«Luchar contra los conejos se ha convertido en un trabajo añadido para los agricultores»
El presidente de la asociación de Ciruela de Nalda y Quel ha tenido que eliminar más de 1.000 cerezos y ciruelos
Roberto Miguel, presidente de la Asociación de la Ciruela de Nalda y Quel, lleva tiempo dando la voz de alarma sobre la situación de ... la plaga de conejos que afecta a buena parte de La Rioja Baja desde hace más de dos décadas.
Él ha sufrido sus consecuencias y el jueves tuvo que arrancar 500 cerezos de una de sus fincas (hace un mes fueron otros 500) y 50 ciruelos de una parcela que tiene un total de 450. Para ello tuvo que contratar una pala excavadora.
Los conejos se comen la corteza y las medidas para evitarlo resultan insuficientes. Algunas explotaciones agrícolas se han vallado y otras tienen los árboles con protectores pero se ha comprobado que suben por encima de estos para llegar al tronco y ramas y morderlas.
Estas últimas semanas de nieblas, con la hierba helada, los árboles todavía han tenido más daños. Junto al cultivo de cerezos de Roberto hay otro de olivos que muestran sus troncos con la corteza comida por estos animales. «Luchar contra los conejos se ha convertido en un trabajo añadido para los agricultores. El coto de caza tampoco ayuda a la hora de mermar la población, además de que se impide traer cazadores de fuera», comenta Roberto y añade «plantaré otros cerezos para sustituir a los dañados, en otro terreno los cambiaré por olivos. No quiero dejar las fincas 'yecas', abandonadas».
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