuntamiento».

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