La nueva edad dorada de la astronomía
Carrera espacial. UNIR pone en marcha el Máster en Astrofísica ante el creciente interés por la conquista espacial y el repunte de proyectos tanto públicos como privados
LUIS JAVIER RUIZ
Domingo, 5 de diciembre 2021, 01:00
El primer 'boom' de la astronomía y la astrofísica fue a finales de los años 60 del siglo pasado, cuando el Apolo 11, en plena carrera espacial, colocó a los primeros hombres en la superficie de la Luna. Ahora, más de medio siglo después, se vive una nueva edad de oro a la que también contribuye, sostiene Francisco Ángel Espartero, codirector del Máster en Astrofísica y técnicas de Observación en Astronomía de UNIR –cuya primera edición ya ha comenzado–, la cada vez mayor difusión de todo lo relacionado con el espacio.
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«Estamos viviendo otra carrera espacial en investigación», dice Espartero (doctor en Astrofísica y en Ingeniería Civil y astrónomo técnico en el Observatorio de Sierra Nevada), que recuerda que igual que la NASA y agencias privadas se plantean quedarse en la Luna existe un creciente interés por determinados asteroides vinculado a la «minería espacial. No es ninguna quimera. Queda por desarrollar una parte importante de ingeniería, pero es algo que está ahí», valora. La extracción de Helio-3 de la luna, el 'oro lunar', que podría «satisfacer nuestras necesidades energéticas de forma permanente», es un ejemplo de ello.
Pero todas las miradas están puestas en Marte, que ha «acaparado siempre el interés de la humanidad, un planeta al que se le ha asociado la posibilidad de albergar vida según nosotros la concebimos. Hay metano, sabemos que hubo agua, ríos y muchos elementos que permiten albergar esa posibilidad», dice.
A ese interés global también ha contribuido «la competición espacial abierta entre multimillonarios», añade Espartero, y a todos esos proyectos y lanzamientos hay que sumar «lo que están haciendo países como China, que son opacos y es difícil conocerlo». El resultado es que «dentro de poco tendremos más de 10.000 satélites y se lanzará un nuevo telescopio que multiplicará por 10 las capacidades del Hubble disparando las expectativas de la investigación», entre otros hitos.
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12 de diciembre Será el día en el que el cometa Leonard estará más cerca de la Tierra y podrá ser contemplado, en principio, a simple vista, apunta Espartero.
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Noche del 13 de diciembre Será el pico de las gemínidas, que es la lluvia de meteoros más espectacular del año. «Caerán más de 120 objetos por hora», según el experto de UNIR, y lo harán a velocidad media o lenta, lo que facilitará su observación.
En ese contexto, el nuevo máster de UNIR, que cuenta con un claustro de docentes que acumula una gran experiencia no solo teórica sino también profesional en el sector (incluido algún candidato a astronauta), busca formar a «alumnos capaces de trabajar en diferentes campos como el de la astrofísica robótica. A todo esto sumamos la potencialidad de la inteligencia artificial y el 'big data'».
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Espartero, uno de cuyos proyectos es la instalación de observatorios astronómicos domésticos (www.esparterocs.com), añade que «hay una gran demanda de profesionales en este ámbito tanto de empresas privadas, estatales como de la Agencia Espacial Europea... Todo se desarrolla a un ritmo vertiginoso».
Docente, trabajando con la NASA y candidato a astronauta
Si las cosas van bien, Jorge Pla-García, doctor en Astrofísica del Centro de Astrobiología y profesor de UNIR en el Máster en Astrofísica, acabará vestido de astronauta. De momento, es uno de los cerca de 1.500 candidatos (de entre casi 23.000) que ha superado la primera fase de las pruebas de la Agencia Espacial Europea. Reconoce que cruzar la meta final es francamente complicado y que, de momento, ya ha alcanzado su objetivo. «Como sé que es algo tan difícil, no lo pienso», se sincera tras reconocer que está cumpliendo el sueño de cualquier niño pequeño. En febrero del próximo año sabrá si consigue superar la fase psicotécnica del proceso para afrontar el resto de exámenes: pruebas físicas, médicas y varias entrevistas personales.
Otro sueño cumplido es trabajar con la NASA. Y es que Pla-García pasa buena parte de su día a día en Marte dentro del equipo de científicos que controla las estaciones meteorológicas de las tres misiones marcianas de la agencia estadounidense: el rover Curiosity, el Perseverance y la misión InSight. Además, da clases en UNIR. «No sé quién está más emocionado, los alumnos o yo mismo. Transmitir mi pasión es fundamental», dice incidiendo en que «la enseñanza, la didáctica y la divulgación es algo básico, imprescindible para un científico. Carl Sagan solía decir que hacer ciencia es como estar enamorado, que necesitas contárselo a todo el mundo», sostiene antes de incidir en la importancia de conocer «Marte y Venus como vía para conocer mejor la Tierra. Toda la instrumentación, toda la tecnología que se desarrolla se utilizará para estudiar la Tierra y para predecir y prevenir desastres además en futuras misiones de exploración humanas, que están a la vuelta de la esquina. Seguro que llegaremos a Marte. Quizá no tan rápido como prevé la Nasa, quizá para ver un asentamiento haya que esperar a próximos siglos, pero veo un viaje de exploración, ir, tocar y volver, a finales de la década de los años 30 o principios de la siguiente», completa.
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