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PABLO GARCÍA MANCHA
LOGROÑO.
Jueves, 11 de julio 2019, 11:04
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Más de 5.000 personas se dieron cita en la fría tarde de ayer en la Plaza de Toros de La Ribera para cumplir el Voto taurino de San Bernabé en un festejo popular en el que el toreo original se dio la mano con la maestría del diestro navarro-riojano Javier Marín Igea que lidió sin muerte un real de Los Millares.
Tres capítulos: toreo a pie, toreo de recortes y, finalmente, vacas para los jóvenes valientes que se atrevieron a bajar a la candente para sentir de cerca el bufido de las vacas de Toropasión (dos de ellos fueron atendidos por heridas leves).
Javier Marín es un joven matador de toros de Cintruénigo (Navarra) que tomó la alternativa hace dos años en Tudela y que este año actuará en la Feria de del Toro de Pamplona el 13 de julio ante reses de La Palmosilla.
La de ayer fue una buena oportunidad para mantener el contacto con el toro y seguir su preparación de cara a la que será la corrida más importante des incipiente carrera. Marín se las vio con un fragoso eral -muy bien presentado, por cierto- de Los Millares, que aunque no desarrolló mucha calidad, se movió con el suficiente motor para que los espectadores disfrutaran de una buena faena. Javier recibió a toro de rodilla por faroles y después ensayó un arriesgado quite por saltilleras, que remató con una airosa brionesa en los medios de la plaza. El toro se movía sin demasiada humillación pero con fijeza y Javier le plantó cara con la muleta por ambas manos. Bien colocado siempre, el diestro fue acortando las distancias en una faena en la que jugó con mucha inteligencia con las alturas. Al final le apretó en redondo y coronó la faena con unas ajustadas manoletinas que despertaron el clamor del público.
Tras la lidia clásica, llegó el momento de los recortadores. Dos vacas de la ganadería de Toropasión desplegaron la suficiente bravura para que los toreros a cuerpo limpio hicieran disfrutar a los miles de espectadores con quiebros, recortes, saltos del ángel, la garrocha y todas las suertes que sin solución de continuidad aplicaron en las dos lidias.
El conjunto de recortadores estuvo formado por Sergio Urruticoechea, Eusebio Sacristán, David Ramírez 'Peque', 'Zorrillo' y Javier Pradanas, que se emplearon a fondo desde que apareció la primera res, una preciosa vaca berrenda que no paró de embestir con nobleza desde que salió al ruedo. La segunda vaca fue más parada, pero los cinco toreros no la dejaron pensar realizando las suertes ligadas una tras otra para que repitiera sus embestidas sin descanso. Los cinco, junto a Javier Marín, fueron premiados con una calurosa vuelta al ruedo. La fiesta terminó con un montón de chavales y chavalas en el ruedo.
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