El mercado de cereal se muestra volatil desde el cambio en el Gobierno en EE UU
Los elevados costes de producción continúan castigando a un sector que no termina de recuperarse
El mercado de los cereales se mantiene sin grandes variaciones alimentando una volatilidad que aumenta por las precauciones de la demanda, que parece cubierta a ... corto plazo, y de la oferta, que sigue a la expectativa, temerosa de provocar un cambio de sentido en las cotizaciones, indica el último boletín del observatorio de precios agarraos del Gobierno de La Rioja.
La misma publicación añade que las cuestiones geopolíticas y la amenaza de los aranceles siguen condicionando la actividad comercial internacional, aunque los precios de la importación continúan firmes, incluso levemente alcistas en trigo y maíz.
El dato
53-58% por debajo de los costes
de producción es lo que recibe el agricultor, según los últimos dactos de las fichas de cultivo de cereal del Gobierno riojano.
Esta volatilidad del sector cerealista se produce desde finales de enero, debido a los cambios en la Administración de Estados Unidos y por las guerras comerciales que Donald Trump plantea con diferentes países implantando aranceles.
En España, según recogió el observatorio de precios agrarios en su momento, el arranque de año fue alcista y continuó expectante, con pocas variaciones. Hasta mediados de marzo la demanda parece cubierta, y la oferta queda a la espera de mejora.
A principios de año las siembras de cebada se desarrollaron en peores condiciones que las del trigo, y continuaban las aplicaciones de herbicidas y de abonos.
Las últimas cebadas de ciclo corto en Rioja Alta, a principios de febrero, cerraron la campaña de siembra de los cereales de invierno que este año se ha visto favorecida por las lluvias desde octubre, destacaba el servicio de Agricultura riojano. También que la llegada de lluvias y el aumento de temperaturas provocaron una aceleración de trigos y cebadas que se adelantan en la fase de ahijamiento.
Óscar Salazar, de Foncea (presidente de UAGR), indica que «en esta zona el que no haya sembrado lo que pensaba lo destinará ya al cultivo de girasol o alguna leguminosa como el guisante». «Al cereal no le hacen falta grandes lluvias en invierno y se está desarrollando con normalidad. Es cierto que al no helar, para los que sembraron muy temprano quizá esté demasiado adelantado», señala.
Respecto a los precios asegura que «lo que está castigando son los altos costes de producción, porque no paran de subir los nitrógenos, el abono de sementera... y no se termina de recuperar el sector. En el último mes ha subido algo el precio del cereal, pero todavía está muy por debajo de los costes».
Francisco Gutiérrez, integrado en UPA, cultiva cereal en Calahorra y comenta que comenzó la siembra a primeros de diciembre con trigo y triticale. Le queda por sembrar la cebada de ciclo corto. Dice que «viene un año bueno para el cultivo porque no para de llover, lluvias cortas».
Juan Antonio Fernández es un cerealista de la sierra de Alcarama, de Navajún. Suele empezar la siembra en otoño y, como mucho, se prolonga hasta enero, para iniciar la cosecha después de San Fermín. A diferencia de otras zonas del valle del Ebro, en esta de montaña que limita con Soria, falta agua. «Aquí ni nieva ni llueve, apenas 10 u 11 litros desde diciembre hasta ahora. Seguimos con la sequía», lamenta.
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