El mayo más lluvioso desde 2008 refuerza la garantía de riego para todo el verano

La excelente situación de los embalses y las precipitaciones recientes dan vida al campo, pero llegan tarde para muchas hectáreas de secano

Víctor Soto

Logroño

Miércoles, 22 de mayo 2024

Izquierda: Imagen del González Lacasa de mayo de 2023, con 12 hectómetros cúbicos menos de agua. A la derecha, en mayo de 2024, imagen del González Lacasa, con el Club Náutico, Javier Ezquerro / Sonia Tercero

Las tres primeras semanas de mayo se han cerrado con unos registros muy poco habituales de precipitación. En el valle del Iregua no se veían ... tantos litros de agua desde 2008. Y en distintos puntos de la sierra se han alcanzado cifras históricas. Lluvia día sí y día también, lluvia sostenida en el tiempo y, a pesar de dañinas tormentas puntuales y localizadas, lluvia que garantiza vida y frutos para el verano y el otoño.

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Los datos publicados por las estaciones del Gobierno de La Rioja-SOS Rioja no dejan lugar a la duda. En los primeros 20 días de mayo, por ejemplo, en Logroño se han recogido 65,9 litros por metro cuadrado (72,6 si sumamos los que cayeron ayer tarde). El año pasado, un curso dramático, fueron solo 3,2, y en 2022, 9,1 litros. Hay que remontarse hasta los 81,7 litros de 2008 para ver una cifra superior a la actual.

Como curiosidad, en solo tres semanas, la capital ha contabilizado más precipitaciones que en cualquiera de los siete meses precedentes: solo septiembre completo, con 77,7 litros, resultó más lluvioso que este mayo.

Lo mismo ocurre en Calahorra, donde se han recogido 59,4 litros (62,1 con los de ayer tarde), la mayor cifra también desde 2008, cuando las mediciones alcanzaron 84,9. La localidad riojabajeña tampoco había visto llover tanto desde septiembre de 2023.

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La situación se repite en puntos altos de la región, como el observatorio de Moncalvillo, donde se han superado los 100 litros, récord histórico en la comparación con los últimos 20 años.

Este mayo que tanto ha marceado también se ha hecho sentir en los embalses. Y no porque haya crecido el volumen embalsado, ya que se han mantenido casi planos, sino porque han podido soltar agua para generar energía hidroeléctrica, para que los ríos fluyan más alegremente o para que se regase sin restricciones.

Con Mansilla al 93,4%, González Lacasa al 86,9% o Pajares al 84,5%, ahora la misión es gestionar bien ese recurso para combinar la necesidad de almacenar el máximo posible de agua de cara al verano con la de poder dar respuesta a posibles y copiosas tormentas.

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Como recordatorio y comparación, a 1 de junio de 2023, los tres embalses de referencia riojanos (Enciso se encontraba en fase de pruebas en esos momentos) guardaban 85,45 hectómetros cúbicos. Este 20 de mayo, la cifra ascendía a 122,35, es decir, casi 37 hectómetros cúbicos más. «Ahora esperemos que, además, con el bajo precio de la energía, no se produzcan desembalses para generar electricidad», adelanta Igor Fonseca, secretario general de ARAG-Asaja

También las lluvias en zonas altas del Ebro van a ayudar a los regantes de La Rioja Baja que se nutren del Canal de Lodosa.

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Buenas perspectivas

¿Supone esta situación una garantía de riego para el verano? «Sí. Veníamos de un invierno que nos había dejado una buena 'despensa' y contamos con la asignación habitual de agua. Consumiremos algo más o menos dependiendo de si nos encontramos un verano cálido o uno fresco y con tormentas, pero la garantía está», explica Sergio Tudelilla, actual presidente del sindicato central de riego del Iregua. Esas palabras, hace justo un año, sonaban a quimera.

En abril y mayo de 2023, las conversaciones versaban no ya sobre si se iba a poder regar, que también, sino sobre si los árboles, especialmente los frutales, iban a sobrevivir. Gracias a unas tormentas puntuales y a una puntillosa gestión del entonces escaso recurso se consiguió el objetivo, aunque este año toca comprobar si el estrés hídrico sufrido se notará en la cosecha.

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El horizonte se presenta halagüeño para las hectáreas de regadío, ya sean de cultivos leñosos o de cereal. Sin embargo, las herbáceas de secano han sufrido un daño imposible de recuperar en muchos lugares. «En localidades tradicionalmente más productivas de cereal, como Foncea, Fonzaleche, Treviana... la sequía se ha cebado desde la siembra y estas lluvias no les han ayudado porque llegan con el ciclo vegetativo ya casi acabado», asegura Fonseca.

Mansilla, González Lacasa y Pajares almacenan este año 37 hectómetros cúbicos más que en 2023

Desde septiembre, Logroño o Calahorra no habían vivido un mes tan lluvioso como este mayo, al que aún le falta la recta final

«Para grandes zonas de Rioja Alta, las precipitaciones han llegado muy tarde», redunda Néstor Alcolea, secretario general de UPA. «En lugares más altos con trigo y cebadas o de cereal más tardío, con el agua de estas semanas, les ha venido Dios a ver», resalta. «Las zonas más tardías, gracias a estas lluvias, se van a poder cosechar, lo que estaba muy amenazado. Pero en otros muchos lugares, por ejemplo de Rioja Alta, la cosecha ya estaba perdida», incide Óscar Salazar, presidente de UAGR-COAG.

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Nadie olvida los pastos. Los ganaderos también sufrieron el pasado año la falta de estos, agostados antes del verano. Estas lluvias han provocado un reverdecer notable. También olivos, almendros o vid han vivido un mayo de respiro. Incluso los apicultores se han visto beneficiados por estas copiosas lluvias de un mes que aún promete arrojar sus últimas gotas.

Ayudas para zonas

A pesar de esta situación globalmente positiva, desde el sector agrario se reclaman iniciativas para hacer frente a los evidentes daños registrados en muchas localidades. «Ahora hace falta que la Consejería de Agricultura convoque la mesa de la sequía y se desarrollen ayudas y medidas concretas para todos los que no han podido recoger la cosecha. Se trata del tercer año con problemas, que se agravan con los altos costes de producción para los herbáceos. Otras comunidades autónomas ya están ayudando», asegura Óscar Salazar.

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«En la próxima reunión plantearemos la necesidad de dotar de ayudas a las zonas que más se han visto afectadas por la sequía, especialmente herbáceos, con medidas como puede ser el pago de la franquicia del seguro, que supone un 30%», adelanta Igor Fonseca.

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