«Aquí se vive con calidad, así que la cifra sorprende»

El municipio de Manjarrés, ubicado en la comarca de Nájera, es el que tiene la renta más reducida de toda La Rioja, con una media de 7.146 euros por habitante y año. La última vez que hubo datos, en el 2021, esta alcanzaba los 13.082 euros. Pilar Martínez (Cordovín, 1978) es la alcaldesa de Manjarrés, y cree que hay una razón para este bajón tan repentino. «Aquí reside un hombre que antes llevaba una granja de cerdos en Santa Coloma, pero la vendió; si él ganaba mucho dinero con aquello, puede que elevara la renta de todos, por eso, tras venderla, habrá caído tan de golpe», cree la regidora.

Por lo demás, Martínez explica que en Manjarrés todo sigue igual que siempre. De los 108 vecinos que tiene empadronados el pueblo, aproximadamente el 40% son agricultores jubilados. «Muchos de ellos han trabajado toda su vida de autónomos en el campo, por los que les han quedado pensiones mínimas, pero son personas con mucha capacidad de ahorro», afirma la alcaldesa. Porque en Manjarrés, la gente vive bien. La mayoría de los vecinos activos trabaja en la viticultura, pero también hay dos granjas de cerdos, una empresa de embutidos, otra de construcción y un bar.

«Mucha gente viene aquí a trabajar, lo que pasa es que, como viven fuera, por ejemplo en Nájera, sus rentas computan allí», relata la alcaldesa Martínez. De hecho, con el fin de seguir impulsando la economía local, la Corporación mantiene conversaciones con más empresas y busca inversiones en el campo de la energía solar. Con la prosperidad como bandera, Martínez se sorprende con este dato que señala a Manjarrés como el municipio con menos renta.

«Puede ser también, aparte de lo de la granja del principio, que como llevamos varios años malos en el campo, cobrando menos por la uva, se hayan mermado los ingresos de la gente», piensa. De hecho, ella misma ha sufrido esta situación, pues su trabajo principal es de agricultora. «Me presenté a alcaldesa porque nadie quiere serlo en los pueblos, trabajas y no cobras; antes que yo, lo fue mi marido», cuenta Martínez.

En cuanto a los servicios disponibles en Manjarrés, estos son bastante notables. «Eso que dicen las estadísticas de que hay menos dinero, en el Consistorio no se ha notado; pues cada vez ofrecemos más facilidades a los vecinos», asegura Martínez. Hay podólogo, médico dos días a la semana, taller de memoria para mayores, peluquería, se hizo un frontón nuevo, etc. Incluso, está en proyecto construir unas piscinas de verano en una finca próxima al mencionado frontón.

Aún impactada por la cifra, Martínez recalca que en Manjarrés «todo funciona bien». Algo que se constata al pasear por el pueblo, limpio y bien cuidado. Y en las casas, no se aprecian carestías de ningún tipo. «Cuando hay una necesidad pública, como arreglar una calle, se soluciona rápido», apunta la regidora. Puede que, a fin de cuentas, la estadística no refleje tan fielmente el nivel de vida de un pueblo que, como casi todos, crece en verano, mengua en invierno y en el que muchos de sus vecinos dependen del campo. «Aquí se vive con calidad, por lo que la cifra sorprende», sentencia Martínez.