José María López de Luzuriaga | Director del Instituto de Investigación en Química de la UR

«Es un momento de oportunidades para los jóvenes investigadores»

- ¿Qué supone para la Universidad de La Rioja contar con un instituto como este?

- Desde el punto de vista investigador, es un salto de calidad indiscutible. Constituirnos como instituto nos permite, por ejemplo, acceder a fuentes de financiación a las que antes no podíamos acudir. También nos da mucha más visibilidad tanto a nivel nacional como internacional y eso es muy bueno porque así se pueden establecer contactos con otros centros de investigación nacionales o extranjeros con el fin de impulsar la labor que realizamos en nuestra universidad.

- Y para usted, ¿qué significa estar al frente de este nuevo organismo?

- Este instituto es el primero que se crea en la UR, que era la única universidad que no contaba con ninguno. Nosotros somos los primeros, pero esperamos que haya más porque eso le va a dar a la Universidad de La Rioja visibilidad y calidad científica. Y todo eso, además, va a repercutir de un modo positivo en la sociedad.

- Aunque no estuviera constituido como instituto, ¿la UR ya realizaba previamente investigación en este ámbito?

- Sí. En 2008 se instalaron los primeros centros de investigación y nosotros nos configuramos como Centro de Investigación en Síntesis Química. Así seguimos, como centro, hasta 2023 y ahora ya somos instituto. Avanzamos desde el punto de vista económico y también en prestigio.

- ¿Se puede ser relevante desde una universidad y una comunidad autónoma pequeñas?

- Es cierto que nuestra universidad es pequeña y nuestra región también, pero los integrantes de nuestros equipos llevan trabajando desde hace muchísimos años en este ámbito. Eso nos ha permitido colocarnos, tanto en España como a nivel internacional, en un lugar muy bueno. Somos pequeños, pero también somos apreciados desde un punto de vista investigador. Se valora mucho la labor que aquí realizamos y no tenemos que desmerecernos en nada con respecto a lo que se pueda hacer en otros centros educativos de nuestro país o de fuera.

- ¿Hay, por lo tanto, potencial en La Rioja para desarrollar proyectos de investigación que resulten relevantes?

- Sí. Llevamos con ellos desde hace muchos años. Todos los grupos que forman parte del instituto son receptores de proyectos nacionales o europeos. Fuera de nuestras fronteras, se nos tiene en mucha consideración.

- Arrancan con 58 integrantes, ¿el objetivo es ir aumentando ese número progresivamente?

- Efectivamente. Esto es un inicio. Somos el germen de lo que pretendemos ser. Ahora tenemos que trabajar para orientar la investigación hacia un objetivo común, muy importante y amplio, para que las propuestas a la hora de pedir financiación sean valoradas positivamente.

- Dice que las metas son amplias, ¿puede concretar un poco más?

- Eso depende de las líneas en las que se especializa cada grupo. Por ejemplo, en el que yo dirijo nos dedicamos a hacer desde productos luminiscentes hasta nanomateriales pasando por degradación de contaminantes. Hay otro que hace cremas solares fotoprotectoras y otro más, vacunas anticancerígenas. Nuestra investigación, por lo tanto, es muy variada y lo que tenemos que hacer es encontrar un objetivo que nos integre a todos. De momento, las interacciones entre los diferentes grupos son puntuales, pero hemos de intentar que sean más comunes.

- ¿Considera que este tipo de organizaciones son una buena herramienta para captar o retener talento?

- Sin duda. Cuanto mayor sea el prestigio que alcancemos, más estudiantes de los que cursan aquí su grado querrán quedarse. Y también lo será para aquellos que estudian fuera y que puedan ver a La Rioja como una opción. De hecho, simplemente con la repercusión que hemos tenido estos días, nos escribió una chica de León para ver si podía hacer una estancia en nuestro instituto. Hay que tener en cuenta que Químicas ha sido siempre una de las especialidades con más prestigio en esta universidad, que los profesores están muy bien formados y que todos hemos salido al extranjero a especializarnos. Estoy muy orgulloso de los integrantes del instituto.

- ¿Y los riojanos lo pueden ver como una opción para estabilizarse en su tierra y no irse a otras regiones o países?

- Desde luego. De hecho, ese es uno de los puntos principales de la memoria de formación del instituto. Además, uno de los pilares fundamentales es la transferencia de los resultados de las investigaciones al tejido productivo de la comunidad autónoma. Pretendemos ser receptores de problemas de determinadas empresas para buscarles las soluciones adecuadas.

- ¿Desean también que la sociedad se percate de la importancia que tiene la química?

- Nosotros somos química. Desde los sentimientos a los procesos biológicos o al latido cardíaco, todo está gobernado por la química. Si no fuera por ella no beberíamos agua de nuestros grifos, no tendríamos vacunas o no tendríamos la ropa que llevamos. Ese es otro de los aspectos en los que queremos incidir. En cómo trasladar la importancia de la química a la sociedad. Por eso, vamos a dar mucha importancia a la divulgación. Sabemos que la química tiene a veces un sentido muy peyorativo y nosotros trataremos de mostrar que también puede ser muy buena.

- ¿Es sencillo dedicarse a la investigación en España o es más fácil hacerlo fuera de nuestras fronteras?

- Creo que estamos en un buen momento. Es cierto que la financiación que tenemos, tanto para el desarrollo de proyectos como para el sueldo de los investigadores, es bastante inferior a la que se da en otros países como Inglaterra o Alemania, pero aun así es un momento de oportunidades. La razón es que la plantilla investigadora en España está muy envejecida y los jóvenes pueden aprovecharlo. Va a haber muchísimas jubilaciones de aquí a diez años y es un buen momento para que esos jóvenes empiecen su carrera investigadora, se puedan ir al extranjero a aprender con los mejores y vuelvan para incorporarse a nuestra universidad. Es una oportunidad dorada, diría yo.