Adrián Martín, en la sede de Proyecto Hombre. P. H.

Adrián Martín

Psicólogo de Prevención en el Programa Reconecta
«Los jóvenes no perciben el alcohol y el tabaco como drogas»

Martín explica que el consumo se convierte «en la solución fácil a los problemas, sobre todo en una sociedad que quiere todo ahora y no tolera la frustración»

Víctor Soto

Logroño

Jueves, 6 de noviembre 2025, 07:28

Proyecto Hombre lleva décadas lidiando con las adicciones. El perfil de sus usuarios ha ido cambiando con el paso de los años y también los ... problemas de los que llaman a su puerta. Entre esas nuevas realidades están la juventud de algunos de sus usuarios o la aparición de nuevas sustancias de abuso, como los móviles, las apuestas en línea o los videojuegos. Pero hay problemas que se mantienen latentes.

Publicidad

Desde el Programa Reconecta, centrado en jóvenes, la percepción es que el perfil de usuario, a pesar de que las estadísticas dibujan un consumo más femenino, continúa siendo netamente masculino. Y que la ligera reducción de los consumos no es suficiente. «La prevención es clave. Los jóvenes no perciben el alcohol y el tabaco como drogas. Ven muchos menos riesgos cuando la realidad es que el alcohol y el tabaco son las drogas que más muertes provocan», reflexiona el psicólogo Adrián Martín.

Evitar el consumo de «unas drogas legales que están ahí, en la sociedad, incluso bien vistas, resulta muy difícil. Su consumo no conlleva la percepción de riesgo de otras sustancias, incluso el cannabis está muy normalizado».

Llegar al abuso puede resultar relativamente sencillo. «Se empieza por experimentación y muchas veces para superar problemas. Me ocurre algo y bebo o me fumo un porro. Esto se normaliza y la sustancia se convierte en la solución fácil a los problemas, sobre todo en una sociedad que quiere todo ahora y que no tolera la frustración», analiza Martín.

Publicidad

Para evitar caer en ese círculo resultan muy importantes las amistades y los límites. «El grupo influye. Si vas con amigos que no salen a emborracharse, que practican deporte y se lo toman en serio... es más fácil no beber que si el objetivo es únicamente beber», indica. Y también si existe un control. «Los límites no son castigos, sino control bien entendido. Si dejo a mi hijo salir hasta las tres de la mañana, si normalizo que beba, si sabe que al llegar no estaré despierto y, sobre todo, si no hay consecuencias a los actos, será más sencillo que consuma», abunda. «No siempre, pero muchos casos de los que nos llegan están relacionados con padres ausentes, falta de límites, descontrol de horarios...», concluye.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta especial!

Publicidad