«Tenemos un país seguro, pero el terrorismo golpea cuando y donde puede»

– ¿Alguna vez imaginó estar al frente de la Guardia Civil?

– Cuando ingresé apenas había alcanzado la mayoría de edad y sólo pensaba en lo afortunado que era por cumplir mi sueño. A esa edad quería ser oficial, ejercer el mando con responsabilidad y contribuir a la seguridad de España. No pensaba en el generalato.

– ¿Tuvo dudas cuando le llamó el ministro del Interior? Fueron días complicados en la Guardia Civil.

– Aunque inicialmente pude sentir cierto vértigo, inmediatamente comprendí que, como militar que soy, debía cumplir con mi deber y acatar con serenidad esa gran responsabilidad. Sin entrar a valorar las decisiones del Gobierno, mi nombramiento no me generó ninguna duda. Entendí que era el resultado de más de 40 años de servicio en activo en los que fruto del esfuerzo, el sacrificio y la permanente actualización me había ganado la confianza de quienes me propusieron.

– ¿Cómo son sus relaciones con el Ejecutivo?

– Mi relación con los responsables del Ministerio del Interior es absolutamente normal, cordial, franca y muy fluida, como corresponde al trato que la Guardia Civil siempre ha tenido hacia sus mandos del nivel político. Si algo ha caracterizado al cuerpo en su historia ha sido su neutralidad política. Nuestra naturaleza militar refuerza esa neutralidad. No he sentido nunca ni he detectado en mi actual etapa como DAO ningún tipo de presión que pudiera generar falta de independencia.

– Ese carácter militar al que se refiere, ¿es innegociable?

–Siempre he dejado clara mi posición. Soy guardia civil. El carácter militar es un elemento esencial que nos ha definido desde nuestra fundación y que ha favorecido la evolución y adaptación del cuerpo en los últimos dos siglos. Estoy convencido de que debe seguir siendo así.

– Tras más de 40 años de servicio, ¿queda algo de aquella Guardia Civil en la que se estrenó?

– La Guardia Civil ha sabido mantener y mejorar desde su creación en 1844 los valores que nuestro fundador, el duque de Ahumada, reflejó en nuestra cartilla fundacional. Hay muchos aspectos que se mantienen y que conforman nuestra identidad, como nuestra naturaleza militar o nuestro despliegue cercano al ciudadano. Aunque hemos sabido adaptarnos a los retos que la seguridad ha ido imponiendo, somos conscientes de que queda mucho por hacer.

– ¿Cuáles son esos retos?

– Están caracterizados por la velocidad e intensidad en los cambios, la disrupción tecnológica y la interconectividad global. Los actuales conflictos, la expansión y globalización de las redes terroristas y de los grupos vinculados al crimen organizado transnacional, la progresiva desestabilización de importantes zonas estratégicas para la Unión Europea como el Sahel, los posibles desastres naturales asociados al cambio climático, la fuerte presión migratoria irregular resultado de las crisis humanitarias, los conflictos armados y las desiguales sociales, así lo apuntan. En el ámbito concreto de responsabilidad del cuerpo, nuestro actual enfoque tiene que ver con la atención a colectivos vulnerables y en espacios sensibles, en la llamada España del Reto Demográfico.

– Derrotada ETA, puede que haya quien piense que las amenazas son ahora menores.

– Durante aproximadamente 40 años, el terrorismo de ETA condicionó nuestra seguridad y nuestra sociedad. Más que del nivel de importancia, hablamos del riesgo asociado al nivel de impacto y de probabilidad. En este sentido, el terrorismo vinculado a movimientos radicales de base yihadista y la radicalización violenta tiene un riesgo medio-alta, por encima del asociado a la vulnerabilidad del espacio marítimo y aeroespacial, pero por debajo de otros tradicionales como los vinculados a las vulnerabilidades energéticas o a los flujos migratorios irregulares, así como otros más recientes como la vulnerabilidad ciberespacial o a las campañas de desinformación.

– Tras 40 años de lucha contra ETA, ¿incomoda la presencia de la izquierda abertzale en las instituciones?

– Fiel a nuestro profundo sentimiento de neutralidad política soy exquisitamente respetuoso con las reglas democráticas de nuestro país. Sólo me preocupan la comisión de ilícitos penales, su investigación bajo la dirección de la autoridad judicial o el ministerio fiscal y, en su caso, la puesta a disposición de la justicia de los presuntos autores.

– ¿Sería posible otro 11-M?

– El Plan de Prevención y Protección Antiterrorista establece las directrices generales que, partiendo de un esfuerzo permanente en el ámbito preventivo, permitan asegurar la detección, seguimiento, análisis y evaluación del riesgo y la puesta en marcha y coordinación de las acciones llevadas a cabo con anterioridad a que se materialice un atentado. Sinceramente, creo que tenemos un país cada vez más seguro, pero indefectiblemente el terrorismo es irracional y golpea cuando y donde puede. Nuestra labor, junto a otros cuerpos policiales, es evitar que sea aquí o en cualquier otro país.

