La última y brutal ola de calor estresa a viñas y técnicos y dispara las alarmas
La preocupación por la cosecha se generaliza entre viticultores y bodegas a la espera de quince o veinte días claves
La bochornosa ola de calor de la semana pasada, con altísimas temperaturas diurnas pero especialmente nocturnas, ha disparado las alarmas en toda la geografía de ... la denominación porque el estrés de las plantas es ya una constante en prácticamente todas las zonas y los técnicos han multiplicado los muestreos con resultados en casos preocupantes. La viña estaba sobrellevando razonablemente bien la sequía, superando incluso momentos críticos como el del pasado mes de abril, y afrontaba el final del ciclo, aun sedienta, con relativa tranquilidad. Sin embargo, la preocupación se ha instalado entre viticultores y bodegas porque vuelven a pintar bastos.
La Rioja Oriental. Desde Quel, Javier Arizcuren no duda en señalar que «las viñas acabaron la semana pasada con la 'lengua fuera'. «Hemos hecho muestreos con el mazuelo y ya tenemos 12,7 grados, así que, me temo que, como el año pasado, lo vendimiaremos en los primeros días de septiembre aprovechando la tregua de temperaturas de estos días». En este sentido, el viticultor confía en aprovechar las noches frescas, y «a poder ser un poquito de agua», para desestresar las viñas y con el riesgo de pasificación como principal preocupación:«Evitarla va a ser nuestro principal criterio de vendimia, por encima incluso de la madurez fenólica». Arizcuren tiene claro que, como ya pasó el año pasado, «vamos a tener problemas de acidez y una vendimia difícil, en la que habrá que hacer varias pasadas incluso en un mismo viñedo y ser muy, pero que muy, selectivos».
La Rioja Media. Juan Bautista García (Bodegas Paco García, en Murillo) ha terminado estos días la vendimia de tempranillo blanco, que la hizo nocturna para intentar castigar lo mínimo posible a la uva, y tiene ya un viñedo singular de tempranillo, El Cerro, con 13,1 grados:«Esto va muy rápido, especialmente donde hay poca producción», afirma, y tiene claro que habrá dos vendimias:«Una en las viñas en que la carga de racimos está controlada y otra muy diferente en viñedos de alta producción, que lo van a tener bastante complicado para madurar porque las plantas están llegando muy estresadas».
García, que lleva ya tres cosechas trabajando en ecológico, confirma que la productividad de los viñedos será determinante para la calidad y coincide con Arizcuren en que el principal riesgo es la posible pasificación de las bayas:«Fue un problema el año pasado y lo volverá a ser éste, con lo que seguramente haya que tomar decisiones muy selectivas y tendremos probablemente una vendimia que se desarrollará a la par en prácticamente toda la denominación de origen, al igual que sucedió también la campaña pasada».
«Hay viñedos que siguen con mucha carga y lo van a tener muy difícil, si no imposible, para madurar»
Isaac Muga
Bodegas Muga
«La tranquilidad era la nota dominante y ahora se ha transformado en miedo e inseguridad»
Julio Sáenz
La Rioja Alta, SA
La Rioja Alta. Julio Sáenz, director técnico de bodegas La Rioja Alta, SA (Haro), no tiene dudas de que el exagerado calor de la semana pasada «ha hecho daño». «El viñedo había sobrellevado bastante bien la sequía, pero eso ha cambiado». Sáenz señala que los próximos quince o veinte días serán claves para el futuro de la cosecha 2023:«Han vuelto las noches frescas, y nos vendría muy bien un poco de agua».
