Los ovnis que surcaron el cielo riojano

Los setenta fueron, sin duda, años de múltiples avistamientos de objetos volantes no identificados en el cielo riojano, aunque solo uno de ellos figura en el capítulo de fenómenos extraños del Estado Mayor de Defensa.

Agoncillo, Arrúbal, Murillo, Tricio, Sierra Cebollera... varios fueron los lugares donde diferentes testigos afirmaban haber visto un objeto volante no identificado, un suceso que la mayoría de ellos nunca pudo olvidar y forma parte del anecdotario de su vida.

En aquella década, además, este tipo de avistamientos de «platillos volantes», como se denominaban entonces, era objeto de charlas, coloquios y jornadas. Un ejemplo de ello son los congresos que se organizaron en Logroño en agosto de 1977, en el IES D´Elhuyar, y en septiembre de 1979, en la sala Gonzalo de Berceo, donde participaron los personajes más relevantes del mundo de la parapsicología de la época como Enrique de Vicente, Jiménez del Oso, Antonio Ribera y J.J. Benítez.

En aquella década había un gran interés por el fenómeno ovni. En la comarca del Najerilla, muchos recordarán a un personaje muy peculiar «El Coco», entusiasta de la parapsicología y el fenómeno ovni que plasmó en su libro 'La Rioja es tierra propicia para ver los extraterrestres' sus «encuentros» con estos seres y participaba en charlas sobre este tipo de temas. Un personaje que, si hoy estuviera vivo, seguro que habría sido uno de los invitados de Iker Jiménez en Cuarto Milenio.

Estos son algunos de los avistamientos de los que tenemos constancia, ordenados cronológicamente. La mayoría son de los años setenta, pero también se registraron algunos con anterioridad.

Recogía Diario LA RIOJA en marzo de 1950 tres avisistamientos diferentes: en la capital «una muy respetable familia advirtió desde la galería de su domicilio a eso de las cuatro y media de la tarde del martes un inusitado resplandor a bastante algura, viendo que procedía de un objeto sumamente brillante que durante unos segundos cruzó el espacio en dirección Norte-Sur perdiéndose de vista ente las nubes cuando se hallaba, al parecer sobre la jurisdicción de Villamediana».

Ese mismo día, el jugador del Club Deportivo Logroñés Ricardo Flores «Timimi» fue testigo del segundo de los avistamientos. Al parecer al jugador le gustaba pasear por el campo y a eso de las diez de la noche «apreció con toda claridad y extraordinaria brillantez un cuerpo esférico parecido a un balón, que tomando la misma dirección que el anterior, se dejó ver un breve espacio de tiempo hasta desaparcer en la cuenca del Iregua».

El tercero fue en Albelda el día anterior. Según el testimonio de los vecinos de Albelda Ángel Pascual 'Bola', Octavio Cabezón, Luis Pascual y Eusebio 'Pistolo', al regresar al pueblo en una camioneta, a la diez y media de la noche, apreciaron «un flugente resplandor acompañado de un ruido lejano, procedentes uno y otro de una masa brillante, como si fuera de aluminio, a poca altura de las peñas de Islallana. Tras hacer un giro rapidísimo, adquirió gran altura y se perdió de vista».

El cronista no descartaba más apariciones y comparaba la forma en la que unos y otros describían el ovni, unos como un disco y un balón, mientras los albendenses les encontraban semejanza con «con la miniatura de un carro con toldo y advirtieron además ciertas anormalidades en el motor de la camioneta y hasta un olorcillo raro y extraño».

Según publicaba 'El Eco de Canarias' el 16 de mayo de 1968, el vuelo inaugural Canarias-Málaga-París tenía como «novedad» el hecho de que un platillo volante había sido visto cuando el DC 9 sobrevolaba Sierra Cebollera, en La Rioja. Tal y como figuraba en la crónica «fue atónito testigo Alfredo González, director de la agencia Interopa de Las Palmas, el cual lo describió como un terópodo, de un brillo destellante nacarado y sin movimiento aparente de traslación». La tripulación «llevaba algún tiempo observando en silencio -con la lógica sorpresa y el temor consiguiente por la posible reacción del pasaje- el objeto volador. Tanto que se puso en contacto con la torre de control de Barajas que a su vez lo hizo con la Defensa Aérea», publicaba el rotativo.

Su altura era de 60.000 pies, 18.000 metros. 8.000 más que el avión y «tras unos minutos se perdió de vista». El señor González filmó durante cuatro minutos el objeto. «El resultado de la película ignoro en este momento pero si es bueno, creo que tal filmación se hará histórica», decía el cronista.

«Un hecho insólito ha ocurrido en Logroño», publicaba Nueva Rioja el 24 de junio. El hermano Javier Bosque, escolapio, se encontraba tres días antes, a las dos de la mañana, grabando canciones. Por la ventana, que estaba entornada, se coló un objeto luminoso, del tamaño de un balón de rugby. El ovni lanzó un haz de luz cortado hacia el aparato de radio y el magnetófono, que se hallaban encima de la mesa. Y, como vino, se fue. «Los técnicos han afirmado que se trata de una cosa muy rara», recogía el artículo.

Una visión que le dejó marcado de por vida y de la que se guarda una vieja grabación que Iker Jiménez puso en uno de sus programas y que fue examinada, en su día, por numerosos especialistas, incluyendo a la Armada Española.

En Arrúbal, un grupo de niños aseguraron en 1974 haber visto un ovni con forma de puro (o de zepelín) que les sobrevoló cuando jugaban a fútbol en un descampado «e intentaron apedrearlo, sin alcanzarlo». Aquel suceso atrajo la atención entonces del experto J.J. Benítez.

