El PP rechaza la posibilidad de obligar a los pequeños municipios a fusionarse

El PP de La Rioja expresó ayer su oposición frontal a aplicar en la comunidad la agrupación de pequeñas localidades que plantea el Gobierno central para aligerar la Administración local y recortar el déficit público. El secretario general de los populares, Carlos Cuevas, se remitió al discurso reiterado por Pedro Sanz y ratificado recientemente por la Federación Riojana de Municipios: el modelo administrativo riojano funciona con éxito, por lo cual no es preciso recurrir aquí a este extremo.

A falta de definir el umbral mínimo de población marcado para materializar las virtuales fusiones -de 1.000 a 5.000 habitantes, según las informaciones iniciales- el 'número 2' del PP destacó el esfuerzo implementado por el Gobierno regional para mejorar la eficiencia en la gestión de servicios por parte de los ayuntamientos riojanos que, por su tamaño, carecen de recursos suficientes. Cuevas recordó aquí fórmulas como las mancomunidades, los consorcios (de aguas, de extinción de incendios...) o los acuerdos entre pueblos limítrofes para compartir secretario y reducir los gastos en personal. «Ahí, en la eficacia de las prestaciones comunes a los ciudadanos, es donde debemos seguir avanzando sin pérdida de la autonomía ni de la personalidad jurídica de los municipios», añadió.

Para los populares, sólo habría una vía para concretar la posible fusión entre dos o más localidades: que así lo decidan voluntariamente las partes interesadas. «Es algo que, por otro lado, ya está recogido en la Ley», matizó abundando en su rechazo a que pueda imponerse una medida de ese calado a la que ya se han acogido algunos ayuntamientos de otras comunidades. «En España no hay un modelo único, y es entendible que en otras regiones con una mayor concentración de población pueda llegar a contemplarse», concedió Cuevas. No es, agregó, la coyuntura de La Rioja, donde ya funcionan de facto soluciones mixtas con núcleos administrativos sobre los que gravitan otros menores como en los casos de Ezcaray o Cervera.

Tampoco la económica supone una razón de peso para contemplar la fusión de municipios en La Rioja. «Nuestros ayuntamientos no tienen un coste excesivo», garantizó.

El PSOE también se hizo eco del debate. En boca de su portavoz parlamentario, los socialistas se mostraron igualmente partidarios de conservar el actual modelo. «No se puede obligar a los ayuntamientos a fusionarse, los ciudadanos deben ser los que decidan una decisión así», apostilló Pablo Rubio, para quien la autonomía local debe preservarse en casos de especial dispersión como en La Rioja. Un principio que, para ganar en efectividad, debería pasar por la colaboración y servicios mancomunados.

Cuevas se congratuló de ello con ironía. «Aplaudimos que los dirigentes socialistas se sumen a las tesis del PP después de que, inicialmente, se opusieran al consorcio», remató en una intervención donde también destacó el informe que asegura que La Rioja será una de las tres comunidades en cumplir el objetivo de déficit y la unidad de gestión de cuenca recogida en el Real Decreto sobre Medio Ambiente.