«Como empleada, veía que progresar era complicado»
La plantilla de la empresa ha pasado en apenas tres años de dos a diez trabajadores, la mitad mujeres
MARÍA JOSÉ PÉREZ
Lunes, 8 de marzo 2021, 01:00
Basta con echar un vistazo al curriculum de Eva Gil Lozano para saber que es una mujer «inquieta» (así se autodefine), dispuesta a cambiar, a aprender y a trabajar lo que sea necesario para lograr desarrollarse. Ella, que asegura que tiene «un carácter emprendedor innato», empezó estudiando en la Escuela de Hostelería, descubrió ese ámbito profesional en Londres, luego cursó Empresariales, trabajo en el sector comercial, vivió la experiencia del paro y ahora es copropietaria de Abz impresores. Ese es el lugar donde de verdad ha podido progresar. «Como trabajador por cuenta ajena mi capacidad de desarrollo se quedaba ahí. Veía que la posibilidad de progresar era complicada», dice.
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Así que, junto a «mi socio perfecto, Luis Zapata», vio la oportunidad de emprender -se hicieron con una imprenta que cerraba- y desde 2018 está al frente de un negocio que ha ido creciendo hasta formar un equipo de diez personas absolutamente paritario: cinco mujeres y cinco hombres. «No es buscado, ha sido casualidad, pero me gusta», afirma. Porque, además, «el mundo de las artes gráficas siempre ha sido muy masculino». Su grupo equitativo es, incide, «fruto de la casualidad» y «de no tener reparos a la hora de contratar».
La experiencia en distintos ámbitos y a ambos lados de la barrera empresarial le permiten afirmar que «el mercado laboral va cambiando; cada vez hay más mujeres». Y aunque «todavía queda por hacer», nota los avances: «Antes no había mujeres en los equipos directivos, no ocupaban puestos importantes...». A su juicio, la equiparación de las bajas de maternidad y paternidad es positivo porque «no se discriminará a la mujer porque pueda quedarse embarazada».
Clara defensora de «un mundo igualitario», asegura que desde su puesto de responsabilidad -se encarga del área de gestión y comercial y su socio, de producción y personal-, «cuando trato de negocios, lo hago igual con un hombre que con una mujer». Cree que la empatía o facilidad de negociar no depende del sexo, pero admite que ha notado más las diferencias «en el ámbito laboral como empleada».
Movida siempre por «querer hacer las cosas como crees que se deben hacer», dispuesta a «creer en mí» y a trabajar «duro», su próximo proyecto es «el traslado al pabellón que ocupó Raez, en el polígono Cantabria» para tener unas instalaciones «más acordes» para seguir trabajando.
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