Los médicos de Atención Primaria piden que «las deficiencias organizativas de Urgencias» no interfieran en su trabajo

Los médicos de Atención Primaria han puesto el grito en el cielo y han querido evitar que las protestas de Urgencias afecten a sus servicios. Además, han dejado claro que su situación es tan complicada como la de Urgencias y que, en ningún caso «su colapso puede ser achacado a un aumento en el número de consultas, y mucho menos que ese supuesto aumento se deba al trabajo en Atención Primaria», según han explicado en un comunicado.

El texto reconoce que «el deterioro de la situación de Urgencias es una reclamación transmitida por los profesionales que en ellas trabajan desde hace mucho tiempo» y que es una queja «compartida por los compañeros de otros niveles asistenciales». Los cambios que la pandemia «han forzado en la asistencia sanitaria a todos los niveles» y han hecho que los profesionales se adapten «a situaciones nuevas y desconocidas».

Pese a estos cambios, los médicos de Atención Primaria explican que, «en Urgencias, se produjo un descenso de la actividad habitual que permitió dirigir todos los esfuerzos a los pacientes Covid. Además se procedió al oportuno refuerzo de las plantillas». Sin embargo, ahora, con la recuperación de la actividad genérica, al desaparecer las restricciones y cesar el refuerzo del servicio, «reaparecen los problemas». Por eso, insisten en el apoyo sus compañeros en «la reclamación de soluciones específicas».

Ahora bien, como en todos los niveles, «el cambio en muchos protocolos va a generar dificultades que la administración no puede directamente hacer caer sobre un menguante número de profesionales. No pueden asumirse nuevas funcionalidades con los mismos o menos profesionales con la misma calidad». Para encontrar soluciones «hay que escuchar las propuestas organizativas razonadas de los profesionales y poner soluciones que eviten el colapso del sistema con cada anomalía epidemiológica».

Sabedores de que «la transformación ha alcanzado también a la Atención Primaria», los médicos «tratan de adaptarse a ese mismo (o mayor) déficit de profesionales y a una forma distinta de trabajar que pretende minimizar el riesgo para los pacientes con una dedicación, si cabe, aún mayor». «Esta nueva forma de trabajar en ningún caso significa la pérdida de la consulta presencial -aclara el comunicado; lo que sí significa es la racionalización de las consultas, evitando todas las visitas administrativas y aquellas otras que no precisen valoración directa, pero ni una sola que si la necesite. Progresivamente vamos adaptándonos al sistema, poniendo lo mejor de nosotros para mejorar la atención a nuestros pacientes».

El texto desvela que, según datos publicados el lunes por la el Gobierno de La Rioja, «la asistencia en urgencias registra una media diaria de 260 atenciones, lejos de las 330 urgencias diarias que se llegaban a alcanzar previamente a la pandemia, según esas mismas fuentes», por lo que consideran que«el colapso de Urgencias no puede ser achacado a un aumento en el número de consultas, y mucho menos que ese supuesto aumento se deba al trabajo en Atención Primaria».

Por eso, quieren dejar claro que, aunque entienden «la falta de personal y las deficiencias organizativas de Urgencias», estas no se solucionan «interfiriendo en el trabajo de Atención Primaria, que está haciendo, igual que todos los niveles, un esfuerzo de adaptación enorme. El mismo que ha hecho, con muy pocos medios, durante todo el tiempo que ha durado el primer ciclo de la pandemia. No podemos olvidar lo aprendido por si, como parece, esto no ha terminado».

Los médicos de Atención Primaria lanzan un mensaje de «unidad» para «reclamar las mejoras que consideremos necesarias para evitar los errores del pasado.»