Los pediatras riojanos desaconsejan el uso de pantallas en los menores de 6 años

Los profesionales sanitarios avisan de que la excesiva utilización de dispositivos por parte de los niños puede «perjudicar su desarrollo»

Iñaki García

Logroño

Martes, 8 de abril 2025, 07:21

El uso de pantallas por parte de los niños es un asunto de plena actualidad. Un debate que se reabre cada poco tiempo con decisiones ... como la de la Comunidad de Madrid de regular su uso en las aulas. Es un tema, además, con numerosas aristas y una de las más importantes es la de salud. ¿Cómo afectan las pantallas a los más pequeños? ¿Qué consecuencias tiene el abuso de los dispositivos electrónicos en ellos?

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Preguntas ante las que los pediatras tienen una respuesta clara: los riesgos son abundantes y, por lo tanto, no dudan en desaconsejar su uso en las edades más tempranas. «En los menores de seis años hay una evidencia científica suficiente como para demostrar que un excesivo uso de las pantallas puede perjudicar el desarrollo del niño», apunta Elisa de Miguel, presidenta de la Asociación Riojana de Pediatría de Atención Primaria. «Ahí si podemos ser firmes en la recomendación de no utilizarlas», añade.

En esa línea van las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría. «Cero pantallas, no existe un tiempo seguro», se puntualiza desde la organización cuando se habla de los menores de seis años. Ese límite de edad es una novedad con respecto a pautas anteriores. «Antes se ponía en los dos años y ahora ha subido hasta los seis», recalca Cristina Toledo, quien incide en que en edades muy tempranas, el uso excesivo de pantallas «limita muchísimo el desarrollo del lenguaje». «Un niño de dos o tres años que pasa mucho tiempo con una pantalla no se va a estimular igual que uno que está jugando en el parque, ni a nivel motor, ni cognitivo, ni social...», enumera la profesional, que también es vocal de la Asociación Riojana de Pediatría de Atención Primaria.

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Además de eso, Toledo explica que también se pueden producir alteraciones en el sueño. «Si un niño está jugando con el móvil y luego pretendemos que se duerma no lo va a hacer y, en consecuencia, va a tener menos horas de sueño, problemas de insomnio y en el colegio estará más irritable porque ha dormido mal», cuenta al hablar no solo de los menores de seis años, sino del resto de edades infantiles. «La repercusión es muy global porque el tiempo que se emplea con el móvil o la tablet no se dedica al ejercicio físico y porque si, además, un niño está haciendo los deberes y, de vez en cuando, le entran notificaciones en el móvil es imposible que esté centrado y la cosa puede derivar en fracaso escolar», concluye.

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Pese a esas afecciones, Toledo incide en «no demonizar las pantallas». Hay que poner, según cuenta, todo en un contexto. «En casa, por ejemplo, no es lo mismo que la familia se junte para ver una película y que luego se genere un espacio para comentarla que un niño esté solo con la tablet viendo un vídeo de Youtube tras otro», señala la pediatra. «Y en los colegios pasa lo mismo, no es igual que pongan un fragmento de un vídeo para explicar algo que un alumno haga un ejercicio individual con su tablet;¿en serio es necesario utilizar aplicaciones para aprender a escribir?», se pregunta.

«No creo que los padres sepan hasta qué punto las afecciones pueden ser graves»

Elisa de Miguel

Pediatra

«Conforme se normalizan las pantallas en las aulas, las familias les tienen menos miedo»

Cristina Toledo

Pediatra

En el ámbito escolar riojano no existe una reglamentación sobre el uso de estos dispositivos, pero sí hay unas pautan que hablan de usarlos únicamente con un prisma pedagógico y con la supervisión de un docente. Aun así, Toledo llama a la precaución en este terreno. «En la medida en la que se normaliza su utilización en las escuelas, las familias les tienen menos miedo», certifica.

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Preguntadas por si las familias son conscientes de todos esos riesgos, la presidenta de la Asociación Riojana de Pediatras de Atención Primaria responde. «Los padres conocen que el uso puede ser nocivo, pero no creo que sepan hasta qué punto las consecuencias pueden ser graves», opina Elisa de Miguel. «Se suele enfocar el tema en prevenir las posibles adicciones futuras, pero hay que ver también los efectos negativos en los niños de menos edad», apostilla la pediatra riojana.

Cristina Toledo, por su parte, reconoce que existen dificultades para concienciar sobre este asunto. «Siempre pongo el mismo ejemplo:hace unos años se hizo una labor de concienciación sobre el consumo de azúcar y dio sus frutos porque parece que está más interiorizado al ser algo que afecta la población adulta», expone. «Con las pantallas no pasa lo mismo, pero tenemos que tener claro que para la niñez es un momento de desarrollo crucial», concluye.

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El papel de los adultos:«Los niños aprenden con el ejemplo»

Los pediatras riojanos son conscientes de la dificultad de cumplir con las recomendaciones con respecto al uso de las pantallas. Cristina Toledo define como «una rara avis» la familia que restringe su uso a menores de seis años y Elisa de Miguel admite que «hay que ser consciente del mundo en el que vivimos». «Los niños aprenden con el ejemplo y los adultos tenemos todo el día las pantallas en la mano», sentencia la profesional sanitaria.

Por ese motivo, De Miguel considera que «prohibir sin poner otras medidas» no resulta suficiente. «Es un tema de prevención, de que las familias sean conscientes de la repercusión que puede tener el uso de móviles o tablets en las etapas primarias», señala. «Y no tiene sentido prohibirlos en el colegio si luego en casa hay una barra libre de pantallas o ven a sus padres conectados a un dispositivo a todas horas», remata la presidenta de la Asociación Riojana de Pediatras de Atención Primaria.

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