Un cementerio de coches olvidados que se eterniza en Lobete

Un problema que, ya hace un lustro, se detectó en el parking libre y en superficie que se abre desde la acera oeste de la mencionada vía, en su parte más alejada del centro. Diario LA RIOJA, de hecho, se hizo eco del asunto en 2019 comprobando que en el citado espacio reservado para el aparcamiento del entorno proliferaban las plazas casi fijas ocupadas siempre por los mismos coches durante semanas con apariencia de dejadez y abandono.

Una práctica que, desde entonces, no solo se ha ido consolidando, sino que, para desesperación de los vecinos, se ha extendido a las bandas de estacionamiento colindantes convirtiendo el conjunto en una especie de cementerio de coches olvidados que va camino de eternizarse.

«El otro día, al explicarle a alguien donde vivo, yo hacía referencia a las torres próximas a Lobete y él me contestó que si era donde los coches abandonados...», constata un residente. «Llevamos años con este problema, pues la zona se ha convertido en un depósito donde se pueden dejar los vehículos a perpetuidad, apoderándose de más de la mitad de las plazas de rotación existentes», vuelven a denunciar los más concienciados hablando de «desguace» y «chatarrería» viendo el estado de algunos vehículos. «Hemos avisado a la Policía Local e incluso se informó al Ayuntamiento el pasado mandato, pero nos tienen abandonados», lamentan para empezar a pensar en solicitar la ORA como posible solución –Logroño, a día de hoy, no limita el tiempo que un coche puede estar sin moverse en el mismo lugar–.

Encontrar sitio en las citadas plazas blancas se antoja misión imposible y, para más inri, no es un vehículo el que ocupa sitio de manera perenne, sino que son varios... más de una treintena, calculan los vecinos. Y lo primero que llama la atención cuando uno accede a la vía en cuestión es la antigüedad de parte del parque móvil que alberga.

Vehículos comidos por el polvo, de excrementos de aves, con chapas repletas de desperfectos, con el parabrisas lleno de hojas, y daños en retrovisores y escobillas... incluso alguno sin tapa en el depósito de gasolina. Y todo ello no hace sino acrecentar la sensación de «llegar a tu barrio, no encontrar aparcamiento y ver ese vehículo que lleva en el mismo sitio varios días y que tiene aspecto de haber sido 'dejado tirado'».

La falta de espacio para aparcar es ya una constante, y todo por una serie de vehículos, algunos como poco con la pegatina de la ITV caducada, estacionados durante meses, incluso años (semanas sería solo en el mejor de los casos), con claros signos y evidentes síntomas de dejación.

Muchos con matrículas de las antiguas, tanto por las letras en sí como por incluir aún las iniciales de las provincias... incluso extranjeras. Lo habitual, no en vano, es que haya varios conductores dando vueltas en busca de que se produzca algún movimiento... aunque sin éxito pues casi nunca llega. «Difícil, sí, pero no imposible...», reconoce un conductor de paso a la espera de plaza.

Desde el Ayuntamiento de Logroño, conscientes del problema y no solo en la citada zona, tratan de explicar los motivos por los que se tarda tanto en poder retirar un coche abandonado en la vía pública, pues tal procedimiento viene marcado por la Ley de Tráfico «que requiere de múltiples trámites –siendo como es muy garantista– para lograr la retirada efectiva de los mismos».

Así, y para iniciar el expediente como tal, deben darse dos condiciones –según precisa la propia Policía Local–: que lleve más de un mes en la vía pública y que, además, tenga desperfectos que confirmen que es un vehículo que no funciona. «Dos cuestiones que no siempre son fáciles de determinar por las patrullas policiales, por lo que en la mayoría de los casos la detección de estos vehículos abandonados procede de las quejas reiteradas de los vecinos» como en Marqués de la Ensenada. Además, y en el supuesto de que la documentación esté en vigor, «es todavía más complicado actuar».