La nave de barricas, excavada en roca viva, es una de las estancias más espectaculares de la bodega. Rodrigo Merino
Enoturismo

Castillo de Mendoza. Ecológicos por convicción

La bodega de San Vicente invita al visitante a un recorrido que parte de la viña y concluye con una degustación y cata algunos de los vinos ecológicos que etiqueta

César Álvarez

Logroño

Sábado, 24 de mayo 2025, 12:08

El donostiarra Eloy Antonio Mendoza se había criado en San Vicente de la Sonsierra, y por tanto, cerca del vino y de su entorno. Siempre ... había asegurado que si su actividad industrial se lo permitía económicamente, volvería al pueblo en el que pasó su niñez para seguir cerca del vino no solo como elaborador doméstico como venía haciendo en un pequeño calado dentro de los muros del castillo, sino con una dedicación más comercial.

Publicidad

Cumplió su palabra cuando en 1994 decidió restaurar una antigua bodega porque el calado donde elaboraba casi exclusivamente para consumo propio se le había quedado pequeño. Posteriormente, ya dio el paso definitivo en el año 2001 cuando inauguró la actual edificación que acoge la bodega Castillo de Mendoza.

Experiencias

  • Visita esencial

  • Incluye: Tour guiado por el viñedo, la sala de elaboración y el calado de barricas; y una degustación de vinos ecológicos con un pequeño aperitivo.

  • Duración: 120 minutos.

  • Precio: 20 € (menores, gratis).

  • Visita premium

  • Incluye: Tour privado por los viñedos ecológicos centenarios, guadaviñas y lagares rupestres, aperitivo a pie de viña y visita a la bodega, donde se catan 3 vinos premium.

  • Duración: 4 horas.

  • Precio: 100 euros

  • Wine bar

  • Incluye: Wine bar, con jardín rústico junto al viñedo, se puede disfrutar de los vinos por copas y, tapas y raciones gourmet.

  • Horario: Lunes a viernes de 10 a 14:30 horas y sábados: de 12 a 14:30 horas.

  • Otros

  • Reserva: Siempre es necesaria cita previa.

Se trata de una instalación moderna que cuenta con viñas prácticamente en la puerta de la bodega, lo que permite al enoturista conocer (ver, pisar, tocar...) las cepas, e incluso, si se está desarrollando alguna de las labores propias del viñedo, participar de la experiencia.

Allí mismo, en el viñedo, que ahora va a incorporar un jardín con las diferentes variedades admitidas por el Consejo Regulador, el visitante recibe las explicaciones de por qué Castillo de Mendoza apostó casi desde el primer momento por la producción ecológica. Incluso cuando nadie lo hacía, esta bodega de la Sonsierra optó por los métodos naturales para preservar a su cepas de la 'contaminación' de los productos de síntesis, aún sabiendo los problemas a los que se arriesgaba. Descubrió los tratamientos preventivos que se aplican al viñedo y las diferencias entre la agricultura convencional y la ecológica y su traslado luego a la copa, y cómo antes de sacar su vino ecológico, Castillo de Mendoza tuvo que trabajar muy duro tres años.

Publicidad

Es en el campo también, a apenas treinta metros de la puerta de acceso al edificio, cuando el enoturista entiende la influencia que el río, y también de la Sierra de Cantabria tienen sobre la 'milla de oro' del Rioja, y el valor de los suelos arcillo-calcáreos pobres sobre los que se asientan buena parte de las parcelas.

La vendimia en verde es otro de los conceptos con los que el visitante se relaciona antes de comenzar su andadura por el proceso de elaboración.

Luego, ya en el interior de la bodega, un coqueto hall (que alberga el wine bar), donde se combinan los jaulones metálicos con los cantos rodados sacados de una de las parcelas, dan la bienvenida a quien llega.

Publicidad

De allí se avanza por la instalación caminando por las mismas estancias por las que realiza el vino su recorrido vital, desde que llega como uva hasta que sale embotellado como un vino de gama alta.

En ese tránsito al lado del vino, el turista tiene la oportunidad de descubrir una de las grandes joyas de la bodega: la nave de barricas.

Se trata de un espacio arrancado al suelo rocoso de San Vicente que Eloy Antonio Mendoza asegura que es el regalo que la naturaleza le quiso hacer por haberse empecinado en levantar una bodega en esa zona (él quería hacerlo cerca del río) cuando todo el mundo le aconsejaba hacerlo en otro emplazamiento.

Publicidad

Rodrigo Merino

Castillo de Mendoza puede presumir de una gran sala cuyas paredes las configura la roca viva, donde aloja 500 barricas de roble francés y, salvo las del vino de autor, todas de 225 litros, todas a un solo nivel, por lo que el salón podría llegar a albergar cinco veces más si se completaran los cinco niveles habituales en la DOCa. Sin embargo, la bodega no quiere elevar sus volúmenes productivos porque su apuesta es por la calidad. Dispone de 35 hectáreas de viñedo propio (con una edad media de 45 años), todo en el término municipal de San Vicente de la Sonsierra. En la bodega dispone actualmente de entre 100.000 y 120.000 botellas –aunque la capacidad es para 500.000– donde se afina el vino antes de salir al mercado, principalmente internacional que, aún hoy por hoy, es donde mejor se aprecian los vinos ecológicos.

En función de la opción elegida, la visita a Castillo de Mendoza concluirá en el wine bar con la degustación de los vinos y de un pequeño aperitivo local o aún continuará con el pequeño desplazamiento para visitar un guardaviñas y lagar rupestre donde se disfrutará también de un aperitivo rodeado de viñedos.

Publicidad

Previamente, junto al aparcamiento, el visitante habrá podido disfrutar de la vista de 45 viejos olivos –cuya producción es mínima– pero que el propietario de la bodega, Eloy Antonio Mendoza, quiso salvar de las llamas, una vez que iban a ser arrancados de la finca que los albergaba. Castillo de Mendoza no sólo produce todos sus vinos en ecológico, sino que además, ha hecho de la sostenibilidad una de sus grandes señas de identidad. Las cápsulas de sus botellas están hechas con polietileno de base biológica que proviene de la caña de azúcar, y las tintas con al agua. Los materiales con los que están hechas sus etiquetas son todos respetuosos con el medio ambiente; el cartón de sus cajas es reciclado y sus corchos naturales carecen de tratamientos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta especial!

Publicidad