La fuente del Encino, limpia después del incendio
El fuego del pasado lunes asoló el entorno de la construcción del siglo XVIII, un elemento histórico y patrimonial que el Ayuntamiento de Logroño ha vuelto a sanear, retirando los vertidos de los alrededores
El pasado lunes se produjo un incendio cerca del barrio Varea de Logroño. Bomberos, Policía Local y Nacional acudieron a primera hora de la tarde para intentar sofocar las llamas, muy aparatosas y que afectaron a tres hectáreas de vegetación, pasto y a algún terreno de cultivo. El fuego se produjo en las inmediaciones de la circunvalación LO-20, la vía del tren y la fuente del Encino, en las denominadas huertas de Varea. Una vez sofocado el incendio, el panorama que dejó las llamas fue desolador en las inmediaciones de la fuente del Encino, por donde transcurre la calzada romana Vareia-Calagurris. Todo a su alrededor quedó quemado.
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La fuente del Encino fue construida en 1785 y restaurada en 1994 por la escuela de cantería de Logroño. Es un paraje poco conocido pero muy querido, sobre todo, por los vecinos de Varea. Hasta hace unos pocos años la fuente estaba seca, aunque unas obras de acondicionamiento promovidas por el Ayuntamiento de Logroño favorecieron que volviera a manar agua. De hecho, en las últimas semanas se había podido ver cómo el agua salía de sus cuatro caños, algo poco habitual.
En 2004, la Consejería de Turismo, Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno de La Rioja declaró la fuente del Encino 'suelo no urbanizable de elementos de interés recreativo' y planteó una «actuación integrada compaginando la activación del humedal con un área recreativa relacionada con la red de itinerarios ciclistas y peatonales, así como con actuaciones en el yacimiento arqueológico de Varea».
El efecto y los daños del fuego hicieron que las autoridades se volvieran a fijar en este manantial y este mismo viernes el Ayuntamiento de Logroño ha informado de que «los servicios de limpieza retiraron los grafitis del frontal de la fuente mediante agua a presión y con decapante, dado que no pudieron ser eliminados de forma manual». Además, se procedió a la retirada de un vertido de plásticos en la entrada al camino que lleva a la fuente».
Aunque existen un par de senderos para llegar a la fuente del Encino, ciertamente no son para todos los ciudadanos. La construcción, a menudo objeto de actos vandálicos, como pintadas, se quedó al descubierto y rodeada de cenizas tras el incendio. El fuego no afectó a la fuente del siglo XVIII, pero sí a todo lo que le rodea. Lo cierto es que, alejados de los terrenos de Viveros Azahar y Viveros Provedo, así como de una granja de cabras, la maleza invadía las inmediaciones, por donde habían empezado a proliferar las escombreras ilegales. No ha trascendido la posible causa del incendio, y aunque el daño medioambiental no parece grande, el fuego ha estado cerca de afectar a un elemento histórico y patrimonial importante para Logroño.
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