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E. PASCUAL
Viernes, 24 de agosto 2018, 22:54
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El encierro de reses bravas, que abría en la mañana de ayer la cuarta jornada de las fiestas patronales de Alfaro, se retrasó media hora. El público que esperaba desde las 9 de la mañana su inicio desconocía la grave causa: el mayoral de la ganadería de Toropasión, Carlos Martínez Moreno, había sufrido minutos antes en la finca una gravísima cogida, cuando un toro bravo se ensañó y le infringió quince cornadas. A consecuencia, el vecino de Castejón de 42 años fue intervenido durante casi 7 horas en el Complejo Hospitalario de Navarra.
Según el relato de responsables de Toropasión, el mayoral, que lleva cerca de 8 años trabajando en la empresa, se encontraba a caballo apartando y cargando toros en una camioneta. En un momento dado, uno de los toros embistió a la montura y derribó a Martínez, ensañándose con ambos. El caballo murió. Y con el mayoral se cebó, produciéndole una quincena de cornadas. El animal le hirió gravemente en la espalda, le atravesó el ano, le rasgó la bolsa testicular y le rompió la cadera. Además, le produjo contusiones en piernas y rostro, varias costillas rotas, pero sin dañar órganos vitales.
Percibido de la escalofriante cogida, un responsable de Toropasión llevó en coche a Martínez hasta el Hospital Fundación de Calahorra, desde donde fue derivado en helicóptero al Complejo Hospitalario de Navarra, en Pamplona, donde los equipos están preparados debido a su experiencia con los encierros de San Fermín.
A pesar de la gravedad de la cogida, y las largas horas de quirófano, los cirujanos de dos equipos fueron ratificando con el paso de la tarde que Carlos Martínez estaba fuera de peligro vital. Por delante, le esperan 48 horas de observación en la UCI. Con pareja, este castejonero de 42 años es muy conocido en su localidad y en la zona de la ribera gracias a su afición y dedicación al mundo de los toros.
La empresa Toropasión Espectáculos es la organizadora de los festejos populares en las fiestas alfareñas. Y pese a la inquietud que supuso en sus integrantes la situación que vivió un compañero, sus responsables optaron por no suspender ningún acto. Así, a pesar de la media hora de retraso -motivada porque tardaron en llegar los permisos a presentar a los veterinarios tras la cogida-, hubo encierros matutino y vespertino, exhibición con tres recortadoras y el gran prix en la tarde con cuadrillas.
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