El extraño caso de las bicis olvidadas en Calahorra
Entre los numerosos objetos perdidos que llegan a la Policía, una decena de bicicletas aguardan a sus dueños
Llaves, alianzas, teléfonos móviles y carteras, con o sin dinero, llegan cada semana a las secciones de objetos perdidos de las jefaturas de la Policía ... Local como la de Calahorra. En la ciudad riojabajeña se guardan en tres cajas, con el nombre del mes en el que se entregaron, y transcurrido un tiempo, si nadie los reclama, «o bien pasan a ser de adquisición municipal y sino tienen utilidad se destruyen», explica Rubén González Somalo, inspector jefe de la Policía calagurritana, donde llama la atención la cantidad de bicicletas abandonadas que se recogen a lo largo del año y que nadie demanda.
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En las dependencias policiales se encuentran ahora custodiadas una decena de bicis y patinetes sin dueño. Los hay de todos los precios y hasta modelos infantiles. «Una de las bicis la vimos atada a la valla del solar del Silo, pero pasaron dos semanas y como nadie la retiraba, cortamos la cadena y la trajimos aquí», relata el inspector, que en cierta manera considera ya algo «extraño» que aparezcan tantas bicicletas abandonadas. «Igual alguna ha podido ser robada y después la ha dejado tirada en la calle», observa. Para dar con sus propietarios la Policía Local llevó a cabo hace unos días un campaña de difusión de estos medios de transporte a través de las redes sociales del Ayuntamiento.
Por una buena causa
«Lo que sí se pide es que el propietario demuestre que es suya, que bien puede ser con una foto en la que se vea que lleva la bici», precisa el inspector. En caso de no aparecer los dueños, la Policía procederá, como ha hecho otras veces, a entregarlas a la fundación del ciclista riojano Carlos Coloma, que «tiene un taller que las restaura y luego las puede destinar a una buena causa».
De todos modos, la Ordenanza Reguladora del Depósito, Custodia y Devolución de objetos perdidos y decomisados, en vigor desde el mes de septiembre del año 2021, contempla que los enseres perdidos de mayor valor (cuyo precio es superior a los 75 euros) deben permanecer al menos dos años en dependencias policiales. A partir de esa fecha, si ninguna persona lo ha reclamado, el ciudadano hallador puede hacerlo. «Ocurrió, por ejemplo, con una señora que se encontró unos 250 euros, los trajo aquí y después de dos años vino de nuevo. Como nadie los había pedido se los quedó ella», cuentan a modo de anécdota desde Jefatura.
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En las dependencias policiales cualquiera de los objetos y enseres perdidos que llegan a través de un ciudadano queda perfectamente inventariado. Ningún 'cable' queda suelto. Se toma nota de la fecha de entrada, del objeto y de la persona que lo entrega. «A quien lo trae se la da un ticket en el que ponemos lo que se ha encontrado y si pasado el tiempo nadie ha venido a reclamarlo, el que lo encuentra puede venir con ese ticket a llevárselo», explica Rubén González.
«Igual, alguna (de las bicicletas encontradas) ha podido ser robada y después la han dejado tirada en la calle»
Rubén González Somalo
Inspector
Anillos, pendientes, pulseras y collares son las piezas perdidas de valor que en mayor cantidad se guardan en la Jefatura. Recientemente, «fuimos casa por casa de las personas que se las habían encontrado por si las querían», dice el inspector, que reconoce que en muchas ocasiones «la gente rehúsa quedárselas». ¿Qué ocurre entonces si nadie se queda con estas joyas? «Tendré que hacer un expediente para que se las apropie el Ayuntamiento. Pero las piezas ya van a llevar una trazabilidad con la persona que se las encontró y que después finalmente no quiso quedársela», aclara.
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No obstante, no todos los objetos perdidos que llegan al depósito de la Jefatura pueden entregarse a sus halladores en los supuestos en los que no aparezcan sus dueños. «Todo aquello que tenga un contenido personal, como puede ser teléfonos móviles, ordenadores o álbumes de fotos nunca se dan a las personas que se los encuentran», aclara el jefe del cuerpo policial de Calahorra.
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