Los dos restos de muros de sillería paralelos, en la zanja abierta perpendicularmente en el sentido de la calle, que 'hablan' de un edificio de más de 10 metros de ancho. Irene Jadraque / Sadé Visual

Aparecen restos de muros de sillería en la calle Sagasta, que serán protegidos para seguir con las obras

El estudio arqueológico ya está en marcha, pero todo parece indicar que forman parte de una edificación anterior a la calle en 1881 e incluso a la planificación urbanística del Casco Antiguo del siglo XVI

Javier Campos

Logroño

Jueves, 8 de agosto 2024, 12:13

Obras según lo previsto, aunque con sorpresa imprevista, si bien entraba dentro de lo posible dada la zona de actuación. La remodelación de la calle ... Sagasta, cuyo proyecto apuesta finalmente por una plataforma de coexistencia por tramos, ha sacado a la luz unos restos, «de cierta singularidad» según el propio Ayuntamiento de Logroño, que ya se estudian bajo la tutela de Patrimonio.

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Así, son dos muros de sillería paralelos los que desde la semana pasada centran la atención de los arqueólogos encargados de la supervisión de los trabajos. Restos que, en principio y a la espera de los resultados de la investigación, formarían parte de una edificación anterior a la construcción de la calle en 1881 e incluso a la planificación urbanística que ha modelado el Casco Antiguo desde principios del siglo XVI.

Se trata, en palabras de Juan Manuel Tudanca, de un «edificio construido con sólida sillería, bien planificado», que no se correspondería con un inmueble «doméstico», y «que todo parece indicar que antecede tanto a la habilitación de la calle como tal en 1881 e incluso a la planificación urbanística que ha modelado el Casco Antiguo de Logroño desarrollado a principios del siglo XVI».

Una construcción, «ajena a estos dos hitos», que apareció el 30 de julio cuando durante las labores de excavación a la altura del número 4 de la calle se constató el hallazgo «de restos arqueológicos de cierta singularidad, la presencia de sillería que interrumpía transversalmente el trazado de una zanja destinada a la instalación de infraestructuras, cerca de la calle Portales».

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Los técnicos responsables notificaron verbalmente tal hallazgo a las administraciones municipal y regional y ya al día siguiente se documentó un segundo hallazgo de características similares, a seis metros del primero en la misma zanja, según consta en la información remitida –y tal y como puede verse–..

El reto, desde entonces, es su conservación «afectando mínimamente» tales restos sin que ello altere el normal desarrollo de la reforma de la calle Sagasta, que mantiene sus plazos esperando que la afección temporal también sea «mínima». Así lo han expuesto los concejales Miguel Sáinz y Javier Martínez Mancho, quienes han visitado la calle.

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El Ayuntamiento informa de que «una vez completado el protocolo arqueológico, se seguirá con la reurbanización con total normalidad», y no espera retrasos

Las obras iniciadas el pasado 17 de junio (con un plazo de ejecución de cinco meses) «continúan según lo previsto», y «una vez completado el protocolo arqueológico se seguirá con la reurbanización con total normalidad». Detectada la presencia de restos, eso sí, «desde hace unos días se están estudiando, documentando, geolocalizando y a partir de hoy protegiendo según el protocolo del Consejo de Patrimonio y con el visto bueno ya obtenido de la Dirección General de Cultura».

«Lo importante ahora es que hemos podido documentarlo bien, se ha podido comprobar fehacientemente que las obras de urbanización van a afectar mínimamente a su estructura y que se cuenta con el beneplácito y la tutela de la Dirección General de Cultura. Todo se va a preservar y en principio estamos tranquilos», ha añadido el citado arqueólogo, quien no descarta que las obras deparen 'nuevas sorpresas'.

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A día de hoy, ya se ha realizado la excavación minuciosa del entorno de ambos muros, el georreferenciado de estos por medios topográficos, y se están llevando a cabo los trabajos de documentación fotogramétrica. Una vez culminado este proceso, se prevé continuar con los trabajos de protección y continuación de las obras para la instalación de las redes previstas. Será el estudio histórico-arqueológico que se desarrollará, y que se incorporará en la memoria final, el que determine ante qué restos estamos.

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