– ¿Cuenta la Guardia Civil con suficientes recursos como para afrontar todos esos retos?

– A lo largo del tiempo la Guardia Civil ha ido adaptando sus procedimientos de investigación, ampliando sus capacidades y acumulando experiencia con un gran esfuerzo y pese al déficit de personal que existe. Así logramos dar una respuesta adecuada y cumplir con los objetivos del Plan Estratégico. No es sólo cuestión de números, no hay que perder de vista las capacidades que se consiguen con planes de formación y especialización, con un correcto adiestramiento, con buenos medios materiales y con la insustituible experiencia. La estructura y organización de la Guardia Civil no es una foto fija, se va adaptando ante las preocupaciones sociales como pasa con los equipos contra la violencia de género, los equipos @ contra la cibercriminalidad, o los equipos ROCA, de lucha contra el robo en el campo. En La Rioja hay un equipo ROCA, un equipo @ y tres VioGen ubicados en Haro, Logroño y Calahorra.

– Quizá la gran reivindicación dentro del cuerpo sea la equiparación salarial.

– En 2018 se inició un proceso de aumento progresivo salarial a favor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que ha supuesto un incremento de lo perciben los guardias civiles. Toda medida que pueda motivar, incentivar y gratificar el servicio es bienvenida. Sin duda, para la Guardia Civil su personal es lo más valioso y desde los órganos directivos del cuerpo uno de nuestros empeños es que estén motivados. No sólo económicamente, sino también con otro tipo de iniciativas.

– ¿Cómo se trabaja en la incorporación de la mujer en la institución?

– Uno de los objetivos de la Estrategia Institucional de la Guardia Civil 2030 es aumentar la presencia de la mujer en la institución. Ya hay iniciativas en marcha, con planes de acción dedicados a fomentar una mayor presencia que han partido de esfuerzos importantes para detectar posibles barreras propias o externas y plantear posibilidades de mejora. Soy optimista y los datos de los últimos años marcan una senda de mejora clara.

– ¿Llegaremos algún día a ver una DAO?

– Está claro que lo veremos algún día, cuando en el marco de las normas de evaluación y promoción existentes se den las condiciones para ello. Es sólo cuestión de tiempo que las primeras oficiales alcancen también estos empleos.

– ¿Que papel jugará el GAR en el futuro de la Guardia Civil?

– Con su extraordinaria y estratégica visión, el teniente coronel Jesús Gayoso, ascendido recientemente con carácter honorífico a coronel, dejó sentadas las bases de la transición de la Unidad de Acción Rural desde sus misiones originarias, enfocadas casi en exclusividad al terrorismo de ETA, a un abanico más amplio que pasa por su empleo en entornos de alta demanda o ante problemáticas de alto impacto en cualquier punto del territorio nacional o en el escenario internacional, ya sea luchando contra el terrorismo internacional, el narcotráfico en el Estrecho, contribuyendo a la seguridad de los eventos más importantes o formando a cuerpos policiales de países aliados. Tiene mucho que aportar el experimentado personal del Centro de Adiestramientos Especiales (CAE), centro docente de perfeccionamiento en operaciones especiales de reconocido prestigio internacional.

– «No podemos acostumbrarnos a estar siempre bajo mínimos, pues esto repercute directamente en la prestación del servicio», decía usted en una entrevista reciente. ¿Cuántos agentes faltan en La Rioja?

– La unidad de La Rioja cuenta con casi 800 agentes, 107 mujeres, lo que supone un 13,5%, por encima de la mayoría de las unidades. A ellos hay que añadir los 300 efectivos de la Unidad de Acción Rural. El grado de cobertura supera el 81%, dos puntos por debajo de la media nacional ya que es una unidad 'de paso' en la que los guardias permanecen hasta poder pedir destinos en sus zonas de procedencia en Castilla León, Galicia o Asturias. En las próximas semanas llegarán 79 guardias en prácticas que reforzarán la seguridad ciudadana, lo que permitirá alcanzar casi un 90% de cobertura.

– ¿Y cuarteles? ¿Es suficiente el despliegue actual?

– Con más de 2.500 acuartelamientos en todo el territorio sería pretencioso pensar que faltan cuarteles. Necesitamos más personal para cubrir vacantes, la mayor parte de ellas en las zonas más alejadas. La Rioja cuenta con 25 puestos para labores de Seguridad Ciudadana y se está haciendo un esfuerzo en mejorar el estado de los que se encuentran en peores circunstancias. Trabajamos para constituir un nuevo acuartelamiento en Villamediana de Iregua y se está realizando una actuación de bastante entidad en el puesto de Aldeanueva de Ebro. En el futuro pretendemos realizar mejoras gracias a los fondos FEDER en los cuarteles de Cervera de Río Alhama y en el de Arnedo. Además está en proceso de estudio la construcción de un nuevo cuartel en Alfaro y que ojalá pueda llevarse a cabo a medio plazo.