El Ayuntamiento requiere a las terrazas de Bretón para que se ajusten a la ordenanza en cinco días

Los requerimientos municipales llegan tras una campaña de inspecciones llevada a cabo por técnicos del propio Consistorio capitalino, en la que, como era previsible, se han detectado incumplimientos de la normativa local al respecto, «deficiencias en todo lo concerniente al espacio público», en palabras del concejal de Medio Ambiente, Jesús López, con la circunstancias de que ya habían sido denunciadas por el vecindario previamente.

Y ello sin entrar, al menos de momento, en todo lo relativo a la ordenanza de protección del medio ambiente contra la emisión de ruidos y vibraciones, cuyo control y vigilancia más específico formará parte de una segunda fase del plan programado para abordar el asunto aun siendo conscientes de su gran complejidad y, por tanto, dificultad –a fin de compatibilizar la actividad económica con la residencial, asegurando los derechos al descanso y al ocio–. En la misma, llegado el caso, se podrían medir los niveles de cada negocio y, dado el cambio en el citado modelo de ocio, exigir, por ejemplo, limitadores de sonido.

Las inspecciones en respuesta al movimiento vecinal aparecido por las molestias que genera el creciente 'tardeo' en la zona desde la desescalada del confinamiento al que obligó la pandemia concluyeron con incumplimientos en tres aspectos: la ocupación del suelo en sí, por la ausencia de marcas o, pese a tenerlas, excederse de los límites autorizados; la visibilidad del plano de la terraza con la licencia obligatoria; y el apilado del mobiliario, algo prohibido del 1 de octubre al 30 de abril, salvo los veladores con cerramiento lateral a tres caras, donde puede permanecer almacenado en su interior durante todo el año.

Las notificaciones, al respecto, exigen «subsanar tales deficiencias», explica López, en un plazo de cinco días hábiles «bajo advertencia de la correspondientes sanción». Desde el gobierno local se insiste en que se trata de recuperar el equilibrio anterior al comienzo de unos problemas que vienen de lejos, 'heredados' de pasados mandatos.

Así, y si bien en lo relativo a no exceder el espacio autorizado y a 'colgar' el plano y la licencia de la terraza creen que el sector puede cumplir sin problemas, también comprenden que para desmontar y guardar habrá «que ver cómo se hace, pero es algo que tendrán que hacer».

En cualquier caso, que Bretón y sus alrededores sean la zona «más conflictiva» en ese sentido –con el ruido comenzando cada vez antes y acabando más tarde–, no quiere decir que tales inspecciones se limiten únicamente a la citada área, por lo que tales acciones se extenderán a otras concentraciones de terrazas de la ciudad, según tiene previsto el ejecutivo municipal.