Madre de Dios, todo un complejo quemado, abandonado y reivindicado
Nada es lo que parece en Madre de Dios, edificaciones reconstruidas en 1969, cuya congregación se marchó en 2008 y, desde entonces, con el barrio reclamando su uso
Nada es lo que parece en el convento de Madre de Dios. Si bien sus orígenes datan de 1527, el conjunto fue quemado en 1936, ... en los meses previos a la Guerra Civil, quedando reducido a ruinas hasta su reconstrucción ya en 1969. Por ello, se dijo que nada del mismo es digno de protección especial alguna, más allá de su portada, uno de los pocos vestigios del complejo original del siglo XVI aunque trasladado desde su ubicación inicial –desde la calle La Ribera a Madre de Dios–. De todo ello daba detallada cuenta la historiadora María Teresa Álvarez Clavijo en 'El convento de Madre de Dios y la Casa de los Enciso', publicado en la revista Berceo en 2001. Hoy, más de dos décadas después, el complejo solo puede verse en un artículo así por más SOS que haya lanzado.
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Durante el pasado mandato fue Ciudadanos (Cs) el grupo que más se acordó del mismo, exigiendo su rehabilitación y denunciando el estado en el que se encuentra, «de abandono interior, en lo que respecta al edificio en sus diferentes alturas y dependencias, con techos caídos y en proceso de constante deterioro; y de abandono exterior, que afecta a la fachada del convento, que cada día registra mayores afecciones, así como al jardín exterior norte, surgido del derribo del muro que lo cerraba y unía al propio inmueble».
De dicha legislatura es el estudio de detalle aprobado que permite ordenar toda la zona. Con ello ya se podía actuar, sí, aunque quedó por determinar qué dotación albergaría el terreno en el futuro –el gobierno anterior era favorable a mantener la iglesia y a abrir un proceso participativo para decidir sobre el convento–. Todo ello con el tiempo corriendo pues ya en 2019 se informó de la realización de un informe de situación del convento después del incendio con tres focos que sufría el centro cívico –y a raíz del cual se tabicaron los accesos del convento a la iglesia, con lo que quedó inutilizado, por ejemplo, el coro–.
Y es que el saqueo y los destrozos propios del vandalismo no han parado en momento alguno desde que los edificios fueran desocupados por las madres concepcionistas en 2008 –tras el acuerdo con el Ayuntamiento en 2002 para ceder los terrenos a cambio del permiso para levantar un nuevo edificio en el Seminario–. Ya entonces se comprobó que el convento, literalmente, «se caía a trozos».
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Justo después, fue cedido a la asociación vecinal. No en vano, ya desde antes había movimientos al respecto, desde movilizaciones para impedir su derribo en los primeros años 2000 a la acción de la antigua plataforma 'Yatqti' para su puesta a disposición del barrio, lo que se concretó en 2009 con la cesión de la iglesia. El espacio del hoy centro cívico tiene mucha historia, tanto urbanística como reivindicativa para su uso vecinal. «Ideas y necesidades hay muchas y el centro cívico es una pieza más para seguir trabajando en la mejora del barrio e integrarlo en la ciudad», concreta Chema Fernández desde la asociación vecinal consciente de que toca seguir engrosando esa historia.
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