El enólogo piensa en su zona principal de abastecimiento, La Rioja Alta, donde aún hay más margen para la maduración, pero, respecto a la garnacha que tiene en el paraje de La Pedriza, en Tudelilla, la preocupación es máxima:«El pasado jueves vimos que el grado se había disparado y, además, el suelo de piedra desprende calor incluso de noche, por lo que las cepas están sufriendo mucho». Julio Sáenz no tiene dudas de que «la cosecha será, seguro, complicada» y que habrá que trabajar mucho en la mesa de selección:«La pasificación va a estar ahí y me está recordando al año 2003, cuando tuvimos también calores extremos». En todo caso, comparte con el resto de técnicos que «las viñas equilibradas van a salir adelante, mientras que las más cargadas lo van a tener muy complicado». «La tranquilidad, pese a la sequía que se arrastraba, era la nota dominante hasta la semana pasada, pero ahora diría que lo que más hay es miedo e inseguridad».
Bodegas Muga (Haro), aunque centrada en La Rioja Alta, tiene viñedos en casi todas las zonas de Rioja e Isaac Muga, su director técnico, destaca sobre todo la «irregularidad». «Los viñedos que más han sufrido la sequía están en una situación muy delicada porque hay poca vegetación y apagada, con lo que encontramos en una misma zona o mismo término viñas que siguen bien y otras que están muy mal». Muga apunta a la carga como factor fundamental:«Hay viñedos, y no pocos, que tienen muchos racimos y que lo van a tener muy complicado, si no imposible, para madurar». «Los últimos muestreos –continúa– han demostrado que esto va muy rápido desde el punto de vista de la graduación alcohólica, pero no la fenólica, por lo que se necesitan noches frías».
El viticultor ya ha vendimiado el chardonnay para Cava y ha empezado con garnachas jóvenes para claretes y lo hará ya con algunos tintos de Tudelilla:«Las viñas están estresadas en La Rioja Baja, Alta y Alavesa y, aunque en estas dos últimas zonas la situación es mejor, también hubo mucho picoteo de piedra, lo que incide en la irregularidad». «La semana pasada ha sido realmente horrible para el viñedo».
Los cuatro técnicos coinciden en que, con el cambio climático, la carga de los viñedos está siendo y será determinante para la calidad y, de hecho, cosecha por cosecha, se confirma claramente la existencia dos vendimias en Rioja:la de viñedos ajustados de producción y la de las viñas sobrecargadas, que cada año tienen muchos problemas para terminar el ciclo en condiciones.
Un problema endémico
El refranero histórico, que relacionaba fechas de octubre con la vendimia riojana apenas sirve para este tramo del siglo XXI y, añada tras añada, la maduración continúa adelantándose y, por tanto, las fechas de vendimia, con la presión, además, de un mercado que cada día más rechaza las sobremaduraciones en los vinos.
Las cartas de advertencia del Consejo Regulador contra los excesos de rendimientos comenzaron a llegar la semana pasada también a La Rioja Alta y Alavesa como una semana antes lo hicieron a la zona Baja y, aunque tienen su efecto persuasivo, Isaac Muga es claro al respecto:«El sistema tiene defectos y, aunque funcionará en el futuro según se vaya incorporando información, de momento tiene muchos errores. Por ejemplo, en mi caso he recibido una carta que, en una finca de 18 hectáreas, me pide que tire uva en tres parcelitas que no suman ni 0,17 hectáreas». En todo caso, Muga señala que «para que esto funcione hay que poner más dinero en el control de campo, con personas, porque sigue habiendo muchos viñedos con excesos».
Los técnicos confirman que el sistema de inteligencia artificial falla, por ejemplo, con las cubiertas vegetales o con las parcelas que han sufrido pedrisco, pero, en cualquier caso, consideran que no se puede seguir cultivando sin controlar los rendimientos:«El cambio climático se está acelerando en los últimos años, por lo que tenemos que saber reaccionar y minimizar los efectos con las herramientas que tenemos», indica Javier Arizcuren. «Hay variedades de ciclo más largo que se defienden mejor, pero también podemos actuar sobre los viñedos y está claro que descargar racimos es necesario y pensar parcela por parcela para elegir el momento de vendimia. Ya no sirve con hacer lo que hacía el vecino, sino que cada viticultor debe actuar por sí mismo».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión