Odios y tempestades
Entre Líneas ·
Feijóo no tenía necesidad de meterse en el terreno del ataque personal a Sánchez cuando los casos de corrupción ya ofrecen suficiente munición de desgasteAlberto Núñez Feijoo ha elevado el nivel de presión sobre Pedro Sánchez al máximo al vincularle, sin pruebas, con el negocio de la prostitución y ... aludir a las saunas gais en Madrid de su suegro ya fallecido y los beneficios que obtuvo el presidente al vivir antes der ser elegido en pisos comprados o alquilados por la familia de su mujer gracias a esos emolumentos. La alusión marca un terreno de juego inedito y supone un ejercicio de alto riesgo para el PP que se le puede volver en contra. La advertencia del PNV en el último pleno del Congreso –«ha rebasado la línea roja y es algo impropio de alguien que aspira a ser presidente del Gobierno», dijo la jeltzale Maribel Vaquero– resume bien la jugada. Feijoo no tenía ninguna necesidad de meterse en ese terreno vidrioso y pisar un charco tan resbaladizo. Él mismo ha precisado que lo que ha hecho «es una crónica, no una crítica», de informaciones periodísticas pasadas, que el PP tenía guardadas como una 'bala de plata' para dar la puntilla política y social a Sánchez.
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Se podía argumentar en un principio que las menciones en la sesión del Congreso del presidente del Gobierno a la famosa foto de Feijóo hace 30 años con el narcotraficante Marcial Dorado rebasaron al vaso de la paciencia del líder popular y éste contraatacó a la yugular sitiéndose muy herido. Pero la reacción del PP a la polèmica y la posterior presentación de una batería de preguntas en el Congreso y en el Senado sobre el asunto de los supuestos prostíbulos revelan que se ha gestado una fría estrategia de descrédito personal. Los populares creen que va a destruir a Sánchez y los socialistas que el PP ha enloquecido en su apuesta por acabar con el presidente. El problema es que de todo esto pueden salir bastante más que daños colaterales. Cuando la furia y el odio se convierten en motores de combustión política todos salimos perdiendo.
Feijóo no tenía ninguna necesidad de entrar en este jardín cuando la gravedad de los casos de corrupción que en este momento están bajo la investigación judicial es extraordinaria. De por sí sería suficiente munición para derribar a un Gobierno. Los indicios de los informes de la UCO son demoledores. Los audios escuchados constituyen, objetivamente, un antes y un después. La credibilidad de Sánchez y del PSOE está en entrediicho, como lo refleja la propia encuesta del CIS que augura un desplome socialista.
En esta tesitura, Feijóo se equivoca al desenfocar la estrategia del PP hacia un terreno, el de la supuesta conexión de Sánchez con la prostitución, con el que busca destruirle políticamente, sobre todo ante el electorado feminista. Pero no todo vale en esta apuesta. La mención de las saunas gais del suegro fallecido -que según la Audiencia Nacional, ejercían una actividad lícita- es jugar a la confusión. El PP relaciona a estos locales con 'prostíbulos', pero se basa en informes elaborados por la 'policía patriótica' durante los gobiernos del PP, según contó en su día el excomisario Villarejo. Meterse en este submundo de cloacas para agredir al adversario, además de lindar con cierta estigmatización del colectivo LGTBI ligando saunas gais y prostitución, es un arma de doble filo.
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El PP cree que acierta de lleno con este mensaje, que en la sociedad impera un hartazgo con Sánchez, que la gente quiere leña. La radicalización de una parte notable del electorado conservador es una evidencia en todo el mundo y el deslizamiento hacia la ultraderecha del voto joven masculino es imparable. Es un fenómeno que presiona al PP, que teme quedar como un producto 'blando' frente a la fuerza emergente de planteamientos duros una parte la ciudadanía. En este marco, Vox gana y su crecimiento en las encuestas ofrece una señal bien alarmante de quien capitaliza el descontento social y el naufragio por capítulos del actual sistema. La democracia liebarl está gravemente herida en España y serrá la extrema derecha la que rentabiliza todo este descrédito. Quien siembra odios recoge tempestades. El PP salió el miércoles del pleno del Congreso con una sensación agridulce. Sánchez gana algo de tiempo, aunque los socios le ponen condiciones muy exigentes que van a hacer muy complicada la legislatura. A Feijóo se le ve cada vez más impaciente. Ese es su flanco más débil cuando lo tiene casi todo a favor.
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