El Hospital San Pedro esquiva el apagón gracias a su autonomía energética, pero suspende las cirugías no urgentes de este martes
El complejo cuenta con varios grupos electrógenos que generan electricidad mediante unos alternadores alimentados por gasóleo, que garantizan luz, agua caliente y calefacción mientras no se agoten las reservas de más de 30.000 litros de combustible
Ambulancias a las puertas de Urgencias, medio centenar de pacientes atentos a las pantallas iluminadas o echando un ojo a las noticias de los televisores de la sala de espera, recuperando fuerzas con un sandwich o un café de las máquinas expendedoras... La normalidad ha sido casi absoluta en el Hospital San Pedro de Logroño desde que poco después de las 12.30 horas de este lunes, 28 de abril, tras el gran apagón nacional, han entrado en funcionamiento los equipos auxiliares que garantizan la independencia energética del complejo asistencial de la capital riojana.
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Sin embargo, la prolongación del apagón ha provocado la suspensión y aplazamiento, desde las 13.00 horas, de las intervenciones quirúrgicas programadas y de las consultas, una situación que, según fuentes de Salud no ha afectado a muchos pacientes porque la mayoría de los procedimientos se concentran en las primeras horas del día.
Ante contingencias como la ocurrida hoy, el Seris activa el Plan de Seguridad previsto y se reúne un comité de crisis en el que los directivos asistenciales del centro ponen en marcha los protocolos para garantizar la seguridad de los pacientes, los profesionales, el edificio y las instalaciones y todos los esfuerzos y recursos se destinan a lo de mayor de mayor emergencia, a los protocolos de prioridad 1, la máxima, que comprende quirófanos, ucis, urgencias, medicina intensiva, hemodiálisis y aquellos servicios que deben conservar fármacos, vacunas o muestras de análisis (laboratorios) o el banco de sangre.
Así ha sucedido hoy. Según ha detallado el Ejecutivo regional en una nota a última hora de la tarde, «durante el fallo de suministro eléctrico, se han activado los grupos electrógenos que han permitido contar con energía para finalizar las consultas e intervenciones en marcha en ese momento. No se han producido incidencias significativas en el resto de centros sanitarios de la comunidad y el sistema sanitario se ha comportado de forma satisfactoria»
Tanto el Hospital San Pedro como el Hospital de Calahorra han comenzado a recuperar a primera hora de la tarde, en torno a las 16.53 horas según el comunicado gubernamental, «el suministro eléctrico y funcionan con normalidad, tras la revisión de los servicios críticos, con el personal y los medios necesarios para garantizar una correcta atención a los riojanos. De hecho, se mantienen los refuerzos de personal en áreas nucleares por si hubiera nueva incidencia. A su vez, se han recargado los grupos electrógenos para mantener su plena operatividad».
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No obstante, el Gabinete de Gonzalo Capellán también ha advertido de que aunque «para este martes se mantienen las consultas externas y todas las pruebas diagnósticas y lo único que se suspenden son las operaciones programadas».
El Hospital San Pedro cuenta desde antes de su puesta en marcha en 2007 con un complejo sistema de seguridad para garantizar su autonomía energética. Así, en caso de un fallo eléctrico generalizado, el hospital dispone de una red de Sistemas de Alimentación Ininterrumpida (SAIs) que garantizan, gracias a sus baterías, la estabilidad eléctrica. «Cuando se produce un microcorte o corte eléctrico, en los quirófanos, ucis, hemodiálisis, así como en todas las instalaciones conectadas a la red de SAI, no perciben ningún cambio y continúan con su actividad», explicaba en su día a Diario LA RIOJA la ingeniera industrial Vanesa Jiménez Lacarra, subdirectora de Infraestructuras y Servicios Técnicos del Seris.
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Ese primer peldaño de seguridad ofrece, sin embargo, una solución solo temporal, de unas dos horas de duración. En caso de prolongarse el apagón, como es el caso de hoy, el siguiente escalón pone en marcha los tres grupos electrógenos, con una potencia total de 3,2 megavoltiamperios, que duermen en silencio en el edificio circular del complejo a la espera de que las alertas hagan necesaria su activación. Su ensordecer rugido era evidente desde el exterior pasadas las 14.00 horas de hoy.
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«Son motores que generan electricidad mediante unos alternadores alimentados por gasóleo y que garantizan el suministro eléctrico a todo el hospital, aunque estableciendo unas cargas prioritarias, y durante todo el tiempo que sea necesario mientras haya combustible en los dos depósitos de almacenamiento, con capacidad para 30.000 litros», añadía la experta al frente del área de Infraestructuras y Servicios Técnicos del Seris, que anunciaba ya en el año 2022 la futura instalación de un cuarto grupo electrógeno.
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Prioridad asistencial
A su vez, en el submundo hospitalario, en los sótanos bajo el área de hospitalización está el otro eje clave del sistema, el centro principal de distribución eléctrica, donde se visualizan consumos, cargas y se priorizan los repartos en función de la criticidad del servicio desde el punto de vista asistencial. Las decenas de vitrinas que contienen los cuadros de mandos aparecen teñidas con el color de la pegatina correspondiente a cada nivel de prioridad: granate (máxima), la ya mencionada de nivel 1; roja (nivel 2), quirófanos de cirugía mayor ambulatoria o ascensores; amarilla (3), para consultas, áreas de administración, despachos... y, finalmente, blanco (cuarto nivel), en el que estarían pasillos, cuartos, almacenes y vestuarios, pero también casi todos los equipos de radiología, que en caso de un corte prolongado no tendrían suministro por su alto consumo de energía.
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