«Nunca me había faltado trabajo, siempre había sabido defenderme»
Pilar | Cocinera y usuaria de cáritas ·
Pilar acudió a pedir ayuda y contrató uno de los microcréditos, a interés cero, para afrontar el impacto del cierre hosteleroPilar describe a la perfección el perfil del nuevo usuario de Cáritas, ese 38% de gente nueva que se ha acercado por primera vez ... a solicitar ayuda: una mujer de mediana edad, con familia monoparental y víctima del parón económico provocado por la pandemia. Pilar nació hace 47 años en Bolivia, tiene un hijo de 14 y es riojana, donde llegó a trabajar hace 17 años. Es una de esos 47.000 trabajadores/as que está dentro de lo que se denomina 'inclusión precaria'.
-¿Por qué dejó de trabajar?
-Soy cocinera y mi sector es la hostelería. Con el confinamiento domiciliario de marzo del año pasado, hubo que cerrar de golpe. Se me acabó el contrato y pedí por primera vez la ayuda social de 420 euros al mes, que inicialmente me concedieron.
- ¿Y volvió a trabajar con la reapertura del verano?
- Así es. Volví durante unos meses, pero a primeros de octubre me infecté de COVID. Pasé diez días muy difíciles en la UCI con respirador, en los que no paraba de pensar en mi hijo, y hasta final de noviembre estuve de baja, pero se me acabó el contrato y no pude acogerme a un ERTE. Fue entonces cuando volví a solicitar la ayuda de 420 euros, pero, por lo que sea, no me la concedieron, así que hemos estado viviendo como podíamos.
- ¿Llegaron a pasar hambre?
- Hambre realmente no porque íbamos tirando con algunos ahorrillos y con una tarjeta de crédito que iba reponiendo como podía. Pero sí es una situación de angustia y más cuando tienes a tu cargo un hijo de 14 años, que lógicamente tiene gastos como los escolares y otras necesidades. Quizás lo que más pena me da es la tristeza de mi hijo, cuando pasé la enfermedad y cuando tienes esa angustia de no saber qué puede pasar mañana.
«A primeros de octubre me infecté de COVID y pasé diez días en la UCI con respirador y pensando en mi hijo de 14 años»
El peor momento
- ¿Fue entonces cuando acudió a Cáritas?
- Eso fue hace unos meses. Yo he trabajado siempre, en diferentes lugares, pero nunca me había faltado trabajo y siempre habíamos sabido defendernos. Vivimos de alquiler pero nunca hasta la pandemia habíamos tenido problemas.
- ¿Qué te ofrecieron en Cáritas?
- Había vuelto a trabajar en marzo, pero tengo que pagar deudas contraídas y atrasos durante los meses sin actividad. Además, de momento la clientela sigue siendo limitada y trabajo unas horas al día, no una jornada completa. En Cáritas me ofrecieron la opción de los microcréditos que, a interés cero, me permiten atender nuestras necesidades. El próximo día 5 tengo que comenzar a pagar y esa ayuda para mí ha sido muy importante.
- ¿Teme el futuro tras lo sucedido?
- No. He trabajado mucho toda mi vida y no me cuesta. No fue fácil cuando llegué aquí y sé que ahora tampoco va a ser sencillo. Caritas me ha ayudado a salir de un apuro y le estoy muy agradecida, por mí y por mi hijo. Aunque se trata de volver a empezar, cuesta pero se puede. Espero que poco a poco se vaya recuperando definitivamente la normalidad y pueda completar mi jornada laboral.
- ¿Está la mujer más desprotegida antes estas situaciones críticas?
- Yo creo que sí. Probablemente es porque tenemos contratos más temporales o más precarios. El mayor problema es cuando además tenemos la responsabilidad de sacar adelante hijos, como es mi caso, ya que dependen totalmente de nosotras.
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