En diciembre de 1975, siendo unos críos, Pedro Julián Alegría, los hermanos Alfredo y Javier Fernández y Antonio Sacristán habían ido a cazar pajarillos y, según su testimonio, de repente vieron una luz venir por el cielo, a una media altura. Al principio no le dieron mucha importancia. «Tenía el tamaño de un coche. No hacía ruido. Apagamos la linterna y ahí estuvo un rato. Era como un disco con una cúpula encima que emitía una luz muy potente y alrededor del disco estaba coronado con más luces. De repente se fue a toda velocidad y sin hacer ruido», contaba uno de los testigos.

«Vimos llegar un aparato con las luces raras volando bajo y salimos corriendo», afirmaba otro. «Se acercaba más y más hasta que desapareció por el San Lorenzo», explicaba otro... Todos ellos coincidían en los detalles del relato.

En 2015, Diario LA RIOJA recogió los recuerdos de estos cuatro testigos que rememoraron su experiencia cuarenta años después. También relataron sus recuerdos en este vídeo.

Hace casi 50 años Murillo se convertía en noticia por un hecho muy especial: una vecina de la localidad, doña Andrea, aseguraba a Diario LA RIOJA en agosto de 1976 haber visto un ovni.

La mujer, de 51 años, afirmaba haberlo visto de cerca y a gran velocidad. «Desgraciadamente, estos 'fenómenos' siempre van acompañados de una vaga descripción«, escribía el cronista en el diario. Pero como decía en aquel momento Doña Andrea, «El que lo quiera creer que lo haga. Cuando tantos hemos sido los que hemos visto ovnis, algo tiene que haber en el fondo».

Un 'expediente OVNI' ocurrido en el aeródromo de Agoncillo el 20 de julio de 1978 figura en el capítulo de avistamientos de fenómenos extraños del Estado Mayor de Defensa, sección de Inteligencia. Se trata del 780720. Según el documento, desclasificado en 2016 por el Ministerio, un soldado de servicio en la puerta principal de las citadas instalaciones militares divisó a la 01.30 un objeto que volaba a una altura de mil metros, con dirección este-oeste, a velocidad pequeña y sin ruido. Un alférez y un cabo que acudieron «pudieron observarlo durante cinco minutos», aunque discrepaban en su relato de su forma. Dos de ellos veían un rombo, mientras el tercero decía que el objeto extraño tenía forma de triángulo.

Los testimonios quedan reflejados con detalle en el expediente que lleva sello de la biblioteca central del Ejército del Aire: el alférez declaraba que el objeto tenía cuatro luces blancas en los vértices del rombo y una luz central blanca más intensa, «emitiendo intermitentemente cada segundo aproximadamente». El cabo se inclinaba más por el diseño triangular del objeto extraño. En su relato indicaba que estaba compuesto por tres luces blancas, una menos que las relatadas por su superior, aunque coincidía con el alférez en destacar una luz central más intensa y en la intermitencia. El soldado coincidía con el alférez en describir una forma romboidal del objeto. Su relato no precisaba el número de luces y emitía «a razón de un destello cada segundo una luz más intensa».

Los tres testigos coincidieron en que el objeto «no emitía ningún ruido y que volaba a una altura aproximada de mil metros». Les extrañó, recoge el documento de Defensa, que «en el caso de que fuese un avión no hiciese ruido notable». En su testimonio también expresaban que viajaba a una «velocidad pequeña» y que fue observado «hasta perderse de vista, sin apreciarse movimiento extraño alguno».

Además de avistamientos, otro suceso «paranormal» sobresaltó a los vecinos de Estollo hace más de 25 años. En febrero de 1997, un agujero monumental de nueve metros de profundidad y seis de diámetro se abrió en una finca de Estollo de la noche a la mañana. Ante lo inexplicable del suceso, se habló meteoritos y de señales de extraterrestres. Pronto, los técnicos ofrecieron una explicación razonable: aquel hoyo era una torca. «Pero ni los más viejos del lugar recordaban haber visto un agujero tan grande, y abierto tan de repente», contaba Pío García en su crónica.

El programa Verdad oculta, canal que trata temas relacionados con la ufología, contactados, avistamientos, teología y conspiraciones« viajó al Valle del Leza para hacer una investigación »sobre un ovni que salió de una montaña« y fue captado por un dron. »Al hacer pruebas de noche« explican »pudimos« grabar varios ovnis sobrevolando la zona, lo que »creemos que es una de las bases extraterrestres de España«.

Algo sobrevoló Agoncillo el 21 de abril de 2022. Según relataba Diego Marín en su crónica, unos vecinos avistaron al anochecer, sobre las huertas del Ebro, un objeto volador no identificado. Eran las 21.47 horas y les dio tiempo a fotografiar el avistamiento. Lo más lógico era pensar que era el avión de Madrid que aterriza en el cercano aeropuerto de Agoncillo sobre las 21.55 horas, pero ni la forma ni la dirección correspondían a este vuelo comercial. Tampoco parecía por su morfología un helicóptero del acuartelamiento militar Héroes del Revellín de Recajo. Desde la Delegación del Gobierno en La Rioja ni desde el Consistorio tuvieron constancia de ningún suceso extraño. Se especuló con que fuese un globo sonda o un aparato de análisis meteorológico, ya que su forma encajaba más con las descripciones e imágenes. Finalmente se desveló que era un satélite de la empresa Space X, de Elon Musk, que sobrevoló el cielo español dejando perplejos a muchos ciudadanos y logrando también su cuota de protagonismo en 'Cuarto Milenio'.

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