La natalidad se hunde en La Rioja
El número de nacimientos, 2.330 el año pasado, cae el 9,2% respecto al 2017 y acumula un desplome del 33,76% solo en la última década
La Rioja vuelve a sufrir otra derrota en su batalla contra el reto demográfico. La región volvió a perder el pasado año población, 877 habitantes, ... en otro ejercicio en negativo: más muertes (3.207) que alumbramientos (2.330), según la Encuesta Movimiento Natural de la Población hecha pública esta mañana por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El principal problema fue un año más el del descenso en el número de nacimientos, que volvieron a caer el 9,2% respecto al ejercicio anterior (2.330 frente a 2.566), la segunda bajada más intensa del país, solo superada por el -10,3% de Galicia y más de tres puntos por encima de la nacional (-6,1%). Sólo en la última década la cifra de alumbramientos en La Rioja se ha desplomado el 33,76% respecto a los 3.518 nacidos en el año 2008. La preocupante estadística no es patrimonio riojano, ya que el problema se repite en el conjunto del país, donde los 369.302 nacimientos del 2018 suponen un descenso del 6,1% respecto al año anterior, 23.879 nacimientos menos, para completar un desplome del 40,7% desde el 2008.
En La Rioja llueve ya sobre mojado. El año 2018 mantuvo la tendencia a la baja iniciada hace ya década y media y que puso fin a diversos repuntes acumulados a comienzos del siglo XXI tras la crisis de natalidad de los años 90. La dimensión del drama demográfico regional se hace así aún más evidente con otro de los indicadores recopilados por el INE, el de la tasa bruta de natalidad, el número de nacidos por cada 1.000 habitantes, que acaba de tocar fondo en la comunidad con el 7,45 del pasado año, por debajo de la media nacional (7,86) y la octava peor del país tras Asturias (5,60), Galicia (6,13), Castilla y León (6,24), Cantabria (6,55), Canarias (6,69), Extremadura (7,32) y País Vasco (7,40).
Por debajo de la media nacional también en tasa de fecundidad (número de nacidos por cada 1.000 mujeres), 34,81 frente al 35,09 del conjunto del país, en el indicador coyuntural de fecundidad (número de hijos por mujer) ambos porcentajes se han igualado, con 1,25, el valor más bajo desde 2002 y 6 centésimas menos que el año anterior, en un ranking que lidera la Región de Murcia ((1,53) y cierra Canarias (0,79). Con ser malo el panorama riojano, el futuro podría ser aún peor sin la llegada en los últimos años de la inmigración. Todos los indicadores serían todavía más terribles: caería la tasa bruta de natalidad de ese 7,45 porque entre las riojanas españolas es del 6,02 y entre las extranjeras del 19,04; y lo mismo sucedería con la tasa de fecundidad, fijada el pasado año en 34,81, solo impulsada porque la de las mujeres foráneas es del 57,88, casi el doble que el de las nacionales, 30,13.
Otro tanto ocurre con la edad media a la que las riojanas son madres, en la actualidad en los 31,33 años (31 en el conjunto de España), donde el aporte de la inmigración es clave: 32,54 años entre las riojanas de nacionalidad española y 27,03 entre las riojanas llegadas de otros países, que no han logrado frenar un aumento imparable en la edad media al primer hijo -más de dos años en la última década, 29,26 en el 2008-, pero sí han contribuido a moderarlo.
Más muertes, menos bodas
En el otro capítulo de la encuesta del INE, el de las defunciones, tampoco las noticias fueron positivas ni a nivel nacional ni regional. Durante el 2018 fallecieron en España 423.053 personas, el 0,4 % más que en el año anterior por lo que la tasa de mortalidad se situó en 9,1 defunciones por cada mil habitantes, igual que la del 2017. La cifra interanual de muertes aumentó en diez comunidades autónomas y La Rioja aparece otra vez en la parte alta de la tabla, con el segundo mayor incremento, 5,1%, solo superado por el 5,7% de Canarias. La cifra total de riojanos fallecidos fue el pasado año de 3.207 frente a los 3.052 del ejercicio anterior, 155 más, lo que supone un aumento del 12,13% en la última década, 2.860 muertes registradas en el 2008.
Sí pueden presumir los riojanos, y sobre todo las riojanas, de la esperanza de vida al nacer, fijada el año pasado en los 83,62 años (80,87 ellos y 86,43 ellas), por encima de la media nacional de 83,2 años y solo superada por Madrid (84,83), Navarra (84,18), Castilla y León (83,94) y País Vasco (83,65).
La esperanza de vida al nacimiento ha crecido en La Rioja en casi dos años por década. En 1988 era de 77,27 (74,46 la masculina y 80,14 la femenina); en 1998, de 79,66 (76,65 y 82,77); en el 2008, de 81,93 (79,02 los hombres y 84,90 las mujeres); y el año pasado, la mencionada de 83,62 (80,87 y 86,43, respectivamente).
Finalmente, la Encuesta sobre el Movimiento Natural de la Población del INE se ocupa también del número de matrimonios rubricados durante el 2018, un indicador que también va a la baja: la caída fue del 8,78% en La Rioja al pasar de los 1.036 enlaces del 2017 a los 1.127 del pasado año, un porcentaje superior a la reducción nacional, que fue del 5,9% (163.430). Se afianza además la opción del matrimonio civil frente al resto: casi 8 de cada diez enlaces en La Rioja fueron civiles, 861, seguidos de las bodas celebradas bajo el rito católico, 263. Solo hubo dos de otra religión y en la restante, no consta.
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