El corredor ferroviario riojano, fuera de las inversiones europeas para el 2020

A priori una buena noticia. A la postre, una decepción... más.

La Comisión Europea aceptó ayer la propuesta del Gobierno de España para la construcción de un corredor de alta velocidad ferroviaria entre el Cantábrico y el Mediterráneo, y comprometió que participará en su financiación (hasta un 20%). Sin embargo, el proyecto planteado por el Ministerio de Fomento a Bruselas, y que ha obtenido los parabienes comunitarios, da prioridad a la conexión por la comunidad de Navarra, dejando fuera los tramos riojanos (Miranda-Logroño y Logroño-Castejón).

A pesar de que el Ejecutivo central había mantenido que ambos corredores (el riojano y el navarro) se tramitarían al mismo tiempo, el Ministerio que dirige José Blanco priorizó finalmente el eje que atraviesa el territorio foral en la proposición que le trasladó al Ejecutivo comunitario con el propósito de obtener su visto bueno al eje y, sobre todo, de asegurarse de que contaría con su cofinanciación. Es más, el planteamiento realizado por el Gobierno de España cuantifica las inversiones que tiene previsto realizar tramo a tramo en la línea entre el 2014 y el 2020. Y en ese calendario de gasto a seis años no aparecen las conexiones de Logroño con Miranda de Ebro y Castejón.

¿Quiere decir esto que el Ministerio de España desecha el recorrido riojano del corredor ferroviario del Ebro? No, pero evidentemente los tramos que atraviesan la comunidad pierden tiempo (no figuran entre las infraestructuras urgentes del Ministerio) y pierden dinero (al ser excluidos de la propuesta a Bruselas se quedan sin la opción de costearse en parte con fondos europeos y, en consecuencia, su construcción dependerá en exclusiva del presupuesto del Ministerio, sometido en el último año a un severo ajuste del gasto por la necesidad de reducir el déficit público).

El ministro de Fomento, José Blanco, presentó el corredor cantábrico-mediterráneo (un empeño del PSOE) en noviembre del 2009 en un acto celebrado en Zaragoza al que asistieron representantes de las diferentes comunidades por las que atraviesa el eje. Por parte de la Comunidad de La Rioja acudió el consejero de Obras Públicas, Antonino Burgos. Según las previsiones escuchadas aquel día, Logroño quedaría unida por tren con Bilbao en menos de una hora y el trayecto con Valencia no llegaría a durar tres.

Sin embargo, la concreción de esa propuesta de alta velocidad o altas prestaciones (según la nomenclatura oficial con la que fue bautizada por el departamento de Fomento) pasa ineludiblemente por la construcción de los corredores con Miranda de Ebro y con Castejón. Ambas actuaciones recibieron un empujón el año pasado, ya que el Ministerio encargó la redacción del estudio informativo de la línea hasta Miranda (67 kilómetros), así como los proyectos de construcción de los cuatro tramos en los que está dividido el trazado hasta Castejón (71 kilómetros): Castejón-Aldeanueva (19 kilómetros); Aldeanueva-Lodosa (19 kilómetros, incluye el paso por Calahorra); Lodosa-Agoncillo (19 kilómetros) y Agoncillo-Logroño ( 14 kilómetros, con un túnel en el entorno de Agoncillo).

Pero si las infraestructuras de comunicación son muy apetitosas en general para el debate político, estos dos ejes lo han sido especialmente. Así, mientras el PSOE auguraba (30 de marzo del 2010) que el eje ferroviario con Castejón estaría en obras a mediados de este año y el de Miranda, en el 2016, el Gobierno de La Rioja y el PP han acusado reiteradamente al Ministerio de «ningunear» a la comunidad y de «retrasar» las actuaciones.