Este muñeco vale 60.000 euros y puede salvarte la vida
Medio millar de profesionales han participado ya en cursos durante el primer año de vida del Centro de Simulación del Cibir, que dispone de aparataje de última generación para prácticas quirúrgicas, además de 'pacientes' robotizados de diversas edades
Ares, Aria, Luna y Paul están ingresados sin esperanza de alta médica. No están ni bien ni mal, de hecho no sienten ni padecen pese ... a sus frecuentes convulsiones, fiebres, paradas cardiorespiratorias, taquicardias o atrangantamientos casi diarios. Los cuatro son muñecos de alta fidelidad que reposan en sus camas o cunas hospitalarias, no en el Hospital San Pedro, sino enfrente, a solo unos metros, en concreto en la primera planta del Cibir, que alberga desde abril del pasado año el Centro de Simulación Avanzada de La Rioja, una joya para la formación y el entrenamiento de los profesionales sanitarios antes de su salto a la atención asistencial real.
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Tras una inversión inicial de 767.806 euros procedentes de los fondos Feder de la UE destinados a obras, mobiliario y sobre todo a equipamiento –simuladores de entrenamiento y los 'pacientes', cuyo precio oscila entre los 20.000 euros del adulto y los 60.000 del neonato–, el centro acaba de cumplir su primer año de vida durante el que ha acogido ya medio centenar de actuaciones formativas por las que han pasado casi 500 profesionales.
«El objetivo es crear escenarios en un entorno controlado y reproducible que nos permiten poner a nuestros profesionales en situaciones frecuentes, pero con un alto impacto en salud para que cuando se las encuentren en los pacientes reales estén preparados para tratarlos con la mayor calidad y seguridad», aclara Juan Carlos Oliva, gerente de Fundación Rioja Salud, quien anuncia una continua «actualización y renovación de infraestructura, ya que, de hecho, nos estamos planteando ahora una inversión en dos tipos de nuevos equipamientos: uno es un modelo robot pensado para Enfermería y el otro es un dispositivo ECMO para el tratamiento de pacientes críticos en parada cardíaca o parada respiratoria».
Alta fidelidad, innovación, realidad virtual... Juan Carlos Oliva, sin embargo, se detiene en el factor humano. «Los profesionales son los verdaderos protagonistas y están haciendo un gran trabajo en la formación de personal de Urgencias, Cirugía, Reanimación, Pediatría, Ginecología… de un montón de servicios que, además, cada vez serán más».
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767.806 euros
fue la inversión inicial, con fondos europeos, en el Centro de Simulación, 120.000 de ellos para adecuar las instalaciones en la primera planta del Cibir y el resto para los aparatos y los maniquíes.
El centro reproduce un box de urgencias, una unidad de críticos y reanimación y cuenta con una sala de control, entre otros espacios. Dispone de simuladores de realidad virtual con los que se pueden afrontar diferentes intervenciones quirúrgicas en un entorno completamente inmersivo además de pruebas diagnósticas; otros permiten la enseñanza de técnicas como el cateterismo venoso central, la punción arterial, lumbar o la epidural ecoguiada; hay entrenadores de intubación, de sondaje...
En 3 D y gran realismo
Tecnología de última generación al servicio de la calidad asistencial en una instalación que ha conquistado a los profesionales del Servicio Riojano de Salud. «Los aparatos de simulación cuentan con programas que nos informan del tiempo, de los posibles errores… Se trata de coger mayor habilidad, ganar rapidez y seguridad en los procesos y resolver las complicaciones que nos pueden surgir en una intervención en quirófano», se arranca Carmina Salvador, de Ginecología.
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Su compañero de Cirugía General y Aparato Digestivo, Serafín Andrés Pérez coincide que «todo esto es un gran avance en la formación quirúrgica de cualquier residente y de cualquier especialidad». «Tenemos diferentes dispositivos, como los endotrainers, donde practicamos la simulación de las técnicas laparoscópicas, y una nueva adquisición, que es la torre de la laparoscopia avanzada, en la cual dentro de un entorno virtual simulamos intervenciones más complejas y que representan las condiciones reales de quirófano en un entorno de tres dimensiones y con un gran realismo», señala el doctor.
Los tres muñecos infantiles de alta fidelidad –Paul un prematuro de 27 semanas; Luna, una lactacte; y Aria, una niña– son la clave de la formación en Pediatría. «En nuestra especialidad es muy importante la simulación y trabajamos sobre todo situaciones que son muy poco frecuentes y que requieren una respuesta inmediata, desde politraumas a paradas. Estos muñecos permiten simular absolutamente todo, las situaciones más graves en el neonato también, desde una enterocolitis a un neumotórax. Preparamos el caso y programamos unos síntomas iniciales y las reacciones posteriores según las respuestas de los alumnos. Si se hacen las cosas bien, el muñeco mejora, pero si hay errores el paciente empeora», resumen Bibiana Riaño, Maialen Kortabarria y Ana Ibiricu.
