Ángel literario

Dotado con 6.000 euros, sin ser actualmente el galardón literario de mayor cuantía en La Rioja, se trata, en cambio, con quince ediciones, del de prestigio más arraigado. En su nómina de ganadores figuran, entre otros, reconocidos escritores como Francisco Sosa Wagner (1993), Miguel Sánchez Ostiz (1994), Juan Manuel de Prada (1996), Alejandro Bekes (1998) y, más recientemente, Fernando Sanmartín (2003), Javier Almuzara (2005)y Eduardo Jordá (2007).

La inclusión de Eduardo Halfon en esta lista significa el reconocimiento a un autor con recorrido propio, el cual aparece jalonado por libros como Esto no es una pipa, Saturno (Alfaguara, 2003) y El boxeador polaco (Pre-Textos, 2008), y especialmente marcado por el mencionado El ángel literario, que indaga sobre el momento en que los escritores se convierten en escritores.

«Quizás porque yo me incorporé tarde a la literatura siempre me estoy preguntando por qué escribo dijo ayer. Soy ingeniero, soy muy ingeniero. Ypara la literatura sigo siendo muy ingeniero, muy ordenado... Ahora, en vez de trabajar con vigas y columnas, trabajo con comas y adjetivos».

Clases de dibujo, la obra que próximamente publicará AMGEditores en su colección correspondiente al Premio Café Bretón, reúne «cuatro cuentos inspirados en el hecho de dibujar», aunque también «se acerca a la novela corta porque los cuatro relatos tienen una cierta ligazón», explicó.

La escribió en la localidad riojana de Matute, donde el autor residió durante el pasado año. Su vinculación con La Rioja le ha llevado a participar como presentador en la anterior y la presente ediciones de las Jornadas de Poesía en Español. «Nunca he escrito poesía confesó, pero cada vez leo más y mi narrativa se acerca mucho a la palabra hermosa».

Sobre el Café Bretón opina que «es un premio maravillosamente secreto, se mantiene bastante local, no tiene difusión internacional, y eso lo mantiene muy puro». «Es un premio que se abre a géneros añadió;no es un premio de novela, de cuentos o de ensayo... Borra esas fronteras entre géneros. Yeso a mí me gusta mucho porque yo tiendo a escribir así».

Ahora bien, ¿por qué escribir? «... Una cosa tengo clara responde en El ángel literario. Las personas entran y salen de la literatura sin saber por qué. Y quizás el solo hecho de preguntárselo es acercarse demasiado al sol, pues la razón jamás podrá comprender manifestaciones de un espíritu estético. Jamás. Sin pedir permiso ni perdón, el ángel literario se asoma, nos eleva efímeramente hacia algunos paraísos y nos arrastra hacia nuestros propios infiernos, y eso es todo, y a la mierda».