La Rioja espera otro verano más caluroso de lo habitual
Los pronósticos indican una alta probabilidad de que los meses estivales marquen registros similares a los de los últimos dos años
La Rioja no se librará de otro verano más caluroso y seco que lo normal. Al menos, así lo anticipan las observaciones del programa europeo Copernicus, que establece en su pronóstico que existe una probabilidad muy alta de que en el periodo estival se registren temperaturas por encima de los datos históricos. A ello se sumarán las escasas precipitaciones. Un panorama que recuerda al vivido especialmente en los dos últimos años.
La Aemet se hizo eco de estas predicciones de Copernicus –cuyos datos de observación ofrecen, entre otras cuestiones, un modelo del tiempo a medio plazo–, destacando que prácticamente todo el país, salvo alguna zona de la costa cantábrica, cuenta con una probabilidad de entre el 70% y el 100% de sufrir un verano más caluroso de lo habitual. Además, destacan desde la Aemet las altas posibilidades (50-70%) de que el el estío se sitúe entre los más calurosos de la historia, como ya fueron los de 2022 y 2023.
¿Y qué significaría eso en La Rioja? En nuestra región, lo normal es que en verano, entre junio y septiembre, la temperatura media sea de 21,5º y la máxima, de 28,6º –establecida por la media de registros entre 1991 y2020 en la estación de Logroño-Agoncillo–. El pronóstico de Corpernicus señala que este verano nos encontraremos por encima de esas cifras medias, tal y como ha ocurrido año tras año en la última década.
No es esto, por lo tanto, especial novedad, si bien sí lo sería encadenar otro verano tan caluroso como los dos anteriores. En 2023 se llegó a batir el récord regional con 43,3º, mientras que las temperaturas golpearon fuerte de forma más continua en 2022, con las máximas superando en tres grados la normalidad térmica.
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La Aemet avisa: el verano será más caluroso y seco de lo normal
Por otra parte, el avance europeo también avisa de la posibilidad de un verano con precipitaciones por debajo de las tradicionales, ya habitualmente escasas y esporádicas. Caluroso y seco, en resumen. Una situación cada vez menos anecdótica a la que los riojanos ya se están empezando a acostumbrar.