«Que se pudra en la cárcel»
Familiares de los guardias asesinados por 'El Solitario' piden la pena máxima
I. ÁLVAREZ
Lunes, 30 de junio 2008, 03:39
El 9 de junio del 2004 marcó sus vidas. Desde entonces los familiares de Juan Antonio Palmero Benítez y José Antonio Vidal Fernández se han aferrado a una llamada de teléfono; una llamada que les confirmase la captura y entrada en prisión de 'El Solitario'. Hoy llega por fin el momento en el que Jaime Giménez Arbe será juzgado por el doble asesinato de los dos guardias civiles. Ambos pertenecían a la Agrupación de Tráfico de Calahorra. El fiscal solicita 52 años y seis meses de cárcel para su asesino.
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Palmero nació en Cádiz, aunque creció en Málaga. Estaba casado y su viuda trabajaba en un conocido restaurante de Calahorra. Vidal era oriundo de Oviedo y estaba soltero. Eran las seis de la tarde del Día de La Rioja cuando fueron abatidos a tiros en la carretera N-113, en el término de Castejón (Navarra). El juicio por el crimen, que acapara estos días la actualidad informativa, ha llevado a su entorno familiar a revivir aquella tragedia.
El tiempo no ha mermado las heridas. El dolor sigue muy presente y ni siquiera la detención del asesino pudo mitigarlo. Ahora claman la máxima condena para el autor del crimen. Algunos miembros de las dos familias acudirán al juicio de hoy, en Pamplona. «Va a ser un momento muy duro», afirma Sandra Vidal, hermana de José Antonio. Sus padres, Marciano y Virginia, viven en Gijón. «Nos encontramos muy mal porque ahora vuelves a revivir todo», dice Sandra. Aún así, intentarán sacar fuerzas de donde sea para hacer frente al asesino. «Mi hermano ya no va a volver, así que por lo menos esperamos que pague por lo que hizo y que no salga de la cárcel. ¿Que dé la cara por todo lo que ha hecho!». «No sólo robó, sino que además mató a dos personas», sentencia con dureza.
El juicio, dicen, lo afrontan «con muchos nervios». «No sé cómo vamos a reaccionar, pero intentaremos estar en nuestro sitio» sostiene Sandra. «Es la manera de poder acabar con todo esto» y supone un halo de esperanza para aminorar su sufrimiento. También para los familiares de Juan Antonio Palmero.
Sufrimiento familiar
Las dos familias han estado muy unidas durante estos años. Posiblemente también los padres de Palmero asistan al proceso. Uno de sus hermanos, Rafael, vive en Corella (Navarra) con su esposa. Por el momento, ha descartado la idea de acudir a la Audiencia Provincial de Pamplona. «Es muy duro, ya que volvemos a recordar el día del asesinato», dice su mujer. Como es lógico, piden también justicia. «Que no salga de la cárcel y que se pudra ahí». «Mi suegra está fatal», concluye abatida.
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