Alegría ofrece un pacto presupuestario en Aragón en el que el PP ve «pánico» a las elecciones

De cristalizar esta promesa, la postura de los socialistas haría posible que la senda de déficit viera la luz verde del parlamento regional, incluso si los de Santiago Abascal, con los que Azcón no ha podido llegar aún a ningún tipo de pacto presupuestario, votan en contra. «No queremos Presupuestos que estén maniatado por la ultraderecha. No queremos un presupuesto que esté dictado por Vox. Queremos un presupuesto para todos y para todas», justificó la también portavoz del Gobierno.

Con la cuenta atrás en marcha, y en plena campaña de las elecciones Extremeñas, en las que la también baronesa del PP María Guardiola adelantó los comicios al 21 de diciembre por la imposibilidad de armar las cuentas públicas, Alegría instó a Azcón a poner en marcha las negociaciones para sacar adelante los Presupuestos en Aragón «desde ya, desde hoy mismo». Alegría ha avanzado que se reunirá con el presidente aragonés este miércoles para conocer el presupuesto al detalle y se ha ofrecido a dialogar «para negociar unos presupuestos por Aragón». «Les avanzo que el Partido Socialista facilitará la aprobación de ese techo de gasto. No queremos perder ni un segundo, queremos trabajar para dar respuesta a los problemas que tiene la ciudadanía aragonesa», señaló la dirigente del PSOE.

Entre los requisitos que avanzó como contraprestaciones, los socialistas señalan la creación de vivienda pública «sin especulación», inversiones en sanidad pública en todo el territorio, gratuidad en la educación del tramo de 0 a 3 años, aumentar plazas públicas en las residencias para personas mayores o la ampliación de la línea 1 del tranvía y el impulso a la segunda línea del mismo en Zaragoza.

Pero las circunstancias en las que la jefa de filas de los socialistas aragoneses lanzó su oferta no fueron las más afortunadas. Lo hizo en una rueda de prensa celebrada menos de doce horas después de que se desatara otra tormenta en Moncloa tras la destitución de Antonio Hernández, el que fuera mano derecha de Francisco Salazar, el exasesor de Moncloa que está en el foco del huracán político por las denuncias de acoso sexual. Alegría se vio obligada a pedirexpresamente «disculpas» por no haber actuado con celeridad cuando se conocieron las denuncias de las afectadas.

En el PP, por su parte, se muestran excépticos ante esta oferta, que atribuyen a que la propia Alegría «ha entrado en pánico». «Si hay unas elecciones, eso va a suponer tener que abandonar el Consejo de Ministros y la portavocía, y enfrentarse a los aragoneses y tener que dar cuentas de las políticas que ha defendido el PSOE», señalo Mar Vaquero, vicepresidenta de Aragón.

En Génova creen que la ministra portavoz «enmienda» de este modo la estrategia de su compañero en Extremadura, Miguel García Gallardo, y le «debilita» de cara al tramo final de la campaña. «Y lo hace porque comparte con Sánchez el terror a la opinión de los ciudadanos», zanjan. También sacan a relucir la comida que la ministra portavoz compartió con Salazar y que esta limita al «ámbito personal».