La Ruta Jacobea a la inversa por el síndrome de Behçet
El gallego Pablo Hurtado de Mendoza rememora la aventura que realizó su padre hace 85 años, en su caso para rezar por los enfermos
Hace 85 años el padre de Pablo Hurtado de Mendoza realizó el Camino de Santiago al revés, desde Galicia hasta Aragón, en plena hambruna ... de posguerra, junto a dos amigos, para llegar a Zaragoza el 12 de octubre de 1940 con motivo del XIX Centenario de la Venida de la Virgen del Pilar. Y hace catorce años a Pablo Hurtado de Mendoza le diagnosticaron con 38 el síndrome de Behçet, una inflamación crónica de los vasos sanguíneos que causa úlceras, lesiones cutáneas y problemas oculares, y pese a que entonces le dieron apenas 48 horas de vida, ahora, a sus 52, se ha propuesto rememorar la aventura de su padre con el fin de dar visibilidad a la dolencia.
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Pablo Hurtado de Mendoza partió de Santiago de Compostela el pasado 12 de septiembre y su pretensión es llegar a la capital aragonesa el 12 de octubre. Este viernes pasó por Logroño y puso rumbo a Agoncillo y Arrúbal, donde se encuentra el próximo albergue del Camino Ignaciano que toma a partir de la capital riojana. Lo hace, además, con el apoyo de la Asociación Española de la Enfermedad de Behçet y con el deseo de hacer una ofrenda a la Virgen del Pilar en nombre de todos los que sufren su mismo mal.
«Esta enfermedad es autoinmune, inflamatoria, crónica y multisistémica, y quiero darle visibilidad con el objetivo de intentar paliar uno de sus grandes problemas, que es el diagnóstico tardío», explica Pablo Hurtado de Mendoza, que cuenta que pueden pasar años de especialista en especialista sin que se dé nombre a la dolencia. Como toda enfermedad rara, hay poca investigación y, por tanto, poca información. «Actualmente ni siquiera hay una mediación específica para esta enfermedad, por lo que nos recetan otras para paliar los efectos», detalla el peregrino.
De momento, el síndrome de Behçet no condiciona su Ruta Jacobea inversa porque Hurtado de Mendoza cuenta que ahora mismo está en un estado de 'valle'. «Todas las enfermedades autoinmunes cursan por brotes, cuando se disparan los síntomas afectando al nivel orgánico. Ahora mismo estoy en un buen momento pero no sé lo que me puede esperar dentro de una hora, un día, una semana o un mes, y esa incertidumbre también merma psicológicamente. No sé si voy a llegar a Zaragoza, aunque desde que empecé este camino me he encontrado bien», cuenta. Muchos de los síntomas son incapacitantes, como tener la boca y la faringe llena de llagas, dolores articulares, problemas digestivos, trombos, ceguera, afecciones neurológicas...
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Para completar su objetivo rezó a Santiago Apóstol y cuando finalice desea pedir por todos los enfermos de Behçet a la Virgen del Pilar. Nunca había hecho nada parecido cuando partió de su localidad de residencia, Ares (La Coruña). Y aunque no es el primero que deshace el Camino de Santiago, Hurtado de Mendoza relata las lógicas dificultades que encuentra: «Lo principal es que las señales que te encuentras están al revés y no es tan sencillo, aunque, afortunadamente, existen aplicaciones y puedes seguir la ruta con el GPS, pero, generalmente, te vas encontrando a otros peregrinos y solo tienes que llevarles la contraria».
Eso sí, a partir de Logroño, el Camino del Ebro o Ignaciano ya no es tan transitado ni hay tantas señales ni albergues. Él es consciente de que «estaré mucho más tiempo solo, tendré más tiempo para mí, más tiempo de reflexión, porque mucha gente te pregunta por qué voy del revés, paras, charlas un poco...».
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