Siete rastros de sangre y miedo

Cristina, Mónica, María Teresa, Ximena, Tanta, Vanesa y Salwa llevaron vidas muy diferentes, pero acabaron sufriendo el mismo final: sus parejas o exparejas las mataron a sangre fría. A Cristina la cosieron a navajazos en plena calle; a Mónica la acuchillaron en su domicilio; a María Teresa le golpearon en el cráneo con un «objeto contundente»; a Ximena la asfixiaron con una almohada; a Tanta le clavaron varias veces un cuchillo en el bar en el que trabajaba; a Vanesa la mataron y luego la arrojaron al Ebro; a Salwa también la acuchillaron en su casa, cuando sus hijos estaban en la Biblioteca. Son las siete mujeres víctimas de violencia machista en La Rioja desde el año 2003 y sus biografías truncadas protagonizan hoy, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, las primeras páginas de este periódico.

La mirada hacia la violencia machista comenzó a cambiar con el nuevo siglo, especialmente tras el asesinato en 1997 de Ana Orantes, que días antes había denunciado en televisión los malos tratos que sufría. Su marido, José Parejo, la quemó viva en Cúllar Vega (Granada). Actitudes que antes se disculpaban o se trataban como incidencias domésticas empezaron a resultar abominables. El año 2003 marca el inicio del registro oficial de mujeres muertas a manos de sus parejas y en diciembre de 2004 el Congreso aprobó por unanimidad la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.

Veinte años después de aquel hito legal, pionero en Europa, el número de víctimas mortales registra una tendencia ligeramente descendente, aunque en los últimos años se ha estabilizado en torno a la cincuentena. En la defensa de los derechos de las mujeres, la asociación Clara Campoamor, fundada en 1985, ha mantenido una actividad constante y se ha presentado como acusación particular en buena parte de los procesos judiciales. Su delegada en La Rioja, la abogada Victoria de Pablo, reconoce algunos cambios positivos: «Se ha mejorado la sensibilidad, en primer lugar, y también se están dedicando muchos más recursos». Sin embargo, la asociación aprecia un cierto retroceso, sobre todo entre los jóvenes: «Cada acción y avance en violencia de género está produciendo una reacción adversa en una minoría, especialmente varones adolescentes». De Pablo anima a reflexionar sobre el «modo de abordar este problema con los jóvenes». «Lo que nunca debemos hacer es rendirnos –subraya–. Si estas cifras las provocara cualquier otra causa, como el terrorismo, aquí habría una crisis nacional. Sin embargo, empezamos a normalizarlo».

Las trágicas historias de Cristina, Mónica, María Teresa, Ximena, Tanta, Vanesa, Salwa y tantas otras mujeres interpelan a toda la sociedad. «Tu complicidad mata», reza el lema de la Plataforma 8 de Marzo, que ha convocado una concentración a las 19.00 en el Espolón. Media hora más tarde, desde la plaza del Mercado saldrá una marcha organizada por el Movimiento Feminista.