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«Se trata de que los profesionales puedan tratar luego a pacientes reales con la mayor calidad y seguridad»
Juan Carlos Oliva
Gerente de Fundación Rioja Salud
«Es lo más parecido a nuestra vida real, con situaciones que, claro, no puedes reproducir con personas de carne y hueso», se felicitan también Lourdes Ferreira, Elena Simón y Ana Ibáñez, de Anestesiología, encargadas de la formación en reanimación cardiopulmonar, soporte vital inmediato y manejo de vía aérea. «Trabajamos con los simuladores y con los maniquíes, que son de alta fidelización y reproducen muy bien cualquier cosa que programes, desde un broncoespasmo, hasta una parada, una anafilaxia, una hemorragia masiva… Y todo con una monitorización total, que es básica en nuestra especialidad, donde se manejan situaciones críticas y la mejor forma de tratarlas es ensayarlas aquí en el centro, que es una maravilla, porque permite a los residentes ponerse en las situaciones quirúrgicas y, además de realizar un aprendizaje de todo lo técnico, ensayar la actitud, aguantar los nervios en situaciones determinadas que se van a encontrar en la vida real, coordinar equipos…», añaden.
Entorno controlado y seguro
En la misma línea inciden Enrique Chicote, médico de Intensivos, y Elena Cervantes, enfermera en el mismo área. «La labor asistencial es de equipo y la simulación nos sirve para trabajar las habilidades técnicas en conjunto, con médicos, enfermeras y TCAEs, pero también las no técnicas, que son tan importantes como coger una vía central en el paciente o intubar. Nos centramos en la comunicación, el trabajo en equipo, el liderazgo, la gestión de situaciones de crisis y prácticamente ya ha pasado por aquí todo el personal de Intensivos», explica el doctor Chicote, quien añade que «la simulación es una herramienta que nos permite remedar situaciones de la vida real pero en un entorno controlado y seguro, tanto para el paciente, porque no hay, como para el profesional, que puede trabajar sin el estrés de estar con un enfermo de verdad, pero con una capacidad de realismo, que es altísima».
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La misma línea defienden las enfermeras Marisol Gómez Mendoza e Inmaculada Marín Vallejo, formadoras del servicio de Reanimación, que como el resto, graban cada sesión para analizarla luego en equipo. Su paciente principal es Ares, el muñeco adulto, con el que simulan paradas por diferentes motivos, por atragantamiento, infarto y otras causas. «Nos aporta poder trabajar tanto la parte técnica como la no técnica, la de comunicación, manejo de situaciones críticas, toma de decisiones bajo presión, trabajo en equipo», recitan, para destacar que «la simulación permite identificar cuáles son los errores mientras estamos realizando la técnica sin que haya dolo para el paciente, lo que en definitiva permite a futuro mejorar la calidad asistencial del paciente y la preparación de los profesionales a la hora de enfrentarse a una emergencia en la vida real».
Un muñeco y una actriz
Los formadores no renuncian a cualquier fórmula en positivo por innovadora que sea. Uno de los mejores ejemplos es el del servicio de Urgencias, que ha optado por dos versiones complementarias, según aclaran el doctor Ignacio Cubián González y la supervisora Rebeca Soto Olarte. «Aparte de trabajar con el muñeco, hemos empezado a hacer simulación con una actriz, ya que siempre es más real», explica el médico, quien aclara que «para los profesionales que trabajan en UCI o en quirófano, donde sus pacientes suelen estar ya inconscientes, la simulación es más fácil quizás con un maniquí, pero en nuestro caso conseguimos una realidad mejor con una actriz, con la que preparamos un caso, se caracteriza e interpreta su papel que varía según las instrucciones que le transmitimos a un pinganillo en su oído, además de que cuenta con el apoyo en el box de un enfermero confederado, un cómplice, que cuenta también con un receptor. Nosotros, desde la sala de control, vamos modificando los casos, los síntomas, las complicaciones...».
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Otras veces el paciente es el muñeco. «Desde la tablet le puedes cambiar las constantes vitales y cualquier parámetro, nos permite hacer la simulación de casos de pacientes que están ya en una situación más grave y practicar en él masaje cardíaco, intubaciones y el resto de actuaciones más invasivas que, evidentemente, no se pueden hacer con la actriz. Al final complementamos ambas cosas en la formación. Los alumnos llegan les ponemos un caso y tienen que descubrir qué pasa y cómo hay que actuar», concreta el doctor Cubián.
«Todo esto ha permitido mejorar muchísimo la formación porque lo que tienes se asemeja a la realidad y los alumnos se implican más en el papel y además de las habilidades trabajan la gestión emocional, el estrés, actuar rápido pero con calma...», concluye la supervisora Rebeca Soto, a la que acompaña Paco Vázquez, informático y técnico en simulación, un eje clave en el centro.
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