Un tendón paterno para una nueva rodilla
Cirugía pionera ·
El doctor Amestoy trasplanta en Viamed Los Manzanos el isquiotibial de un padre a hijo para reparar el ligamento cruzado del menorUna herencia de salud. El Hospital Viamed Los Manzanos de Logroño acaba de realizar, por primera vez en La Rioja, una técnica quirúrgica pionera que ... consiste en trasplantar un tendón de un padre a su hijo para reconstruir el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha del adolescente, quien sufrió una fractura el pasado marzo.
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El Hospital del Mar de Barcelona se convirtió en 2019 en el primer centro de Europa en implantar este innovador procedimiento. En dicho complejo se formó el doctor Jorge Amestoy Ramos (Logroño, 1989), doctor en Medicina y Cirugía y especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica, que en la actualidad desarrolla su labor asistencial en el Hospital Viamed Los Manzanos, en la capital riojana, tras su paso, entre otros, por el Instituto Catalán de Traumatología y Medicina Deportiva (Icatme) del Quirón-Dexeus.
Frente a los procedimientos tradicionales –autoinjerto del paciente o material procedente de un banco de tejidos–, la innovadora técnica presenta varias bondades, especialmente en los pacientes más jóvenes, aclara el experto. Así, tras señalar que «sabemos que hasta en uno de cada tres pacientes en edad pediátrica a los que se les reconstruye el ligamento cruzado anterior se rompe en un futuro y, por ello, desde hace años realizamos procedimientos específicos y refuerzos tendinosos extraarticulares», el doctor Amestoy cita como primera ventaja de la innovadora técnica, la obtención con el trasplante del padre o de la madre de «un tendón de unas características más adecuadas».
«Al niño no le quitamos ningún tendón y en una rodilla en crecimiento lo ideal es mantener todas las estructuras intactas»
Jorge Amestoy Ramos
Traumatólogo logroñés
«En el caso de los niños no es infrecuente que a la hora de extraer uno de sus tendones nos encontremos con que el grosor, porque está en formación, es insuficiente», explica el traumatólogo, para citar un beneficio añadido: «Al niño no le quitamos ningún tendón y en una rodilla en crecimiento lo ideal es mantener todas las estructuras intactas».
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El procedimiento es seguro, efectivo, poco invasivo y rápido. La intervención, con una duración de entre 90 minutos y dos horas, se realiza de forma simultánea en dos quirófanos paralelos: «En el primero se le extrae un tendón isquiotibial, generalmente el semitendinoso, al donante, en este caso al padre, con anestesia epidural. El tejido se sumerge en una solución antibiótica para prevenir la infección y se traslada al quirófano paralelo en el cual el receptor, el menor, está ya dormido, porque los especialistas prefieren en esas edades la anestesia general, y le colocamos el tendón en la rodilla de una manera determinada a través de una técnica quirúrgica específica para pacientes pediátricos», detalla el doctor Amestoy.
Pacientes cada vez más jóvenes
La rotura completa del cruzado anterior no deja otra opción que el paso por el quirófano para reconstruir el ligamento dañado y evitar futuros problemas para la articulación de la rodilla. Muy habitual entre la población adulta, su prevalencia en menores cada vez más jóvenes sigue el alza. «Estamos viendo un aumento en la frecuencia de este tipo de lesiones en menores, especialmente en niñas más que en niños, y principalmente se debe a que cada vez se practica deporte a más alto nivel y a edades más tempranas», alerta el traumatólogo.
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Además de las bondades del procedimiento, el doctor Amestoy resalta su buen pronóstico: «El proceso de recuperación es relativamente rápido ya que no es una técnica agresiva. En un adulto para volver a la práctica deportiva habitual la fecha se suele fijar entre el octavo y el noveno mes, pero en los menores lo intentamos retrasar un poquito más, hasta el año, por esas elevadas tasas de fallas que comentábamos y más en este caso con un deporte de pivotaje como es el fútbol».
El paciente, Lucas Grijalba, que mañana, domingo, cumple 14 años, ya sueña con saltar de nuevo al terreno de juego con su camiseta del Valvanera. Tendrá que esperar todavía. Al final será casi un año desde que el 23 de marzo pasado se rompió el cruzado. Está animado y acude puntual a las cuatro sesiones semanales de recuperación. «Va muy bien. La rehabilitación solo ha sido un poquito dolorosa pero soportable», explica junto a su padre, Hugo, a quien en la misma intervención le repararon un menisco dañado.
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«Yo no conocía nada de esta técnica, pero nos pusimos en manos del doctor y de maravilla. No tengo ninguna molestia ni nada, aunque claro, con 52 años cuesta recuperarse más que con 13. Vengo dos días a la semana a rehabilitación y todo va perfecto», concluye el padre mientras estrecha la mano del médico al abandonar la consulta con Lucas.
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