La vivienda se encarece un 18% desde 2021 por la escasez de oferta y la subida de los materiales

De hecho, este organismo asegura que el precio de los pisos en España ha alcanzado «un nuevo máximo histórico por encima de los niveles de 2007», la época del 'boom' inmobiliario. El riojano Óscar Martínez Solozábal, presidente de la Asociación de Expertos Inmobiliarios y con medio siglo de trayectoria en el sector, también comparte esa afirmación «y llevamos dos o tres años con unas subidas de precios muy elevadas». En La Rioja, el presidente de la asociación de inmobiliarias, José Antonio Solozábal, apunta algunas de las causas de este incremento, que él lo limita en el tiempo al periodo posterior a la pandemia, «y no lo compararía con 2007. Entonces los pisos aquí todavía estaban bastante más caros».

La necesidad de una vivienda es «creciente», asegura,«y eso se aprecia en la demanda que existe en la actualidad», sostiene Solozábal. En cambio, no hay oferta suficiente, «todo lo contrario. Hay un déficit a nivel nacional y por supuesto también en La Rioja», afirma Martínez Solozábal, que pone cifras a esta falta de pisos. «En condiciones normales habría que construir 190.000 al año en España y 2024 lo cerraremos con unas 90.000, menos de la mitad. Y es algo que ya venimos arrastrando un tiempo», señala. «Y no hay que olvidar que se crean más de 200.000 nuevos hogares al año», puntualiza Juan Ramón Liébana, secretario general de la Asociación de Empresarios de la Construcción, Promoción y Afines (CPAR) de La Rioja.

Entonces, ¿por qué no se construyen más viviendas? «Falta suelo para edificar, puede ser lógico que en el centro de las ciudades no lo haya, pero sí lo hay en el extrarradio y en cambio los ayuntamientos o los gobiernos regionales no lo ponen en el mercado o lo hacen con mucho retraso, a precios altos y con una tramitación administrativa muy lenta», señala Martínez Solozábal. En este sentido, Liébana lamenta que «el Plan General Municipal de Logroño no se corresponde con la realidad urbanística actual y su renovación lleva muchos años de retraso».

Los promotores y constructores también encuentran en la subida de los materiales un lastre para su actividad y que repercute en el incremento del precio de las viviendas. Ahora el metro cuadrado cuesta en La Rioja un 18,3% más que en 2021 –1.281 euros–, que se eleva al 19,2% en el caso de los pisos nuevos –1.521 euros por el metro cuadrado–, después de un incremento del 11% en el tercer trimestre de este año en comparación con el de 2023. «Pero en una comunidad pequeña las cifras no reflejan toda la realidad y a veces según qué promoción de viviendas se escriture, el precio global de un trimestre sube más o menos», explica el secretario de la patronal de la construcción.

Las casas de segunda mano «también se están encareciendo», considera el presidente de los expertos inmobiliarios, en concreto un 20,3% en el último año, hasta los 1.241 euros el metro en nuestra comunidad según el Colegio de Registradores. «Aunque no son viviendas nuevas, si están en buen estado de conservación y se encuentran en una buena ubicación, su valor crece», añade. En esta subida influye también el encarecimiento de los alquileres, que por ejemplo en Logroño siguen disparados, un 25% más caros que hace cinco años –ahora el precio del metro cuadrado en arrendamiento en la capital cuesta 8,87 euros y en 2019 no llega a 7–.

Y desde el punto de vista impositivo, «las cargas son también importantes. Se paga un 10% de IVA sobre el importe escriturado cuando bien podía ser un tipo reducido, del 4% –se aplica en las viviendas de protección oficial en régimen especial o de promoción pública–, si estamos en un momento casi de emergencia habitacional», explica José Antonio Solozábal, que recuerda que en el registro y la notaría «hay que hacer también frente a pagos elevados».

Sin olvidar que «los códigos técnicos de edificación sufren modificaciones permanentes y eso también elevará los costes en los procedimientos constructivos», alerta Liébana, que censura por último que «la burocracia también a veces juega en nuestra contra por la demora en la concesión de licencias de primera ocupación o de las cédulas de habitabilidad». Y todo ello «repercute en el precio final».